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Mientras otros seres vivos se adaptan para encajar, los seres humanos somos los únicos que rompemos esta sintonía con la naturaleza, ¿Por qué?

(www.eloriente.net, México, 16 de mayo de 2019, por Fernando Alonso).- Desde que la vida empezó a existir en el planeta, la misma biología ha facultado a los seres vivos para adaptarse a su medio ambiente por medio de capacidades como cambiar de color, protegerse con características propias de su corporalidad, guardar reserva para momentos de escasez, socializar entre muchos otros mecanismos. Si se observa como ha sido la transformación de la vida desde sus inicios con los organismos unicelulares hasta la actualidad encontraremos una palabra clave que puede resumir la adaptación: complejidad.

Mientras el resto de especies tanto dentro del mundo animal como vegetal se adaptan al someterse y transformarse para encajar en su ambiente, los seres humanos somos los únicos seres en todo el reino animal que rompemos esta sintonía con la naturaleza, ¿Por qué? Porque somos los únicos que tenemos los medios para modificar el ambiente para satisfacer nuestros intereses, y estos medios son el cerebro y la capacidad de materializar nuestras ideas por medio del trabajo.

Ahora, enfatizando el punto del cerebro podemos entrar en un sinfín de temas que están correlacionados sin embargo, siendo objetivos y enfocándonos en la cuestión evolución-cerebro, es interesante observar como bajo un estudio riguroso conceptos que damos por sentado, cambian o necesitan ampliarse o repensarse.

Por ejemplo en el caso de la realidad, la neurociencia explica que el cerebro no puede distinguir con claridad la diferencia entre la realidad interna y externa, por eso los sueños producen las mismas reacciones fisiológicas (como la taquicardia, la sudoración, la deshidratación, etc) como cuando estamos en vigilia, otro ejemplo es cuando estamos muy enfocados en un tema y el mismo empieza a aparecer más frecuentemente, me explico de mejor manera, si estamos pensando en un problema que tiene nuestro automóvil Tsuru, vamos a empezar a ver más tsurus en la calle, estacionados, de diferentes colores, etc. Lo mismo ocurre con nuestras ideas, se empiezan a proyectar en el mundo conforme más nos enfocamos en ellas.

Ese es un punto focal para entender de mejor manera los procesos de la mente, el cerebro y la evolución, el otro punto central son las emociones, para entenderlo mejor es necesario conocer que es una emoción, tomaremos por definición de emoción una reacción psicofisiológica motivada por el ambiente con la finalidad de sobrevivir (Lawler,1999), aquí es donde la cosa se pone interesante pues, evolutivamente nuestro cerebro no ha cambiado significativamente desde que somos homo sapiens, sin embargo queda un remanente evolutivo referente a las mismas emociones, pues al ser reacciones se producen en milisegundos y generan las mismas respuestas fisiológicas en nuestro cuerpo y ahora sabemos, en nuestro pensamiento. Entendamos mejor esto por medio de una comparativa.

Situémonos por un momento en la prehistoria formando parte de una comunidad humana que está desarrollando el lenguaje de manera progresiva, por lo tanto su medio de comunicación está basado en sonidos, y expresiones corporales, en esta etapa de la humanidad ¿tenían las emociones un papel central? La respuesta es que si, pues aseguraban la supervivencia de la comunidad, pues si aparecía algún depredador cerca de la comunidad y algún miembro se percataba de la existencia del mismo, el hecho de detenerse a pensar, reflexionar, analizar el evento hubiese conducido solamente a pérdidas humanas de la comunidad, por lo tanto por principio cerebral, el miedo jugo un papel importante en estos eventos, ya que al percatarse de un peligro inmediatamente se le avisaba al grupo por medio del lenguaje corporal y la gesticulación facial, que rápidamente se interpretaba como una señal de alarma por el resto de miembros y tomaron acción ya sea defendiéndose o escapando.

En la actualidad ya no vivimos bajo la amenaza de depredadores salvajes que puedan cazarnos o acecharnos como en la prehistoria, así como tampoco estamos expuestos a peligros enormes o inevitables, eso es una ventaja del proceso civilizatorio, sin embargo a nivel cerebral las emociones pueden provocar reacciones fisiológicas semejantes a las experimentadas por las primeras comunidades humanas, por lo tanto cuando hablamos de realidad y emociones entramos a un debate realmente interesante, pues la misma neurociencia explica también como las emociones intensas deforman la realidad, para dar una prueba empírica al respecto, solo debes recordar la última vez que estuviste realmente enojado o muy triste, ¿Cómo era la realidad entonces? ¿Cómo lo es ahora? ¿Hubo un cambio en tu medio, fuiste tú mismo o una combinación de ambos?

Por lo tanto es necesario educar en formas de expresar y educar emociones para que podamos conectarnos adecuadamente al presente, resolver problemas y por lo tanto vivir mejor.

 

Lawler EJ (1999) Bringing emotions into social Exchange theory. Annual review of sociology 25: 217-244

 

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Un espacio sobre psicología e introspección, con el Psic. Fernando Alonso