José Kozer en imagen de Zenda

Amor para una joven aspirante a poeta

En Fontainebleau vida mía
tomaremos unas jarras de cerveza
bajo un parasol (Cinzano) una copita
de curaçao, picaremos niña
unos saladitos (pásame el hueso
de la aceituna). Luego
a trabajar en firme, que se titule el poema
“Fusilamientos de un caballero color siena”
donde haya una dama y su amor que muera
en las guerras napoleónicas. Para
un día de trabajo es suficiente: subamos
en Fontainebleau a la habitación, echémonos
a bosquejar arbolillos pelados a principios
de la primavera, despedidas
bajo palio de los amantes de Teruel, Verona
y con suma grandilocuencia (Vigny) “Jʼaime
la majesté des souffrances humaines
”. Con esta
referencia culta nos llega para seguir
mañana: de momento
las persianas para que haya sombra (igual
que en un buen poema es requisito indispensable
el frescor de la penumbra) y tira
de la campanilla para que la doncella traiga
una copa, alerta
niña que el poeta a tu lado es una
eminencia, coloca
en el flamante carmesí de tu mejilla
un ósculo
y se desata, marcha
más de una legua la infantería por doquier y
Napoléon épouse Marie-Louise, se ejecutan
como racimos en un abrazo.



Nota bibliográfica

José Kozer (La Habana, Cuba, 1940) es hijo de emigrantes judíos de Polonia y Checoslovaquia. Reside en la ciudad de Nueva York desde 1960, y desde 1965 enseña lengua y literatura en Queens College. A pesar de haber tomado algunas clases en la Universidad de La Habana, inicia su actividad como escritor propiamente en Estados Unidos, al margen de sus coetáneos en Cuba o en la América Latina.

Kozer ha incursionado en diferentes géneros literarios: la traducción, en especial autores japoneses a partir de ediciones en inglés; el ensayo, sobre todo en cuanto digresión y reflexión, más que como disciplina académica; los diarios, en grandes carpetas, que viene escribiendo desde 1964; la profusa actividad epistolar que, muy bien, podría ser otro de sus géneros predilectos; y, sobre todo, la poesía. Ha escrito cerca de tres mil poemas, de los cuales sólo una mínima porción ha sido publicada. Sus libros son: Padres y otras profesiones (Nueva York: Ediciones Villamiseria, 1972), De Chepén a La Habana (en colaboración con Isaac Goldemberg, Nueva York: Bayú Menorah, 1973), Este judío de números y letras (Tenerife, Islas Canarias: Nuestro Arte, 1975), Y así tomaron posesión en las ciudades (Barcelona: Ámbito Literario, 1978; México: UNAM, 1979), La rueca de los semblantes (León, España: Provincia, 1980), Jarrón de las abreviaturas (México: Premia, 1980), Antología breve (Santo Domingo, República Dominicana: Luna Cabeza Caliente, 1981), Bajo este cien (antología, México: Fondo de Cultura Económica, 1983), La garza sin sombras (Barcelona: Llibres del Mall, 1985), El carillón de los muertos (Buenos Aires: Último Reino, 1988), De donde oscilan los seres en sus proporciones (La Laguna, Tenerife, Islas Canarias: H.A. Editor, 1990) y Trazas del lirondo (México: UAM, 1993).* También ha publicado varias plaquettes. La última, PrójimosIntimates (Barcelona: Carrer Ausias, 1990), en edición bilingüe, fue traducida al inglés por Ammiel Alcalay. Además, Kozer es colaborador asiduo en un sinnúmero de revistas de España, Estados Unidos y Latinoamérica. Fue director de Enlace (1984-1985) y es miembro del consejo editorial de otras publicaciones periódicas.

La recepción crítica de esta obra ha ido aumentando en interés. Desde las reseñas de Eduardo Milán (en Vuelta) y las de Jorge Rodríguez Padrón (en Cuadernos Hispanoamericanos), hasta las entrevistas y estudios más extensos (hay dos tesis doctorales), Kozer ya es señalado como uno de los principales creadores del momento.

Jacobo Sefamí

* Otros libros de José Kozer son Et mutabile, 1995; Réplicas, 1997; y Rosa cúbica, 2002, entre varios más. (N. del E.)
Este es un Material de Lectura de la Universidad Nacional Autónoma de México: AQUI.