eloriente.net

13 de octubre de 2017

Por Vania P. Rizo

Día con día trabajamos en algo con toda la intención de avanzar, de lograrlo. Andamos un camino complejo hacia ello pero lo alcanzaremos. Con compromiso, paciencia y atención. Con coraje [del griego Kardiá, después adaptado al castellano y actualmente cœur: corazón en francés “tener coraje es sinónimo de tener valor, de echar el corazón por delante”].

Hace días le decía a Martha Cristiana mi percepción y mi compresión acerca de la hipersensibilidad y de los dotes de bruja que tenemos en común. Le aplaudí y la sigo felicitando por compartirse, desde un común denominador que es la experiencia humana, de las historias que todos hemos experimentado pero que pocos decidimos compartir. De ese compartir naturaleza que tal parece, implica perder mucho hoy en día.

Entonces al igual que ella, al igual que muchos más, desde hace tiempo, decidí compartir mis canalizaciones, esas que son producto de situaciones vividas, encausadas después. Y no producidas a partir de un arte libresco sin experimentación.

Creo que podemos al menos sentirnos acompañados e inspirados, al saber que otras personas pasaron por tal situación o están tratando de comprender la experiencia y que esto a su vez nos permite de manera implacable poder acceder a la empatía, que bien falta les hace a millones de cabecitas huecas, estimular.

Me parece que si más personas se observaran, los prejuicios disminuirían. Los desprecios, el tono burlón y la discriminación sería cosa extraña y no pan de cada día. Si uno se observa con atención, se conoce. Puede mirarse al saber del otro, un espejo de algún aspecto. Lo que lleva a la comprensión, al respeto y a la admiración, no a un ser engreído que no deja de titilar cada que tiene oportunidad.

A todos nos está costando algo. Todos estamos encarnando al maestro y al aprendiz, abrámonos a sentir plenamente esta experiencia terrestre con los demás y hagamos un esfuercito extra para sentir al macrocosmos, posibilidades existentes en otros planos.

A todos nos está costando algo. A mí por ejemplo, me está costando aceptar, interpretar y transformar una etapa en mi vida muy intensa, donde he llorado mares en el mejor de los casos. Ha sido una etapa tan confusa, retadora, sorprendente, letargosa, valiente y timorata por partes iguales. Pero es gracias a esta etapa tan volátil que he descubierto un aprender a vivir sólido, que me ayudará por un resto de años. Con lo cual estoy inmensamente agradecida porque al final, lo mejor que queda es la gratitud.

Ya sean las diversas circunstancias que rodean e inyectan nuestras personalidades, todos tenemos algo que contar, que compartir. Y si bien hiciéramos el ejercicio consciente de encapsular nuestras experiencias transformadas, tendríamos una especie de enciclopedia carnal respirando, útil. A todos nos está costando algo. ¿A ti qué te está costando? ¿Estás transformando el movimiento? ¿Te desarrollas o solo creces? ¿Qué hay más allá de tu quehacer, eres más que eso?.

A todos nos está costando algo, aportemos a la convivencia. @vaniarizo

A todos por Vania Rizo

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