(www.eloriente.net, México, a 09 de septiembre de 2015, por Víctor López Velarde).- El género de terror ha sabido aprovechar bastante bien la premisa del individuo solo en casa cuya tranquilidad se ve interrumpida por la llegada de un extraño que va sumergiendo en el tortuoso juego «gato-ratón» al sujeto en cuestión.

Desde la magistral «Funny Games» de Michael Haneke hasta ejemplos más comerciales como «Cuando Un Extraño Llama» o «Los Extraños», el séptimo arte sabe que no hay mejor escenario que una persona en situación de vulnerabilidad en la cual es forzado a ser prisionero de su propio hogar.

«Knock Knock» en parte satiriza a las películas que han derivado su argumento de dicha premisa, y aunque trata de brindar una bocanada de frescura al trillado argumento, termina mostrando más de lo mismo ofreciendo tan solo algunas variantes.

Esta vez, el horror no viene representando por intrusos enmascarados o por una voz misteriosa que llama al teléfono, sino por dos chicas de apariencia angelical (ligero guiño a los jóvenes de Funny Games), pero con un sex appeal acentuado por sus escotes pronunciados, que tocan a la puerta del buen Keanu Reeves.

La película acierta al tomarse su tiempo en incomodar al personaje principal en la fase del coqueteo por parte de las intrusas, cuyas acciones van volviéndose cada vez más sugerentes y subidas de tono hasta desembocar en un trío amoroso que se termina convirtiendo en la única escena de la película que parece filmada por Eli Roth (y aún así es una escena bastante ligth para lo que nos tiene acostumbrados).

A partir de ahí, la película sigue la línea establecida y convierte al personaje principal en la víctima de un «macabro» juego liderado por las chicas, quienes ponen las reglas y dan a entender que tienen en sus manos el destino del personaje interpretado por Reeves.

Prácticamente, las dos jóvenes a cargo de las muy atinadas Ana de Armas y Lorena Izzo, darán clases de moralidad castigando al protagonista por haber cedido a la infidelidad (reformadoras al estilo Jigsaw, pero sin lo sanguinario).

Aunque en la parte que corresponde al tortuoso juego hay un par de buenas líneas (destacándose la maestría de Roth para el sarcasmo), así como escenas perturbadoras que realmente logran incomodar al espectador, la película desaprovecha el potencial del contexto y prefiere simplemente hacer constante zoom a las piernas de las villanas en turno.

Lo pasado de rosca de algunas situaciones consiguen despertar los nervios del público, pero la sensación se difumina porque la misma película apunta más hacia la parodia y se pierde mucho la credibilidad ante lo inverosímil que es lo que acontece en pantalla.

El final, aunque ciertamente es algo divertido, poca coherencia tiene con el cuerpo del filme. Sencillamente, no es como aquellos filmes que despertaban el temor por quedarse solo en casa, aunque probablemente varios caballeros lo piensen más de una vez antes de abrirle la puerta a alguna joven perdida cuando toque a su casa.

«Knock Knock» es una divertida propuesta que satiriza de forma acertada a varios clásicos del género, pero es una película que ni siquiera tiene la firma de Eli Roth en la identidad del producto. Pareciera que el director sólo quiso ofrecer una fábula moderna sobre la infidelidad y que el terror también puede vestirse de tacones y blusas escotadas.

Knock Knock

 

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