El equipo Guerreros de Oaxaca consiguió el único campeonato de su historia en la Liga Mexicana de Béisbol en el año 1998, justo en su tercera temporada dentro del circuito de verano, fue tal la emoción de todos los aficionados que la fiesta duró casi una semana, hubo desfile de peloteros por las calles de la ciudad, misa de acción de gracias, firma de autógrafos y sesiones de fotografías de jugadores con los fanáticos, una verdadera alegría que se contagió en las autoridades del gobierno del estado, ya que durante la Convención Nacional de Béisbol que realiza la Liga cada año en el mes de septiembre y con la resaca del triunfo obtenido, el Gobernador Electo José Murat, a quien no le gustaba el beisbol, solicita al Presidente de la Liga en ese momento, Pedro Treto Cisneros, la sede para Oaxaca del juego de Estrellas de 1999, encuentro por demás importante que se celebra cada año justo a la mitad de temporada, enfrenta al equipo que representa a la zona Norte con el de la Sur, los peloteros que participan son elegidos por votación del público vía internet y por periodistas especializados en este deporte, generalmente los entrenadores que llegaron a la final el año anterior, dirigen a cada equipo y tienen la libertad y el derecho a completar el cuadro escogiendo a ciertos peloteros que a pesar de no ser populares tienen la calidad suficiente para ser llamados, el cuadro ganador del Juego de Estrellas obtiene el derecho a que el equipo de esa zona que llegue a la gran final esa temporada, inicie como local los primeros dos juegos.

Con el compromiso encima de recibir en pleno al medio del beisbol, se anuncia una remodelación completa para un estadio Eduardo Vasconcelos que había sido construido en 1950 sin las comodidades que se requieren para disfrutar un deporte profesional que se vuelve todo un espectáculo, el gerente del equipo, Roberto Castellón Yuen, rediseñó el terreno de juego para dejar espacio atrás del home y construir unos palcos de terreno que se requerían, el pentágono no se debía correr hacia adelante puesto que la barda perimetral del jardín derecho es el límite divisorio del estadio con los campos gemelos que actualmente sirven de estacionamiento cuando hay partido de pelota, la distancia ya era la mínima requerida para un campo profesional y no podía perderse ni un pié más, así que la solución fue correrse hacia la izquierda sobre la línea de tercera base unos cinco o seis metros y al mismo tiempo alejar la barda y las gradas del jardín izquierdo manteniendo las medidas aprobadas.

La nueva administración estatal entró en funciones el primero de diciembre de 1998, los fondos asignados a la Secretaría de Obras Públicas para las modificaciones llegaron a finales de febrero de 1999 y la nueva temporada iniciaba a mediados de marzo, así que con menos de veinte días naturales iniciaron a toda prisa los trabajos de ingeniería civil, realizándolos de manera deficiente por la premura, estas son algunas de las diferencias entre lo planeado y lo terminado:

– Las nuevas gradas laterales quedaron como un gran parche, debían unirse de manera armónica con las del jardín en el lado izquierdo.

– En el bullpen o área de calentamiento de los pitchers de relevo, se consideraba un espacio adecuado, suficiente y no tan apretado entre la barda y la línea de juego.

– La zona de faul debería tener mayor amplitud y permitir a los jardineros buscar un globo que llegue por esa zona o que una bola conectada sobre la línea en terreno bueno corra libremente hasta el final de la barda permitiendo apreciar más batazos espectaculares como son los triples.

– Finalmente, todas las jugadas que se realizan al fondo del jardín izquierdo alrededor de la raya que delimita la zona buena con la de faul, incluyendo las bolas que pasan de cuadrangular, no pueden ser apreciadas por el público asistente, afectando la visión de los aficionados, periodistas y cronistas de radio y televisión que se encuentren ubicados desde la zona central atrás de home hasta los laterales del lado izquierdo, inclusive afecta a los jugadores sentados en la caseta visitante, todos deben esperar a ver la decisión que tome el ampáyer de tercera para enterarse si fue out en un fly atrapado por el jardinero, si fue hit sencillo, doble de terreno o homerun.

Para la temporada 2013, nuevamente se ha designado a Oaxaca como sede del Juego de Estrellas de media temporada, esperemos que sirva para realizar nuevas modificaciones al estadio pensando en todos los aficionados y en las facilidades a los peloteros para realizar su trabajo y ofrecer un gran espectáculo, este juego no es solamente el capricho o el orgullo del dueño de un equipo por tenerlo en casa, es una oportunidad para los habitantes de esta verde Antequera de recibir a los visitantes con los brazos abiertos, de promover la imagen de Oaxaca ante el resto del país, destacando la tranquilidad con que aun se puede caminar por su calles y que otras ciudades turísticas ya no disfrutan, mostrar la riqueza cultural, arquitectónica, artística y deportiva que tenemos para ofrecer, es trabajar para nuestro futuro y el desarrollo económico del estado, felicidades a quienes pelearon y lo consiguieron.

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Seguiré comentando la próxima semana.