Notas de Juan Pablo Vasconcelos

En 1994, el compositor, poeta y cantante oaxaqueño Víctor Martínez regresa a su tierra natal, luego de una larga estancia en la Ciudad de México. De hecho, en noviembre de ese año, su madre cocina un tradicional mole negro en la casa familiar, y a Víctor le toca darle vuelta en la olla quizá una o dos noches previas al día de la reunión colectiva.

Con el platillo, se iba cocinando también la idea de volver que pocos días después se haría realidad.

Esta vuelta al origen está repleta de referencias.

Por un lado, la situación cada vez más tensa en la Ciudad de México debido al aumento de la violencia y la inseguridad. De hecho, al compositor le toca ver a lo lejos el robo de dos autos y un asesinato: el caso de un trabajador de super mercado, cerca de su casa, a quien saludaba siempre que acudía a comprar cotidianamente.

Y por otro lado, la necesidad de reencontrarse con el lugar, las personas y los pueblos que prefiguraron su identidad como oaxaqueño y su sentido de pertenencia.

Al tener la carrera de ingeniero, muy pronto Víctor Martínez fue invitado a trabajar en Oaxaca practicando su profesión. Esto facilitó la vuelta del cantante, pero ahora acompañado de su esposa y de su hijo, que por aquel entonces tenía 3 años de edad.



¿Cómo surge Soliluna?

Por esos años, como padre de familia, oaxaqueño recién vuelto a la tierra y cantante con amplia trayectoria, pues tenía ya un largo recorrido por ritmos muy distintos como el jazz, el blues, el rock y la tradición latinoamericana, Martínez recibe la invitación de Germán Vargas, amigo suyo y funcionario del DIF en Oaxaca a participar de una reunión de amigos.

Allí, Víctor Martínez toca su repertorio, cargado de blues y rock, pero incluye algunas peteneras y sones. Durante la reunión, Vargas le comenta sobre la intención del DIF de encontrar algunas canciones «para niños».

A lo cual el cantante le responde que lo conveniente sería realizar en canciones una reflexión sobre la infancia, los recuerdos de aquellos años, su significado vital.

Allí surge un proyecto que, con el tiempo, fue derivándose en 5 piezas: 1. Soliluna; 2. Para que se logre; 3. Son de Cuna; 4. El Son del Juguete y 5. Son del Arlequín.

De estas 5 canciones, las últimas dos aún a la fecha se encuentran en proceso. Pero las 3 primeras se convirtieron pronto en referencias y canciones importantes del repertorio oaxaqueño.

En Oaxaca, se organiza alrededor de 1996 un Festival de la Canción Contemporánea y fue allí donde Soliluna en particular se estrena por primera vez.

También es verdad que esta pieza, como Para que se Logre y Son de Cuna, son grabadas por primera vez de forma profesional en «Oaxaca, los sonidos de la lluvia», que vio la luz en el año 2001 y que fue el primer disco de Martínez producido enteramente ya en su etapa oaxaqueña.

Durante su creación, Soliluna es producto de una reflexión profunda sobre la identidad y el reencuentro. Víctor en aquel entonces recorre los pueblos y comunidades de Oaxaca para reconocer influencias y tradiciones. Encuentra El Palomo y el Jarabe Ejuteco que, como casi todas las piezas de la región se interpretan en sol, y recobra la aproximación de los idiomas y lenguas indígenas.

En el primer sentido, debido a su influencia en el blues y el rock, intenta variaciones. Cambia el sol por el mí, introduce armonía moderna y la síncopa que había aprendido previamente, y así se logra la música acabada de Soliluna.

En el caso de la letra, Víctor Martínez se da cuenta que éstas utilizan la transfiguración. Es decir, al momento de nombrar un objeto, es común que el término aluda a otros objetos o fenómenos. Es así, como el compositor alude a «Niña nube, niño cielo», por ejemplo, cuestión que se repite a lo largo de la melodía.



Esta especie de transfiguración se convierte en la metodología espiritual para crear la letra de esta canción:

Letra Soliluna

Niña nube, niño cielo,

bailemos bajo un laurel

una danza con la lluvia

juegos de agua y papel.

Una danza con la lluvia

juegos de agua y papel.

 

Solilí Solilá Sol y luna pa’ bailar

Solilí Solilá Sol y Luna pa’ cantar

 

Niño Luz y Niño Trueno

granitos del universo.

Siembra el valle las centellas

Siembra el relámpago y el verso

Siembra el valle las centellas

Siembra el relámpago y el verso

 

Venadito, venadito y niña iguana

Amigos de la montaña

y de la orilla del mar

Nos enseñó a hablar una nube

Nos enseñó a cantar el cielo

Nos enseñó a hablar una nube

Nos enseñó a cantar el cielo

 

Solilí Solilá Sol y luna pa’ bailar

Solilí Solilá Sol y Luna pa’ cantar

 

Lunita, lunita, luna

Lunita, Lunita, luna

Lunita para bailar

Lunita, lunita, luna

 

Niña lluvia, niño río

con los rayos y los cerros

sus manitas son de viento

para traer los aguaceros

sus manitas son de viento

para traer los aguaceros

 

Solilí Solilá Sol y luna pa’ bailar

Solilí Solilá Sol y Luna pa’ cantar

 

Niño árbol, niña tuna,

canten trinos, canten sones,

para que las estrellitas

se nos vuelvan corazones

para que las estrellitas

se nos vuelvan corazones

 

Venadito, venadito y niña iguana

Amigos de la montaña

y de la orilla del mar

Nos enseñó a hablar una nube

Nos enseñó a cantar el cielo

Nos enseñó a hablar una nube

Nos enseñó a cantar el cielo

 

Solilí Solilá Sol y luna pa’ bailar

Solilí Solilá Sol y Luna pa’ cantar

Lunita, lunita, luna

Lunita, Lunita, luna

Lunita para bailar

Lunita, lunita, luna

 

Lunita, Lunita, luna

Lunita para bailar.



Intérpretes

Desde su grabación en 2001, Soliluna ha sido interpretada por distintos artistas. El 28 de julio de 2021, fue estrenada una versión de Mely Gova:

Previamente, Susana Harp intepretó en Arriba del Cielo: