Foto: Pexels. 25 de mayo de 2019
Por: RFI
Su situación de emergencia arrancó el pasado 24 de marzo y ha durado hasta este sábado con el objetivo de frenar los contagios por Covid-19. Pero desde este 11 de julio respirará una nueva etapa, con nuevas reglas. Las autoridades temen rebrotes e incluso una segunda ola
Francia inicia desde este sábado una nueva etapa no exenta de incertidumbres. Este sábado es el primer día sin estado de urgencia sanitaria, situación decretada el pasado 24 de marzo para luchar contra la pandemia.

Pero el gobierno francés, que lleva corroborando desde hace varios días un claro relajamiento en las consignas de seguridad entre la población, avisa de que ello no significa «un vuelta a la normalidad al 100%», tal y como ha dicho el ministro de Sanidad, Olivier Veran. 

Aún cuando los científicos expresan su temor en cuanto a la probabilidad de una segunda oleada, apelando a la prudencia, Francia ha podido poner bajo control su epidemia, a excepción del departamento-archipiélago de Mayotte y la Guyana, donde el estado de emergencia ha sido prolongado «hasta el 30 de octubre», debido a la crítica situación en ultramar.

Pero lo cierto es que a partir de hoy ciertas cosas cambian en la nueva etapa que se abre.  Para empezar, se trata del inicio de las reuniones. Sobre todo, de eventos que congreguen hasta un máximo de 5.000 personas, como los que ya anhelan los amantes de los deportes, que podrán darse cita en estadios e hipódromos, hasta al menos el mes de septiembre. En este ámbito, está la duda de qué hacer con la liga de fútbol francesa, sobre la que se decidirá si una relajación es posible a mediados de agosto.

Mientras las rutas fluviales se abren, y las manifestaciones ya no tendrán que pedir a la prefectura un permiso, lo festivo y lo artístico volverá, pero con condiciones. Las discotecas, por ejemplo, no podrán abrir sus pistas de baile hasta septiembre. Distinto es para las salas de espectáculos que podrán retomar su actividad, con un permiso en el caso de las que puedan dar acogida a más de 1.500 espectadores.

El fin del estado de emergencia también pone término a la llamada «tregua invernal», los propietarios de viviendas podrán expulsar a sus inquilinos en caso de impago, así como los proveedores de energía podrán cortar el gas o la electricidad, si no se pagan las facturas. Solo la compañía eléctrica EDF se ha pronunciado en contra de estos cortes de energía, hasta al menos el día 1 de septiembre.

También cambia la regulación de precios de mascarillas y geles hidroalcohólicos. Hasta hoy con precios fijos, ese tope máximo se anula para dar libertad de decisión de cada establecimiento.

Con todo, solo un nuevo confinamiento total será posible, bajo un nuevo estado de emergencia sanitaria. En caso de rebotre de la enfermedad en ciertas zonas del territorio, el Gobierno francés podrá aplicar restricciones como impedir los desplazamientos u obligar el cierre de establecimientos abiertos al público, sobre todo aquellos que no puedan cumplir con las medidas de distancia social.