Liam Young es un arquitecto y director de cine australiano que especula y juega con el futuro de la ciudad, con su diseño y lo urbano; la entiende como algo que está en todas partes.

(www.eloriente.net, México, 15 de marzo de 2019, por N22/Ana León).- Un paisaje postapocalíptico, robótico, aparece en la pantalla al tiempo que una voz narra diferentes historias de futuros posibles, futuros no proyectados y lugares a los que quizás ya no pertenezcamos. La ciudad cambia de piel, se transforma. Se construyen ciudades inteligentes, ¿más inteligentes que nosotros? ¿Se construyen ciudades para máquinas o para seres humanos? En una era hiperconectada aún se piensa que humanos y máquinas se mueven en ecosistemas diferentes cuando, para el arquitecto y director de cine australiano, Liam Young, deberíamos estar, ser y pertenecer a un mismo ecosistema, uno continuo. Parado ahí, frente a una audiencia atenta, Young narra lo que vemos en la pantalla, paisajes tecnológicos cambiantes, espacios transformados, donde ya no hay separación entre el campo y la ciudad porque ésta última está en todos lados.

Sobre esta propuesta y su particular mirada a lo que para él es la arquitectura, así como sus proyecciones de futuros posibles, charlamos con Young en el marco del Festival Mextrópoli.

Te defines como un arquitecto especulativo, ¿por qué y qué significa?

Me denomino como un arquitecto especulativo porque no diseño edificios, pero sigo trabajando como un arquitecto, lo que hago es contar historias acerca de lo global, de lo urbano y de las implicaciones arquitectónicas de las nuevas tecnologías, es decir, la forma en que estas nuevas tecnologías cambian lo que es la ciudad. Algo no muy separado del ejercicio de construir algo físico. Para mí es importante este tipo de arquitectos que puede imaginar futuros posibles sin tener que lidiar con clientes, con la lógica de los inversionistas y que pueden realmente especular con la formas en que la ciudad y los espacios están cambiando.

¿Qué es la ciudad para ti como arquitecto y como cineasta?

Las ciudades son ahora una enorme construcción de tecnología. En la charla que di en Mextrópoli llamada “City everywhere” (La ciudad en todas partes), lo que trato de describir con esta idea es que las ciudades ya no son más sólo un punto en el mapa, ya no son sólo un lugar. Las ciudades son, actualmente, una condición urbana que se extiende a través del planeta.

Solíamos hablar acerca de la ciudad y el campo como cosas separadas, pero ahora cualquier paisaje, cualquier lugar en la tierra es de alguna manera o cumple una función para lo urbano. Ha sido tocado por la ciudad y reproduce la ciudad o es producido por la ciudad. Trato de pensar formas de repensar la ciudad o en diferentes tipos de lenguajes para describirla, ya que no estamos hablando de entidades separadas, ahora hablamos de la ciudad en una escala planetaria, como una megaestructura. Y eso tiene un significado muy importante para nosotros como arquitectos, significa que no podemos seguir haciendo lo que hacemos y como lo hacemos, tenemos que repensar totalmente qué significa construir un edificio en la ciudad. Repensar qué significa trabajar con sitios, porque los sitios construyen una red de condiciones cuyas consecuencias cruzan el planeta.

En este sentido, el tema de Mextrópoli es Donde termina la ciudad, y entiendo que en tu visión, la ciudad está en todas partes. Si ya no hay límites, ¿estamos hablando de una ciudad global?

Sí, es inocente no pensar que las ciudades contemporáneas actualmente tienen fin, son totalmente continuas y creo que somos ciudadanos de las ciudades y de esta forma la ciudad es global. Pero es menos global en el sentido que usamos la palabra “global”, como una gran familia en donde todos vivimos juntos, es sólo que está en todos lados. Seguimos teniendo diferencias, seguimos discutiendo, peleando, el tema es que aunque la ciudad ha cubierto todo el planeta, ya no la entendemos de la misma forma y no podemos seguirlo haciendo, ya no podemos verla como un volumen continuo. Y eso es lo que yo trato de hacer en mi trabajo, trato de hablar de la ciudad como algo que está en todas partes, para empezar a pensarnos como ciudadanos del mismo lugar.

Y a lo que me refiero es que todos somos parte de la misma ciudad porque esa es mi experiencia en México o en Los Ángeles, o Londres, donde realmente nos envuelven experiencias,  la gente. Creo que necesitamos entender que todos nosotros estamos conectados y ahora podemos empezar a diseñar esas condiciones, tal vez podemos empezar a reimaginar cómo pensar el rediseño de una laptop o de un edificio, basados en que los suministros de esos objetos son emociones alrededor del mundo.

Imaginas el futuro a través de las nuevas tecnologías, en este sentido, ¿cómo imaginas la ciudad del futuro?

Lo que trato de hacer cuando pienso en el futuro de la ciudad es tratar de exagerar las tendencias que hay hoy día. Así que miro las nuevas tecnologías, las tecnologías emergentes, las exagero, las extrapolo para proyectarlas en futuros posibles. Así que tomo algo como un dron y veo la forma en que se desarrollan ahora y entonces proyecto, y empiezo a imaginar todos las diferentes culturas, puntos, todos los diferentes mundos que estos drones producen. Imagino drones de entrega, drones como mascotas, drones paseando perros o drones que nos conectan con personas que extrañamos.

