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22 de octubre de 2015

Editorial

El problema está en persistir en el error decía Marco Tulio Cicerón, pues equivocarse es de humanos.

Por eso, también es de humanos reconocer, sin regateos, que el gobernador Cué ha tomado una determinación difícil pero correcta, al cancelar la construcción del Centro de Convenciones de Oaxaca en el Cerro del Fortín.

Para nadie es sencillo modificar el sentido de una política.

Sin embargo, hay un momento en la praxis de gobierno en que ciertos valores deben anteponerse a cualquier otra consideración. En este caso, el gobierno ha aludido a la ‘unidad’ y la ‘vocación democrática’, pues es claro que el asunto conllevó a una polarización de posturas y opiniones, que hoy parecen lejanas, pero que estuvieron cerca de desencadenar enfrentamientos colectivos aún más severos.

En el balance, pesaron más las consecuencias negativas y los costos tanto financieros, como ambientales y sociales de la construcción en ese lugar. De allí que la sola rectificación es una buena noticia para la ciudad, sin que ello cierre el expediente de esta titánica misión, pues en el camino se quedaron recursos públicos, procedimientos y enconos que ahora deberán revisarse con rigor.

En el camino también dos enseñanzas públicas que deben ser desde ya parte del conocimiento común de Oaxaca: por un lado, saber que la sociedad civil puede lograr con organización, estudio y activismo, modificar los dictados de sus gobernantes. Hacerlo, eso sí, con las tres cualidades unidas, haciendo énfasis en el estudio, en las argumentaciones e inclusive en el debate de alternativas.

La otra es que la autoridad debe modernizar y practicar mecanismos de consenso real.

Quedó demostrado que los membretes gremiales no representan ya el sentir profundo de al población. Los factores reales en Oaxaca hoy son otros, y tienen una forma de legitimación mucho más sutil y colectiva, ya no corporativa.

Por ejemplo, las organizaciones cupulares y empresariales, son de las primeras vencidas con este asunto.

Es verdad, como se comenta en la columna de Ángel Osorio en El Oriente, que ahora viene el reto de renovarlo y mejorarlo todo de cara a la nueva y futura sede del Centro (CCCO).

Pero además, creemos necesario poner énfasis en otro reto de primera relevancia: la puesta en valor del Cerro del Fortín.

Ahora que ya se consiguió por la sociedad civil el cambio de sede del CCCO, viene la siguiente fase:

¿Cómo logramos que el Cerro del Fortín se recupere, se reforeste, se convierta fielmente en la gran reserva ecológica de Oaxaca?

¿Qué planes y proyectos se deben impulsar ahora para que no se abandone el entusiasmo que ha causado su defensa?

El gran reto que lanzamos a la sociedad civil y al gobierno, es poner manos a la obra y convocar de forma amplia a todas y todos los oaxaqueños a crear un gran plan que en definitiva mejore las condiciones del lugar, frene la invasión y el deterioro que ahora existe, y nos hagamos corresponsables en las acciones y no solo en las palabras.

No debe pasar mucho tiempo para lanzar esta amplia convocatoria en pro del Cerro del Fortín.

Eso sí significa ganar, y ganar en serio.

direccioneditorial@eloriente.net

 

 

crestón ecologia y sustentabilidad goboax

Imagen y Texto siguientes:

Reserva Ecológica Cerro del Fortín, Cruz Blanca y Cerro del Crestón. Se encuentra en el Municipio de Oaxaca de Juárez, sus coordenadas geográficas centrales son: 17°7’15” latitud norte y 96°43’5” longitud oeste. Éste conjunto de cerros forman parte de la Sierra de San Felipe del Agua y abarca una superficie total de 2,353.93 hectáreas, los tipos de vegetación de la reserva lo conforman bosques de pino-encino, matorral xerófilo y selva baja caducifolia. Fue decretado como Reserva Ecológica el día 14 de noviembre de 1992. http://www.ecologiaysustentabilidad.oaxaca.gob.mx/node/74

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