Por: Alejandra Silva Soriano

Mucho se habla de la importancia que tiene para las personas con discapacidad el hecho de ser incluidas socialmente, pero también es importante ver el otro lado de la moneda. Es por ello que en este artículo, analizaré brevemente cómo resulta beneficiada la sociedad al incluir a las personas con discapacidad.

A mi parecer, la inclusión social se basa en algo muy simple: DEJAR DE VER LA DISCAPACIDAD Y LIMITACIONES DE LA PERSONA, PARA CONCENTRARSE EN LAS CAPACIDADES Y POTENCIAL QUE TIENEN, ya que cuando la gente ve la discapacidad antes que a la persona, no sólo la está discriminando, si no también, se está privando de ver y recibir todo lo que esa persona con discapacidad puede lograr y aportar, ya que la pérdida o ganancia de una persona con discapacidad, será en beneficio o perjuicio de la sociedad.

Cuando las PcD (Personas con Discapacidad) son estimuladas y se les brinda la atención que necesitan y merecen, pueden desempeñar funciones sociales que contribuirán al desarrollo de la comunidad, estado y país. Ahí radica la importancia de las instituciones dedicadas a realizar actividades para fortalecer y desarrollar las capacidades de este sector de la población, porque no sólo están haciendo frente a la discriminación al apoyar a las PcD, están apoyando indirectamente a toda la sociedad.

Actualmente, pocas instituciones de gobierno son las que disponen de sensibilidad y de una orientación fiable en el área de discapacidad, lo que limita la asignación de recursos a fin de apoyar a las personas con discapacidad y sus familias, propiciando la exclusión social

Señala un informe de UNICEF en 2013, que la exclusión social inicia desde los primeros años de una PcD, debido a que los niños con discapacidad se encuentran más vulnerables a la violencia, el abuso, la explotación y el abandono, sobre todo si se les oculta o se les ingresa en instituciones, algo que ocurre con frecuencia debido al estigma social y el costo económico que supone su crianza.

Partiendo de lo anterior, podemos concluir que, las acciones que hagamos de inclusión o exclusión hacia una persona con discapacidad, tendrán repercusiones directas o indirectas sobre toda la sociedad. Hay que recordar que todos avanzamos hacia una misma meta, que es lograr construir un mejor lugar para vivir, en donde impere el desarrollo y la paz, e indudablemente, las personas con discapacidad tienen mucho que aportar para lograr esa tarea.

Me despido, no sin antes agradecer infinitamente el tiempo que dedican a leer esta columna. Que pasen una bonita semana y que Dios nos bendiga mucho mucho.

Foto: @Una Luz más en Oaxaca