Por N22
Hay actrices, actores y directores que se han convertido en iconos de toda una generación, una de ellas es Anna Karina, una de las últimas sobrevivientes de ese movimiento que cambió al cine francés y del mundo llamado Nouvelle Vague y cuyo único representante vivo ahora es Jean Luc-Godard, con quien la actriz filmó siete películas.
La Nueva Ola surgió a finales de los años cincuenta del siglo XX. Sus directores buscaban libertad de expresión y libertad técnica en la producción fílmica. Así surgió este movimiento cuyos integrantes se convirtieron en referentes del cine mundial: Claude Chabrol, Éric Rohmer, Jacques Rivette, Agnès Varda y Jean-Luc Godard.
Anna Karina fue uno de los principales rostros de la Nouvelle Vague. Nació en 1940 a las afueras de la ciudad danesa de Aarhus. Huyendo de una infancia de escasez y de violencia, llegó a París. Nació como Hanne Karin Bayer y fue la mismísima Coco Chanel quien le diera el nombre con el que fue conocida a nivel mundial, el guiño tolstoiano: Anna Karina.
Trabajó como modelo antes de dedicarse al cine y fue así como la conoció Godard con quien debutó como actriz en la cinta El soldadito, que fue censurada por dos años. Se casó con el cineasta y su matrimonio duró cuatro años. Perdieron un hijo y realizaron siete películas juntos, entre ellas Pierrot el loco, Alphaville, Vivir su vida, Banda aparte.
Luego, trabajó con cineastas como George Cukor (Justine), Luchino Visconti (El extranjero), R. W. Fassbinder (Ruleta rusa) o Raúl Ruiz (La isla del tesoro). Y Serge Gainsbourg le escribió una comedia musical, Anna.
«Fue una mujer que miraba con sentimientos en un mundo que se limitaba a hablar con palabras».