Edzná. Imagen: Gibran Huerta, INAH.

eloriente.net/INAH

10 de octubre de 2018

Especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) han completado en la Zona Arqueológica de Edzná, en el estado de Campeche, la liberación de los cuatro costados de la estructura monumental más icónica de esta urbe prehispánica: el Edificio de los Cinco Pisos (de 31.50 metros de altura y 60 metros de largo en cada lado de sus bases), un esfuerzo arqueológico que se remonta a mediados del siglo pasado.

Para el arqueólogo Antonio Benavides Castillo, director del Centro INAH Campeche y coordinador de la más reciente temporada de trabajo en el referido edificio maya, la limpieza del costado sur cumple con dos cometidos: concluir una labor que inició en 1959, cuando un equipo liderado por Alberto Ruz Lhuillier y Raúl Pavón Abreu, emprendió la liberación del costado poniente, continuada años más tarde por el propio Benavides Castillo en los sectores norte y oriente; y verificar que el basamento piramidal no tiene problemáticas de estabilidad.

Comentó que fue a partir de una intensa lluvia en la ciudad antigua que se creyó que el inmueble prehispánico presentaba afectaciones, por lo que se pudieron obtener recursos del Fondo de Desastres Naturales, y se intervino entre agosto de 2017 y mayo del año en curso.

“El proceso que seguimos fue excavar y consolidar de la base a la punta, lo que además de comprobar la estabilidad del basamento, nos permitió constatar la existencia en este sector de las distintas épocas por las que atravesó la construcción”.

 

Así, en la parte baja del costado sur se encontraron rastros arquitectónicos de la llamada fase Petén, que se desarrolló en Edzná entre los años 200 y 600 d.C., de la denominada Arquitectura Tardía, que tuvo lugar hacia 800 d.C.; y remanentes en los niveles superiores de la época Posclásica (1200-1450 d.C.).

Benavides explicó que tales temporalidades corresponden, respectivamente, a la fase inicial de la ciudad cuyo nombre significa “la casa de los itzáes”, a su época de auge y a la etapa en la que estaba en declive; carecía de una estructura gobernante y entraba paulatinamente en el abandono.

Señaló también que a pesar de que desde el recién liberado costado sur es posible apreciar los nueve niveles que en realidad integran al coloquialmente llamado Edificio de los Cinco Pisos —hallazgo que se remonta a la exploración de los segmentos norte y oriente en la década de 1990—, no se contempla su apertura al público.

Abundó que lo anterior se debe, en primer lugar, a que en el área existen numerosos bloques de piedra que dificultan el paso de los visitantes, y en segundo, a que el acceso a toda esta estructura está vedado porque anteriormente, cuando se permitía subir por la escalinata del costado poniente (vía la Gran Acrópolis), llegaron a registrarse pintas y acumulaciones de basura que tuvieron que ser remediadas por el instituto.



 

Los mayas desplantaban un edificio sobre construcciones anteriores

“Muchos espacios en Edzná están abiertos, sin embargo, en este caso se decidió restringir el acceso ya que, desafortunadamente, algunos visitantes no saben reconocer la calidad patrimonial de estos sitios”.

Asimismo, aunque no se tienen planeadas nuevas intervenciones en este icónico edificio, se trabaja en su continuo mantenimiento ante los efectos de elementos medioambientales, como la humedad y la vegetación.

El arqueólogo Antonio Benavides refirió que el Edificio de los Cinco Pisos es ejemplo de la importancia que para los mayas prehispánicos tenía el construir edificaciones principales sobre templos o edificios previos, toda vez que éstos últimos eran vistos como lugares de importancia histórica que resguardaban la energía de sus ancestros.

“En la cultura occidental estamos acostumbrados a destruir lo antiguo para construir algo nuevo, pero en la cosmovisión maya, desplantar un edificio sobre alguna construcción anterior, equivalía a volver todavía más sagradas a las nuevas estructuras”, finalizó.

Edzná. Imagen: Gibran Huerta, INAH.