Lo que trato de hacer es anticiparme e imaginar lo que debería ser y cómo esto cambiaría los espacios de la ciudad. Pero eso creo que lo importante de la arquitectura especulativa es proyectar esa tecnología en el futuro. Así que podemos empezar a buscar transformar su significado ahora mismo para cuando llegue, llevar esa tecnología por la dirección correcta,  para hacerla parte de un futuro más productivo y perfectible, no sólo un futuro en el que Mark Zuckerberg haga dinero.

Cuando haces una película con drones o utilizas los drones en tu trabajo, ¿estás también haciendo una referencia a que hay que cambiar el punto de vista desde donde se mira la ciudad?

Sí, creo que lo que está pasando en las ciudades ahora es que el dominio y los habitantes de los espacios solían ser personas y ahora son máquinas. Creo que ahora estamos empezando a hacer arquitectura, edificios, creando espacios para habitantes no humanos. Creo que ahora es más importante para el diseño de una calle pensar cómo los conductores de auto van a navegar en los mapas de las ciudades del mundo. Ya no es importante cómo percibimos nosotros el espacio, ahora es importante la forma en que los drones ven el mundo.

Puedo imaginar esa forma en la que solíamos diseñar muros o edificios de cristal para vivir la vida de una manera en específico. Ahora puedo imaginar también nuevos materiales tecnológicos diseñados para captar señales wifi o rediseñar la forma de los edificios para que respondan a las señales de un satélite o un sistema gps. Realmente creo que lo que estamos haciendo en la arquitectura está cambiando porque no estamos diseñando más espacios para personas, ahora estamos diseñando espacios para máquinas. ¿Qué es la arquitectura de estos espacios?

Acabo de publicar el libro Machine Landscapes, una colección de toda esta arquitectura diseñada para no humanos, y muchos de estos espacios son de los espacios más significativos para nuestra generación, estos espacios que tocan la vida de todos.

¿Qué piensas primero cuando piensas la ciudad: estética, función o en una ficción?

Cuando pienso en la ciudad pienso en una red. La ciudad como la arquitectura es la cristalización de millones de historias diferentes. Pero lo que la ciudad es realmente es una colección de historias de un sitio específico, cuando salimos y cruzamos diferentes espacios en todo el mundo. Esa es la forma en la que yo imagino la ciudad o trato de imaginarla, como esta extraordinaria construcción que hacemos nosotros mismos, cómo la atraemos hacia nosotros o cómo la apartamos. Pero es una colección de esas historias y la manifestación de quiénes somos y, de muchas formas también, una manifestación de lo que queremos ser.

La ciudad si bien podría ser construida, no existiría sin sus habitantes, ¿cómo imaginas a los habitantes de las ciudades que proyectas?

Creo que primero tenemos que desechar la idea de que estamos separados de la tecnología, no hay gente y máquinas, todos somos tecnología de alguna forma, todos estamos conectados, todos compartimos nuestras vidas a través de diferentes objetos como los teléfonos, las computadoras frente a las que nos sentamos para ver Netflix. Creo que es realmente peligroso pensar en esta idea de algo “natural” inherente a una condición humana  auténtica y a la tecnología. Creo que la única manera de ver hacia el futuro es ver a la tecnología, a la naturaleza, a nosotros mismos como parte de un ecosistema continuo. Yo no quiero que la gente pierda sus propios espacios, creo que hay oportunidades enormes en estos paisajes presentados por las máquinas. Creo que el peligro está en tratar de resistir e ir en contra de estas tecnologías sólo porque nos parecen diferentes. Creo que debemos de tratar de entender que es una extensión de nosotros mismos.

Has dicho que tu súper poder es las procrastinación, ¿por qué?

Lo podrías deducir por el trabajo que hago, pero sí, soy un tremendo procrastinador. Cuando miro el mundo y las ciudades, y veo cuánto trabajo es necesario hacer, también bien veo muchos proyectos posibles es difícil saber por dónde empezar, así que decido no empezar y me siento a ver videos terribles de Youtube, desperdiciar mi tiempo y nunca empezar nada, pero de alguna manera esto me ayuda para encontrar una pequeña pieza del problema con la que puedo explorar, experimentar. Creo que a eso es a lo que me refiero cuando digo que la procrastinación es mi súper poder. Y creo que de alguna manera es el súper poder de todos porque el tamaño de la tarea que tenemos enfrente es enorme para una sola persona, pero creo que tenemos que seguir trabajando.

Liam Young

Diseño, ficción y futuro.

Explora las posibilidades de los urbanismos fantásticos, especulativos e imaginarios.

Ficción y entretenimiento.

Es fundador del think tank Tomorrows Thoughts Today.

Ha sido profesor en la Architectural Association y en la Universidad de Princeton.

Dirige un Máster en Ficción y Entretenimiento en SCI-Arc.