La Pirata del oriente

Por Eva Bodenstedt

AS-CO

La niña trae la palabra “asco” últimamente en los labios con mucha frecuencia. La madre le pide que no la diga fuera de contexto, intentando explicarle que hay muchas palabras para describir una situación desagradable.

Hoy, no obstante, amanece con esa palabra -y en mayúsculas- para resumir la sensación que le da terminar esta semana con tal cantidad de trágicas realidades que no tienen una palabra existente para puntualizar su deleznable proceso. Estamos fritos, jodidos, intoxicados, muy lejos de querer y poder alcanzar unidos un futuro contrario a lamentable.

Vuelven las noticias a postrarnos ante los pies de lo contrario a lo agradable. Por un lado, el corazón de la República late de nuevo con noticias preocupantes por los orígenes del trágico accidente de la Línea 12 del metro en la Ciudad de México; salen a relucir una cantidad inmensa e imperdonable de fallas que hienden una herida en todxs, no sólo en las familias de los difuntos, por la sencilla razón de que la corrupción parece no tener límites, la ética en el Poder parece no existir, y aún sabiendo que los tantos responsables de la construcción y el mantenimiento de esta transporte público pueden tener un grano de arena en la tragedia, la vida de los difuntos no regresará.

Aún faltan dos meses para que la “radiografía” brinde una razón exacta y señale a quiénes fueron los responsables, que hasta hoy, se ven múltiples. Tres autoridades, dos pasadas (Ebrard y Mancera) y una actual (Scheinbaum), ven temblar su presente ante su inevitable participación en esta obra; dos de ellas, su futuro, porque si alguno de ellos se perfila como Presidente y sucesor de Andrés Manuel López Obrador, será cuestionado.

Nuevamente la autoridad competente, La Fiscalía, lo tiene que resolver. ¿Quién resuelve la responsabilidad política? ¿No están también involucrados los dos que fueron Presidentes y el actual?

El futuro de las víctimas ya no existe. El nuestro sí.



 ¿Es un simulacro nuestra cotidianidad?

Vámonos al sur, a nuestra Oaxaca, a donde asesinan —con el asesinato del reportero Gustavo Sánchez que trabajaba en Pacifico TV dando nota roja e información sobre política en el Morro Mazatán Santo Domingo Tehuantepe—,  el derecho de la gente a ser informada. Así de sencillo.

El viernes 11 de junio, seis días antes de ser privado de su vida, fueron notificadas a las autoridades competentes las medidas que se tomarían para defenderlo, serían rondines en su contorno así como la donación de un chaleco antibalas para él. Pero además de ser publicada, no fue aplicada, ¿la razón?, no hay respuesta. Ya había sufrido un atentado en julio del año pasado por un sujeto llamado Esteban Cruz Luna, quien no fue privado de la libertad por las autoridades, mostrando así que la autoridad o está coludida o es cómplice directa o indirectamente de esta otra tragedia.

Igual que en el centro del país, en contubernio con la falta de una verdadera responsabilidad civil y social, lo imperdonable se nos atora en la garganta.

Subamos de nuevo en el mapa de la Nación hacia el norte.

En el estado de México, ese mismo día jueves 17, asesinan a otro periodista, Enrique García, en Metepec.

Hace más de 10 días mi estimada amiga y Secretaria de la Mujer, Ana Vázquez Colmenares, me mandó un link para aplicar como periodista a una beca y apoyo por parte de la UNICEF para realizar reportajes de fondo sobre problemáticas actuales. La leo minuciosamente y comento la probabilidad, en equipo con el gran periodista Omar Gasga, de entrarle. Él propone abordar el tema de la tala de árbol en la sierra sur. Cada vez que viajo de la costa a la Capital o viceversa, en el lapso de 4 horas desde Candelaria Loxicha hasta Oaxaca, no menos de 7, 8, 9 camiones grandes, GRANDES, bajan cargados de pinos muertos, gordos, es decir, viejos, que habitaron hasta ser centenarios en lugares que no vemos desde la carretera, pero ah, ¡qué tal ahora que llovió, qué cantidad de cascadas de tierra cubrieron los caminos como avalanchas, y piedras enormes resbalaron irrefrenables hacia el abismo, hasta detenerse en esa franja por donde se comunica esa parte de la costa con la capital!

¿Le entramos? Recuerdo al defensor Euigui Roy asesinado el 9 de mayo del año pasado en ese misma misma localidad por ser defensor de la naturaleza.

Y apenas mientras escribo esta nota, nos sorprende la noticia del posible asesinato de Tomás Rojo Valencia, el  líder Yaqui de Sonora, el activista emblemático en la lucha contemporánea de este grupo  indígena del norte que hace más de un mes salió a caminar como cada día con su pañuelo rojo que siempre portaba, y no volvió. Su hija Pamela anunció su desaparición, y ayer, buscando leña un campesino vecino, divisa una fosa, a 12 kilómetros de Vican, y encuentra dentro el cuerpo de un cadáver vestido con la ropa que coincide con aquella con la que salió el hombre que luchó en contra de la creación del Acueducto Independencia en la llamada «Guerra por el Agua», misma que ha ocasionado sin más, en los últimos 2 años, la desaparición de 20 personas.

La  deuda histórica que hay con los yaquis se ha salido de control aún cuando el Presidente aceptó que se les debía la repartición de tierras que les hizo Lázaro Cárdenas. Pero nuevamente está en las manos de la Fiscalía de Sonora, esta otra realidad de la desaparición y asesinato de los luchadores por la tierra y el agua.



¿Quiero entrarle a ver quién tala en nuestra parte de la Sierra Madre el bosque?

La respuesta es rotunda: NO. No cambiaremos el destino con un posible reportaje a fondo, ya antes de que lleguemos al meollo del asunto, la niña se queda huérfana.

Y así cierra la semana. Triste, con su palabra en la boca del alma: ASCO.

¿Qué pasará cuando se prescribirá la responsabilidad de una y otra tragedia en las Fiscalías y las gradas altas del poder político? Allá, en la capital, que si fueron los constructores los que no siguieron a pie de la letra lo que debían hacer, o las autoridades; acá, que si se sabrá o no quién mató a Gustavo, en Edomex a Enrique, en Sonora a Tomás.

¿Se detendrá la ambición de esxs nuevos mexicanxs por llegar a tener el poder sin importar cómo, y desde ahí sencillamente enriquecerse, y o subirle los gramos de oro al ego?

La respuesta es no, mientras no tengamos una educación digna y real, mientras no tengamos salud, equidad y familias íntegras, estamos muy cerca -por la casualidad-, todxs  al borde del abismo, o cerca, muy cerca.

La Pirata no sabe si quitarse la tapa de uno de sus ojos para caminar sin duda al llamado de la segunda vacuna, ya la anuncian, por el altavoz del pueblo…

Tengan lindo fin de semana en esta piñata llena de dulces y amargos.