(www.eloriente.net, México, a 31 de octubre de 2015, por José Carlos Moreno).- El patriarcado, el machismo, el feminismo, y la violencia de género, son conceptos que van de la mano, no se puede entender muy bien uno sin los otros. La luz que nos han traido es mucha, parte de esa luz son ahora las nuevas masculinidades y conceptos que empiezan a surgir como el hembrísmo y la idea de «los hombres maltratados». Esta última es la idea central de este texto, o más bien, la necesidad de que a esta problemática que sí existe y tiene sus especificidades, se le
considere también parte de la Violencia de Género.

Pareciera que nos falta mucho como sociedad -y cómo academia- para entenderlo de esta manera. En la mayoría de los espacios que podrían
ser óptimos para hablar del tema, se le minimiza y en algunos hasta se le censura porque se tiene la creencia de que «estorban» al tema central
-y único- de la violencia de género que es la violencia sistemática contra las mujeres. En el peor de los casos se llega a pensar que con el tema se intenta boicotear de manera premeditada y con intenciones funestas, los esfuerzos del feminismo por echar luz sobre la violencia
de género.

Nada más equivocado, y nada más trágico; la teoría de la equidad de género no podrá estar nunca completa sin contemplar y abordar el
problema de_ Los Varones VIOLENTADOS_, evolucionando del «hombres maltratados». La teoría de género no podrá construirse más allá de
si misma sin observar esta realidad, y, con perdón, las nuevas masculinidades, aunque no se crea, desde un hermanamiento con los feminismos, no dejarán de explorar el tema.

«QUÉ DURO ES SER HOMBRE.»

La complejidad del tema involucra contemplar que los varones de las nuevas masculinidades estamos dando cuenta del cómo y hasta dónde nos
ha estado afectando la vida el patriarcado, y el machismo. Escribe José N. Mena, Logoterapeuta en Argentina: _»Llegan a consulta totalmente perplejos y sintiendo que el fracaso los ha dejado sin identidad y sin hombría. En muchos casos, más que el amor mismo, más que la amada misma, lo que francamente duele es haber visto frustrada la concreción de alguno de los mitos de la masculinidad amorosa: curar a la enferma, salvar a la desvalida, redimir a la prostituta, hacer dichosa a la infeliz, conquistar a la imposible…Mitos, explicaciones culturales y simbólicas de dudosa realización práctica que el varón pretende colgarse del pecho como medallas al mérito y que, al no corresponderse con la realidad, lo
arrojan a la más profunda y elevada de las angustias.»_

Para entender cómo es posible que las mujeres sean violentas con los varones -Sí, de verdad, es muy posible-, es fundamental entender la idea del «ideal patriarcal» del que habla Mena, porque es ese ideal el que pone a los varones en una posición vulnerable para ser violentados tanto por las mujeres, como por otros hombres, como por el sistema en general: el ideal patraircal es un conjunto de ideas, presupuestos, y puntos de partida no propios, relacionados con lo que significa en nuestra sociedad «el deber ser del hombre».

Este modelo, por todos los varones conocido -Hombre es igual a todo lo relacionado con fuerza, potencia, capacidad, hasta llegar a niveles ridículos, y en paralelo, simbólicamente, con las funciones de un Pene- pero por pocos conscientizado, castra las capacidades humanas de
aquél al que se le asignó el género «Hombre»: No podemos llorar, no podemos quejarnos, no podemos mostrar debilidad, y un largo etc. El
construirse como hombre, en este paradigma, es construirse a partir de negar lo que -según este mismo paradigma- es lo femenino; la debilidad
y la vulnerabilidad. Decimos castra porque literalmente atrofia capacidades humanas -indpendientes al género- como digerir,
conscientizar, y dejarse sentir dolor, manejarlo, y trascenderlo.

¿Porqué esto nos pone en vulnerabilidad para ser violentados? Por que de no cumplir todo lo que se espera de nosotros, se utilizará algún
tipo de violencia en nuestra contra «por defecto» del sistema para que «volvamos a nuestro camino de hombres». Explico: Un varón es considerado afeminado porque llora, o porque hace «cosas de mujeres», cosas del mundo privado y del mundo emocional, y es entonces visto como una especie de «hombre defectuoso», y el sistema trata de corregir este comportamiento a través de la doctrina del shock: «educar a través de la violencia».

ELLAS TAMBIÉN PEGAN.

Las mujeres por su parte cumplen su rol, y en ellas se encuentra, implantado desde el patriarcado, el mismo chip de «corregir a su hombre»
o a los varones en general, cuando no están siendo «hombres». Desde el rechazo abierto o velado por falta de «hombría», hasta la violencia
verbal, psicológica -chantajes, manipulaciones, que tengan que ver con la idea de «eres poco hombre»- e incluso económica, forman parte de la
violencia estructural del patriarcado, investida en este caso por las mujeres, contra los hombres.

En otra forma de hablar: la cruz de la parroquia del hombre es cargar con su hombría, y los otros hombres, sus familias, y las mujeres,
estarán ahí para violentarlo cuando la quiera tirar. Porque no sería hombre. Y no queremos a un hombre-no hombre. Porque no entendemos cómo sería uno.

Es trágico porque en este orden de ideas, las mujeres también son instrumentos del patriarcado que le protegen y le reproducen asegurando
su prolongación en el tiempo, son parte de la fuerza que se opone al cambio, un cambio que nos daría a ambos géneros la oportunidad de
construirnos libre y responsablemente lejos de la violencia mutua.

Al ser un problema poco abordado, la violencia femenina, o los varones violentados, pocos varones si quiera piensan en denunciarlo, muchos ni
siquiera lo consideran un problema si no «el orden de las cosas», y otros, muchísimos, caen en la trampa achacándose la culpa y llegando a
percibirse, neuróticamente, en merecedores de la violencia que les administran.

