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Por: Osmar Gijón

Todas las personas en algún momento de nuestra vida hemos escuchado las palabras “sueldo” y “salario”, las relacionamos de manera similar siempre que tenemos un trabajo, sin embargo ambas palabras tienen características diferentes que tenemos que analizar, podemos definir que tanto el sueldo como el salario son remuneraciones que un empleador otorga a un trabajador o profesional a cambio de sus servicios, la diferencia se encuentra en que el sueldo siempre será una remuneración fija que se calcula por medio de las cantidades de días de trabajo, por horarios establecidos, por cargos de organigrama o por beneficios laborales, mientras que el salario será una remuneración variable, es decir se calculará por medio de unidades de tiempo laboradas y estás pueden ser días u horas.

Con esta simple diferencia podemos percatarnos que en la sociedad existen mujeres y hombres que a cambio de sus servicios laborales tienen retribución económica de forma fija y segura cada determinado periodo, este puede ser semanal, quincenal o mensual, pero también existe la otra cara de la moneda pues mujeres y hombres viven de manera incierta económicamente, pues dependerán de que tan baja o alta sea la demanda de sus servicios.

La pesadilla empieza muchas veces cuando no se espera una crisis y dicha crisis llega, pues quienes no tuvieron la cultura del ahorro, aún tengan derecho a un sueldo o a un salario simplemente se las verán más difíciles para cubrir las necesidades básicas.



Hoy muchos países se enfrentan a una nueva crisis, un virus que nos demuestra que no somos tan fuertes como pensábamos, sin embargo ante el COVID-19 nos exponemos ante nuevos riesgos, y entre ellos a la desigualdad económica de las retribuciones por los servicios laborales, y esto por consecuente traerá nuevos retos en la educación, alimentación, servicios de salud, entre otros más, pues no todos tienen acceso a una retribución digna, e incluso hombres y mujeres ni siquiera pueden generar recurso para sustentar sus necesidades básicas.

México

En México Luisa María Alcalde Luján quien es titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social destacó que el salario mínimo para este 2020 es de $123.22 mientras que en la zona libre de la frontera norte es de $185.56, sin embargo para muchas familias no es suficiente pues los productos de la canasta básica se han incrementado, de la misma forma que los impuestos.

Hace unas semanas por medio de la Secretaría de Salud el Subsecretario de Prevención y Promoción, Dr. Hugo López-Gatell anunció que por disposición oficial se implementaba el programa “Quédate en casa” esto con la finalidad de no incrementar las cifras en México de infectados por coronavirus, sin embargo mi pregunta es: ¿Cómo le dices a un país en donde su ciudadanía vive al día para poder comer quédate en casa?

De acuerdo a la Comisión Nacional de los salarios mínimos con publicación del 01 de enero de 2020 un albañil mexicano gana $142.14 en el resto del país mientras en la zona libre de la Frontera Norte gana $185.56 por día, sin embargo un Diputado Federal tiene como dieta neta mensual la cantidad de $74, 548.34 más $45,786 de asistencia legislativa y la cantidad de $28,772.00 de atención ciudadana, esto de acuerdo a la página oficial del H. Congreso de la Unión.



Esto no solo es en tiempos de COVID, esto ha sido desde todas las administraciones pasadas, tampoco es un secreto a voces, pues los datos ahí se encuentran, la desigualdad económica siempre ha existido, hoy basta con observar a nuestro alrededor y percatarnos que en tiempos de crisis la sociedad civil se solidariza con la ciudadanía que no tiene nada en estos momentos, o bien que mientras algunas y algunos estudiantes toman clases en línea otros más no pueden por la simple razón de que no tienen computadora o internet en sus comunidades, muchas mexicanas y mexicanos aún queriendo quedarse en casa tienen que arriesgarse a salir pues saben que si no salen no hay donde dormir o donde comer, pues muchas personas trabajan al día para pagar su renta y su alimentación.

Se implementó la medida en productos y servicios a domicilio, una alternativa de solución ante esta problemática, sin embargo en la realidad es que las ventas han sido demasiado bajas pues quienes solían consumir hoy están sin trabajo, en casa o bien esperando que esta pandemia termine para poder salir y recuperarse económicamente, por ahora también miles de comerciantes, emprendedores y empresarios luchan por que sus sueños de años de trabajo sigan respirando.

Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces; pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos” fue la frase de Martin Luther King, hoy ante estas líneas escritas por uno de los lideres más importantes e influyentes del mundo me gustaría cerrar los ojos y soñar con un día ver que todos podemos vivir en un México igualitario, con condiciones de vida digna, espero poder imaginar en mis sueños como los gobernantes aunque sea en tiempos de crisis puedan apoyar desinteresadamente a quienes confiaron en ellos para poder llegar al poder, quiero adentrarme en mis sueños y observar fijamente que todos sin excepción somos parte de que México siga creciendo, ese México en donde no existen ni los fifís ni los chairos.

Hoy espero que los tres órdenes de Gobierno puedan tener estrategias reales de apoyo a la ciudadanía, y a las y a los que fueron más afectados, es por ti, es por mí, es por México, todo estará bien.