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Por Juliana Sayuri / RFI

Famoso por sus largas jornadas laborales, el mercado japonés está siendo presionado para que implemente horarios más flexibles, con alternativas como el trabajo desde casa o el tiempo parcial. Después de la reforma laboral, aprobada el año pasado e introducida en abril de este año, se estableció un límite de 45 horas extras por mes. Con mayor tiempo libre, la productividad ha mejorado significativamente.

Las oficinas de Microsoft ya no abren sus puertas los viernes desde el mes de agosto en Japón. El experimento, que dio un día libre extra a los 2.300 empleados de la sucursal japonesa, redundó en un aumento del 39,9% en la productividad durante el mes.

El fin de semana extendido -de viernes a domingo- fue una estrategia del «Work-Life Choice Challenge Summer 2019», un programa diseñado para mejorar el equilibrio entre la vida personal y profesional de los trabajadores. Durante un mes, la empresa tecnológica también limitó las reuniones a 30 minutos y priorizó la comunicación por Internet. En el período, el consumo de electricidad cayó un 23,3% y el consumo de papel impreso un 58,7%.

Según el estudio, la reducción de la jornada laboral estimuló la eficiencia de los empleados, que optimizaron el tiempo en la empresa – 92,1% de ellos aprobaron la experiencia. «Los empleados quieren tener diferentes formas de trabajar», destacó la nota de Microsoft, que pretende adoptar un programa similar en invierno.



Reforma laboral

En abril de 2018, el gobierno japonés aprobó una serie histórica de leyes laborales, la primera propuesta de reforma en los últimos 70 años. Diseñada para mejorar las condiciones de trabajo en el país, la reforma estableció un límite de 45 horas extras («zangyo» en japonés) al mes.

Las empresas que superen este límite podrán ser sancionadas con una multa de hasta 300.000 yenes por incidente (equivalente a 2.500 euros) o prisión de los responsables durante seis meses.

En abril de este año, la medida entró en vigor para las grandes empresas. Para las pequeñas y medianas empresas, arrancará en abril de 2020.

El mal de ‘Karoshi’

El exceso de trabajo es una realidad en el mercado asiático. Según datos del gobierno japonés para 2016, casi una cuarta parte de las empresas exigen a sus empleados más de 80 horas extras al mes.

Las consecuencias de las largas jornadas laborales son preocupantes: desde los años sesenta, el país ha registrado casos de muertes por exceso de trabajo («karoshi», en japonés), causadas principalmente por enfermedades cardiovasculares y mentales asociadas a las largas jornadas laborales – las autoridades japonesas reconocieron 236 casos en 2017.

Una de las historias emblemáticas fue la muerte de la periodista Miwa Sado, de la emisora pública del país, TV NHK. La reportera de 31 años tuvo un ataque al corazón en julio de 2013, después de trabajar 159 horas extras en un solo mes. En 30 días, sólo se tomó dos días libres. La muerte fue reconocida públicamente como «karoshi» sólo en 2017.

Otro fenómeno es el elevado número de suicidios relacionados con el ritmo de trabajo («karojisatsu», en japonés) – 208 incidentes fueron oficialmente reconocidos en el período. Poner el freno, por lo tanto, está en el centro de las discusiones en el país.

 

Equilibrio entre la vida personal y profesional

En agosto de 2018, el gobierno japonés alentó a las empresas a dar un lunes por la mañana libre al mes para reducir el número de horas extras y también para mejorar el equilibrio entre la vida personal y profesional de los trabajadores. La propuesta surgió después de un experimento realizado por el Ministerio de Economía, que liberó al 30% de su personal un viernes por la tarde al mes. Según la experiencia del ministerio, el lunes es el mejor día, porque las empresas de los viernes están bajo presión para finalizar los proyectos.

Las iniciativas, sin embargo, recién dan sus primeros pasos en el archipiélago asiático, donde la cultura corporativa es muy fuerte y el exceso de trabajo, aunque peligroso para la salud, es valorado. Según datos de la web de viajes Expedia, que realiza una encuesta anual entre trabajadores de 30 países, los japoneses son los que menos disfrutan de días de vacaciones remuneradas (sólo el 50% de los días a los que tienen derecho). También se sienten más culpables por tomar tiempo libre y no trabajar (63%).