Veamos a continuación un video que fue producido como un experimento, es una comparativa entre una «típica escena» de violencia machista, y
una de violencia femenina, ambos argumentos se centran en los celos y en la posibilidad del engaño, en ambos existe una violencia psicologíca y verbal, y sin embargo, las reacciones de la gente son muy diferentes: violencia doméstica en los hombres

Y uno más, recomiendo ver sin sonido, ya que la música -no sé si así fue la edición original o es obra de quizás algún entusiasta-predispone demasiado a cierta reacción emocional, pero las imágenes hablan por si solas:

Mira qué pasa cuando una mujer golpea en público a un hombre

Pareciera que el pensamiento dominante en ambos videos es algo como»seguro se lo merece», véase la cara de satisfacción de muchas mujeres, y la de burla de algunos hombres -incluso algunos participan de la violencia física contra el varón-. Y, ¿saben de dónde creo que viene ese pensamiento? del concepto de «deuda histórica»-algo para otra columna-, en buena medida. En otra buena medida de la histórica violencia machista. La reflexión y la duda es valida para la visión de género: ¿vamos a considerar que la mujer no es capaz de violencia porque ha sido la históricamente violentada?

Será que se olvida fácil que un pueblo Judío que fue violentado tiene la misma capacidad de violentar a otro vecino, será que se olvida pues que la violencia es una facultad humana independiente del género y debe ser abordada también cómo tal. Será posible que veamos a la violencia
de genero como algo que también pueden (y de hecho lo han, y mucho) sufrir los varones? O será que aun no estamos listas (las personas)
para entenderlo así y tenemos que seguir cubriendo un vacío de justicia hacia la mujer desde un lugar de culpa que nos ciega a esta
realidad?

Aquí lo importante es identificar que el sufrimiento humano es _incuantificable_, que no es medible ya que constituye una de las experiencias más intimas y únicas que podemos vivir. No podemos por lo tanto, afirmar con ligereza que las mujeres sufren más la violencia de género que los hombres, sería una falacia llena de irresponsabilidad, una declaración que busca reforzar el paradigma que nos aleja del ideal de una sociedad sin violencia de género: los hombres no lloran, no sufren, no sienten tanto como las mujeres.

VIOLENCIA HUMANA VS. VIOLENCIA DE GÉNERO

Entender a la persona humana como persona antes que cómo un género es un principio antropológico básico que la teoría de género necesita
conscientizar en toda su profundidad, amplitud, y consecuencia. La visión de género se ha difundido enormemente por la lucha valiosísima
de muchísimas mujeres y varones, y ahora cae en riesgo de desdibujarse por esta sobre propaganda que está experimentando; no toda la violencia humana puede ser convertida en violencia de género, en las relaciones humanas hay violencias que responden a otras motivaciones y cuestiones que son sencillamente diferente a las estipuladas como condición para ser violencia de género.

La mujer como persona es capaz de violencia propia: quitarle a la entidad femenina su capacidad para violencia es deshumanizarla, se
podría leer como una falta de respeto, e incluso interpretar que se piensa que ellas no son capaces de violencia porque «no pueden», es
desdibujarla como persona humana -algo que es antes de ser mujer-, y es caer en reproducir la creencia de que el monopolio de la violencia la
tienen los hombres. A estas altura del partido «sociedad vs violencia de género» no podemos permitirnos tanta ingenuidad porque perderemos el
buen rumbo.

De la misma manera no se puede decir que por ser varón se está exento de violencia patriarcal de mano de otros hombres, del sistema, y de
algunas mujeres. Sería de nuevo des-dimensionar a la figura humana por tener un pene o por haber sido asignado como hombre, sería caer en el
juego del patriarcado y su ideal de postrar al hombre como omnipotente e insufrible, capaz únicamente de ejercer violencia pero no de recibirla.

DE HECHO, EL VARÓN ES JUSTAMENTE POR NO SER «BUEN HOMBRE», FENÓMENO EQUIVALENTE A LA VIOLENCIA QUE SE LE ADMINISTRA A LA MUJER POR SER MUJER, POR LO QUE AMBAS SON VIOLENCIA DE GÉNERO.

Y al final, cerrando, sufrimiento es sufrimiento, y quienes somos para juzgar cual se siente más o se siente menos cuando no hablamos del
sufrimiento propio, ¿quienes somos para decir que los varones no sufren a manos de muchas mujeres si ya cientos de varones al rededor del mundo lo están empezando a decir?, ¿no podríamos contemplar la posibilidad de que es una realidad y que es tan importante como la violencia contra las mujeres -en el sentido en el que importa de igual manera, aunque se tengan más casos de mujeres violentadas hasta el momento?
Si decimos que buscamos la equidad de genero y una sociedad libre de este tipo de violencia, ¿quienes seríamos para no defender también a
los hombres y no tomar consciencia también como mujeres? Preguntas abiertas.

Recomiendo visitar:

Hombres maltratados no denuncian por vergüenza: El Universal

80% de los hombres son mal tratados por sus novias: UniradioInforma, Tijuana

¿Hombres maltratados? Rosario G. Psicóloga

El maltrato a los hombres, una violencia invisible: rtve, España

Maltrato a los Hombres, ¿una realidad silenciosa?: Europapress

Hombres maltratados

Suecia abre primer centro de atención a víctimas de violencia sexual: 20 minutos

El silencio de los hombres golpeados por sus mujeres

¿Qué puede hacer la logoterapia por el varón enamorado?

 

José Carlos Moreno

Director Genaral de Morelos3.0

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