Casos de Coronavirus en Asia



Manejados por Datos

Por: Rodrigo Sandoval Almazán*

Nuestra generación somos robots de carne y hueso: somos manejados por datos. Sin darnos cuenta, dejamos de tomar decisiones basados en la naturaleza: las lluvias contra la sequía; la siembra y la cosecha. Luego comenzamos a decidir basados en el huso horario: PM (post meridien) y AM (ante meridien) trabajar antes o después del almuerzo; dormimos después de la cena; sembramos antes del desayuno. Nuestra actividad se basada en las horas, los días, las estaciones, la manera de organizar la producción, el comercio, el transporte.

Hoy en día somos manejados por datos. Para demostrarlo sometamos nuestra vida cotidiana a un escrutinio riguroso. La pequeña computadora personal que llamamos teléfono nos avisa que debemos caminar dos kilómetros por la mañana, el tráfico nos hará perder 30 minutos y el desayuno debe contener 300 calorías máximo para no subir de peso. Tenemos que gastar 1500 pesos en despensa y un recordatorio para comprar dos kilos de carne para nuestra siguiente comida.

Por si fuera poco llegamos al trabajo y nuestra “productividad” se mide por la hora en que llegamos o nos vamos, cuánto dinero le dejamos a la empresa; cuantas ventas hicimos ese día. Rompimos el récord y ganamos 2.3 millones de pesos. Aumentó nuestra participación de mercado un 30% y las ventas disminuyeron 60% como resultado de la pandemia.

Tenemos que tomar decisiones acerca de contratar o despedir al 10% de nuestro personal, aumentar las inversiones de la empresa basados en la cantidad de efectivo que tenemos en el banco. Queremos comprar una empresa pero desconocemos su ROI, su valor de inventario, el precio de sus activos, la cantidad de su deuda. Pensamos en todos esos datos mientras vamos de regreso a casa antes de tomar una decisión.



Al encender el televisor aparecen las noticias. El discurso del gobierno dice que la economía va a crecer un 5% el próximo año; en el tipo de cambio el dólar subió 30 centavos. Murieron 200 personas más de COVID-19. El semáforo epidemiológico dice que estamos en color amarillo y hoy se contagiaron dos mil personas más que ayer. Nuestra realidad se construye a partir de cientos de kilos de droga decomisados, detenciones de criminales y muertes.

La historia gubernamental se centra en un numero y una letra: 4T. No podemos comprobar ninguna cifra, no tenemos números para contrastar lo que nos dicen los medios de comunicación, carecemos de tiempo para hacer los cálculos y así tomamos decisiones. No vamos a comprar la empresa. Hay incertidumbre en las inversiones, el presupuesto gubernamental no será suficiente para impulsar la economía nacional.

De regreso a la realidad, subimos de peso: dos kilogramos para ser exactos. La computadora portátil que llevamos en la mano nos presenta una nueva dieta, el algoritmo ha decidido que debemos limitarnos a 300 calorías. Antes de dormir, el libro digital que leemos dice que solo nos falta un 10% para llegar al final y que hemos sido disciplinados leyendo tres semanas sin fallar un día.

Lo anterior nos demuestra que vivimos una economía de datos, producimos y consumimos datos. Decidimos en función de los datos. Es lo que se ha llamado la datificación de nuestra existencia. Para las computadoras somos un número más, un perfil en Facebook con un número, que le va a producir dinero a su dueño y entre más datos (fotografías, textos, chats, videos) les generemos más dinero van a ganar con nuestra vida.

En este campo de concentración invisible nos volvemos adictos a los datos: ¿Cuántos “likes” tienes? ¿Cuántos seguidores conseguiste hoy? ¿Cuánto dinero puedes crear siendo YouTuber? Cuántos minutos le dedicamos diariamente a ingresar datos a nuestro teléfono, a nuestra computadora portátil para decirle al mundo que existimos, estamos vivos y sanos, y compartir que al final somos datos y nos olvidamos de ser humanos. Esa es nuestra historia vida: somos manejados por datos. Volveremos al tema.