Por: Rodolfo Naró
El amor es lo más cercano al dolor. Ambos son sentimientos y sensaciones individuales, intransferibles. No se pueden describir porque no hay nada tangible que se le parezca. Hace unos días Runa entró en su primer celo, está a punto de cumplir un año y la pubertad le llegó con un choque de hormonas. Yo me he negado a operarla desde pequeña. Lo he conversado con médicos veterinarios, amigos defensores de los derechos de los animales, con propios y extraños. He escuchado cualquier clase de disparates. Cuánto sufren cuando el macho las monta, por eso su maullido doloroso. Mis razones son simples, de nuevo el ser humano invadiendo la naturaleza, decidiendo, porque así les evitamos molestias que, en el fondo, resultan ser inconvenientes para el dueño de la mascota.