Por: Alejandra Silva Soriano
Oaxaca está viviendo un clima difícil, la violencia de género desafortunadamente va en aumento y es no sólo necesario, sino urgente que se tomen medidas al respecto. Es por ello que en este artículo haré hincapié sobre la situación doblemente difícil que enfrentan las mujeres y niñas con alguna discapacidad.
Según informa el Banco Mundial, cada minuto más de 30 mujeres sufren lesiones o contraen discapacidades graves durante el parto y, por lo general estas mujeres, cuya cifra oscila entre los 15 y los 50 millones, pasan inadvertidas. Por otra parte, las mujeres con discapacidad se enfrentan a dificultades mucho más graves tanto en la esfera pública como en la privada, siendo las más comunes la falta de acceso a los servicios de salud, educación, formación profesional, empleo y una vivienda adecuada.
Las mujeres y las niñas con discapacidad viven discriminación no solamente por su discapacidad, sino por ser mujeres, lo que provoca que estén más expuestas a la violencia por motivos de género, abusos sexuales, abandono, malos tratos y explotación.
Es por ello, que la comunidad internacional, preocupada ante el aumento desmedido de dichos fenómenos, estableció una serie de normas y criterios internacionales, cuyo principal objetivo es lograr el empoderamiento de la mujer con discapacidad y que de esta forma pueda gozar de condiciones necesarias para el disfrute de todos sus derechos humanos.
Dentro de los instrumentos legales que existen, está la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer la cual contiene disposiciones específicas dirigidas a salvaguardar los derechos de las niñas y mujeres con discapacidad, haciendo referencia a los servicios de apoyo que deberá otorgar el Estado para que este sector tenga óptimas condiciones para su desarrollo.
Existe también la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad en la que se reconoce que las mujeres y las niñas con discapacidad suelen estar expuestas a un riesgo mayor, dentro y fuera del hogar, de violencia, lesiones o abuso, abandono o trato negligente, malos tratos o explotación. Por lo anterior, obliga a los Estados que firmaron y ratificaron dicha Convención, entre los cuales se encuentra México, a adoptar las medidas pertinentes para la promoción de la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer con discapacidad.
La marginación de las niñas y las mujeres de todas las edades debe ser un tema prioritario en las instituciones públicas, más aún si viven con alguna discapacidad. Existen los mecanismos e instrumentos legales para proteger nuestros derechos fundamentales, ahora es tarea del Estado aplicarlos y tenerlos en cuenta en todas las actividades de formulación de políticas y programación.
Que tengan una bonita semana. Dios nos bendiga.