Arco del Triunfo (Arc de Triomphe) en París

Por RFI/Raphael Morán

La Ciudad Luz se ha convertido en la capital de la especulación. En agosto, el gremio de notarios de París ha constatado que el precio promedio del metro cuadrado en la capital francesa ha superado los 10.000 euros. Una cifra que corona una década de aumento que parece no tener límites.

Según un ranking establecido por el banco suizo UBS, París se ha convertido en la tercera ciudad más cara del mundo para alojarse, únicamente superada por Hong Kong y Nueva York.

A tal punto que hoy, solo el 24% de los habitantes de la región de París tienen la capacidad económica para comprarse una vivienda de tan solo 36 m². Un caso único en Francia.

Y los esfuerzos de la Alcaldía de París, gobernada por la socialista Anne Hidalgo con el apoyo de una coalición de izquierda, no han frenado el aumento de los precios de la vivienda. La alcaldesa desarrolló la vivienda de interés social –la tasa pasó de 19% a 22% en 5 años, limitó el número de noches autorizadas para rentar alojamientos en AirBnb y trató de limitar el aumento de los alquileres.

La Alcaldía instauró incluso un impuesto a los propietarios que dejan vacíos sus apartamentos. A seis meses de las elecciones municipales, el problema de la vivienda es la preocupación número 1 de los parisinos.

Según explica el diario Le Monde, el aumento constante de los precios atrae a los especuladores. Las causas son varias. Primero, la demanda supera, de lejos, la oferta de viviendas. Durante el primer trimestre de 2019, el sitio de clasificados PAP, registró por ejemplo 134.800 candidatos para comprar una vivienda, mientras que las ofertas no superan la cifra de 40.000.

Segundo, muchos compradores ponen luego su apartamento en AirBnb o residen en otra ciudad y ocupan su vivienda parisina unos meses al año. En el corazón de la capital, el 25% de los apartamentos están inhabitados.

A todo ello se suma otro factor: el bajísimo nivel de las tasas de interés favorece el endeudamiento para la compra de viviendas.

Como consecuencia de esta tendencia de alza de precios, París pierde entre 10.000 y 12.000 habitantes al año. Las familias y la población más modesta abandonan la capital que se convierte en una ciudad para ricos donde proliferan las tiendas de lujo.