eloriente.net

1 de febrero de 2017

 

M.C. Juan Carlos Chávez Martínez

juancarlos.itesm@gmail.com

El sábado pasado fuimos víctimas, nuevamente, del bloqueo. Aquellos inconformes con la designación de un administrador municipal en Santa María Atzompa volcaron su frustración hacía los ciudadanos y hacía las calles. Todo mundo sabe que, si se bloquean las vialidades, los ciudadanos de a pie, se quejarán y en algún momento, el bloqueo llegará a oídos del gobierno y a los involucrados y a todos los interesados. Esta es una ruta típica que se ha construido durante más de dos décadas, sino es que más. A los maestros les debemos esta técnica infalible. Ojalá nos hubieran enseñado algo mejor. Pero la culpa no recae solo en los ciudadanos que quieren ser escuchados, por no decir, ciudadanos que quieren posicionar un problema público en la agenda pública. La culpa también recae en el gobierno. Sí, en el gobierno. Debido a su incapacidad por resolver los problemas sociales y problemas públicos, a su incapacidad de canalizar los problemas, ofrecer soluciones y, sobre todo, de escuchar a la ciudadanía. No solo se debe administrar, también se debe gobernar. Ambos tienen la culpa. Ciudadanos, por no encontrar otra ruta más que el bloqueo. El gobierno, por su incapacidad de resolver los problemas cotidianos.

Los únicos beneficiados del bloqueo fueron los transportistas, en sus diversas modalidades. Incluso gritaban con ahínco que te llevaban al bloqueo, solo ahí llegaban, no se les ocurrió que podían encontrar rutas alternas. No todo estaba perdido. Te cobraban los diez pesos hasta el bloqueo, transbordabas y finalmente, tomabas otro colectivo hasta tu mismo destino. En total, tu traslado costó el doble. Esto significa que los bloqueos tienen un costo económico a la sociedad. Decenas de camiones varados, autobuses con pasaje. Turismo que se va y nunca vuelve. Ese es el costo de la incompetencia de ambos bandos. Lo más trágico es que la gente ha llegado a acostumbrarse, a ver con normalidad un bloqueo. A solapar un derecho que se volvió en nuestra contra. Las personas se jactan de conocer rutas alternas, de tener estrategias para evitar un bloqueo o incluso gozar de información privilegiada sobre los futuros bloqueos. Los otros ganadores son los vendedores ambulantes, ellos hacen su agosto en cada bloqueo y no los culpo, deben salir a conseguir el sustento familiar. Sin embargo, en los bloqueos se contraponen dos derechos humanos. El derecho a la movilidad y el derecho a la manifestación. ¿Cuál de los dos es el más importante? Esta tarea de la dejo a los expertos en el tema. Solo puedo decir que se debe legislar para que la Autoridad intervenga en su deber de hacer respetar ambos derechos. Sin embargo, podemos advertir que la ciudad de Oaxaca y el Estado de Oaxaca necesitan urgentemente discutir el tema. Por ejemplo, la ciudad de México posee la Ley de Manifestaciones Públicas y la Ley de Movilidad del Distrito Federal. Ambas, complementarias entre sí, logran respetar ambos derechos. Oaxaca, sin duda debe considerar estas opciones para que no seamos víctimas de los derechos que se volvieron en nuestra contra.

bloqueo

OTRAS ENTRADAS

eloriente.net 1 de febrero de 2017 Para el Poder Judicial de Oaxaca es prioritaria la capacitación continua de los servidores públicos, tanto de áreas administrativas como jurisdiccionales,…

eloriente.net 31 de enero de 2017 Esta semana Raúl Maldonado Mendoza reflexiona sobre los lamentables hechos ocurridos en una escuela de Monterrey hace algunos días. También recuerda…

(www.eloriente.net, México, a 31 de enero de 2017).- Conscientes de la importancia para la ciudadanía en general de la búsqueda de nuevas oportunidades de crecimiento profesional, ponemos…