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27/octubre/2014

Por Carlos Páez

Slavoj Zizek es un genial y candente filósofo; provocador que entre otras cosas inteligentes asegura: He aquí dos palabras clave: extracción y control. Para administrar una nube es preciso un sistema de vigilancia que controle su funcionamiento, y que, por definición, está oculto a los usuarios. Cuanto más personalizado está el smartphone que tengo en la mano, cuanto más fácil y «transparente» es su funcionamiento, más depende de un trabajo que están haciendo otros, en un vasto circuito de máquinas que coordinan las experiencias de usuarios. Cuanto más espontánea y transparente es nuestra experiencia, más regulada está por la red invisible que controlan organismos públicos y grandes empresas con sus secretos intereses.

Tiene razón Zizek: miles de personas se dedican permanentemente a ordenar datos y comprender patrones de comportamiento de sus consumidores (es decir…..casi todos). Una vieja práctica que ha potenciado su poder gracias al avance tecnológico en que vivimos. Hoy, la ciencia de redes puede usarse para mal. La NSA es el caso de referencia. Assange y Snowden prófugos, son muestra del “problema”.

Toca sacar bandera blanca y decir que la ciencia de redes y el procesamiento de datos vía algoritmos de sistemas complejos nos permite racionalizar recursos públicos y privados. Los ciudadanos somos dueños de múltiples redes públicas: de transporte, educación, salud, agua, electricidad, gasolina, colecta de basura. Todos ellos, sistemas complejos evidentemente desordenados. Desorden que produce desperdicio o ineficiencia.

Las redes naturales como las neuronales, proteicas, de conformación de galaxias, de reproducción de frutas, etcétera, nos permiten comprender los caminos de que se sirvió la naturaleza para perfeccionar las redes evolutivas. Los sistemas complejos creados por el ser humano son imperfectos por nuestra naturaleza. Una proteína jamás se cuestiona su rol y enlace, solo lo cumple a rajatabla. Nosotros no.

Vidas, dinero, alimentos, desigualdad, inseguridad, cultura y educación. Todos son sistemas complejos que se pueden comprender y reordenar. El principio vital de la ciencia de redes se explica también por una propuesta del señor Zizek: No actúes, solo piensa.

Todo sistema complejo puede ser comprendido desde la perspectiva de los nodos y enlaces que lo componen. Las redes sociales no son la excepción. El paradigma que toca cambiar es el de la gestión de redes por intuición, cantidad de seguidores, fans o likes…no es así. Los seres humanos funcionamos en red, por eso somos tan predecibles. Podemos tomar una nítida foto y reordenar tu red, tal como la eficiente naturaleza lo haría. No es magia; es física pura.

Recuerda que lo único Smart puede ser tu cerebro, no un aparatejo.

@CarlosPaezAgraz

huelladigital

Foto: mesura.org

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