Fuente: Midnight in Paris

 

(www.eloriente.net, México, a 24 de noviembre de 2015, por Víctor López Velarde).-  Cien Años de Soledad, La Casa de los Espíritus, Pedro Páramo, Hombres de Maíz; la simple mención de aquellos títulos puede remitir inmediatamente a aquel género literario denominado Realismo Mágico, corriente que acompañó de la mano al boom latinoamericano apadrinando gran parte de los textos elaborados por notables escritores de aquella época.

Este género se caracteriza especialmente por narrar historias ocurridas en escenarios y contextos concebidos como reales, pero en los que tienen lugar acontecimientos de índole fantástica que pasan a formar parte de esa realidad cotidiana, sin que su presencia provoque sorpresa alguna entre los personajes en turno de la respectiva historia. Así mismo, en varias ocasiones los elementos irreales no son más que sugeridos, pero no afirmados como certeros para provocar la incredulidad del lector.

Lo fantástico e irreal pasa a formar parte de la normalidad en este género literario. Para contrastar los elementos ficticios, se hace alusión a fechas importantes acontecidas en los países en los que se desarrollan dichas tramas para dotar de precisión histórica al relato, de modo que la realidad se fusione con la fantasía de un manera inigualable.

Algunos pasajes memorables de esta corriente son, por mencionar algunos, aquella secuencia en Cien Años de Soledad; en la que el personaje de Remedios desaparece levitando junto con la sábana que doblaba. En Pedro Páramo, además de que en el relato pululan seres fantasmales dentro del pueblo en el que se desarrolla la historia, en cierta parte el cuerpo de una mujer se transforma en barro al momento de su muerte. Cómo olvidar las recetas elaboradas por Tita en Como Agua Para Chocolate, en donde sus sentimientos quedaban impregnados en los alimentos que guisaba, afectando a quienes los consumían.

En ninguna de esas novelas se dio justificación alguna a los elementos fantásticos que acontecieron en el pasar de sus páginas, siendo presentados como acontecimientos que en un contexto real, suceden sin alterar el orden de la normalidad. Sin embargo, el realismo mágico no se quedó atrapado en las páginas de los libros y también dio el salto a los canales del lenguaje cinematográfico, en donde quedó claro que la películas transcurren tes en escenarios reales, también pueden estar empapadas de magia.

Al igual que en la literatura, sería incorrecto catalogar filmes en las que intervienen seres fantásticos dentro de escenarios reales como pertenecientes a esta corriente solo por la presencia de éstos. En novelas como El Señor de los Anillos o La Historia Interminable, si bien humanos y seres fantásticos conviven en un escenario que se plante pudo haber existo o ocurre en una realidad paralela , la historia se desarrolla en contextos y ficticios, o bien, en épocas distintas que alejan la historia de la realidad cotidiana.

En el cine sucedería lo mismo, será incorrecto catalogar filmes como Piratas del Caribe o Hellboy dentro del realismo mágico independientemente de que sus historias se desarrollen en la época actual en el caso de la segunda o en un periodo histórico certero como en el caso de la primera. En Piratas del Caribe, a pesar de que la historia sitúa en un periodo verdadero como lo es el Siglo XVII en Port Royal (un escenario que se palpa como real), la aparición de piratas inmortales es concebido como algo fuera de lo normal dentro de lo cotidiano, provocando la incredulidad de los personajes y alterando la realidad de tal escenario. En Hellboy, la historia transcurre en un escenario también real y además en la época actual, pero la presencia de seres con superpoderes es visto como algo extraño y fuera de lo común lo que produce temor ante quienes presencia los eventos de índole fantástica.

En ese caso podríamos decir que, en el cine al igual que en la literatura, el realismo mágico entra en acción cuando lo sobrenatural aparece en escenarios reales sin que esto se perciba como algo extraño.

En un tono cómico e índice , el realismo mágico se ha hecho presente en filmes como Ruby Sparks, en la que un joven escritor inventa a una chica en su novela de ficción y ésta termina apareciéndose en su vida como una joven de carne y hueso. Sin que a la presencia de esta mujer se le dé un tratamiento paranormal, lo mágico pasa formar parte de lo cotidiano cuando este personaje convive con las personas que rodean al protagonista, se adhiere a su vida diaria y cuando el joven escritor consigue hacer que la joven actúe de la forma que él desee; puesto que lo que escribe en sus historias, son los diálogos y acciones que lleva a cabo dicho personaje en la vida real.

Otro filme que acaricia los terrenos del realismo mágico es el largometraje chino El Tigre y el Dragón, una película que se desarrolla en el periodo de la dinastía Quing para situar la trama en un contexto histórico verídico. Aunque en un principio la película sucede sin ningún elemento que haga pensar que se está visualizando algo más que la clásica historia de los artes marciales; cuando los enfrentamientos tienen lugar, algunos de los personajes pueden volar, saltar en el agua y caminar en las paredes, provocando la sorpresa del espectador al deformar la realidad de ese modo, consiguiendo que en eso momentos la contrariedad del elemento fantástico en contra del real, sea sumamente notorio. Dicho filme posee también una gran carga mitológica y tradicional del lugar en el que se desarrolla la historia, que es un rasgo importante de esta corriente.

Uno de los principales exponentes del realismo mágico en el cine podría ser Woody Allen con 3 de sus más emblemáticas películas: Scoop, La Rosa Púrpura del Cairo y Medianoche en París. En el tono cómico de Scoop, una reportera interpretada por Scarlett Johansson puede comunicarse con un periodista muerto que le guiará para obtener la nota de su vida, siendo la aparición del espíritu un elemento que a duras penas extraña al personaje de Johansson y que no altera el contexto real palpable del relato. Más evidente se hace el acercamiento a dicha corriente cuando a diferencia de varias películas que abordan el avistamiento de gente muerta, la presencia de un fantasma es tan solo un elemento secundario sin que la trama gire completamente alrededor de este suceso como las películas Ghost, Sexto Sentido o Just Like Heaven; cuyas tramas no sólo giran alrededor de tal suceso sobrenatural, sino que además en dichas historias la presencia de un fantasma altera y sacude el plano real en el que acontece al relato.

Por su parte, en La Rosa Púrpura del CIairo, Allen tiñe de fantasía al relato cuando los personajes de una película escapan de la pantalla y se insertan la realidad sin ofrecernos explicación alguna de por qué sucede esto. En Medianoche en París, el director nos obsequia una de las historias más bohemias de todos los tiempos cuando su protagonista puede convivir con artistas de antaño como Hemingway o Dalí en sus respectivas épocas (sin máquinas del tiempo de por medio) sin que esto altere la esfera de la realidad. Incluso, aunque podría ser válida la teoría de que los «viajes en el tiempo» son producto de la imaginación de la protagonista, tal hipótesis queda descartada cuando el investigarlo que contrata el suegro de éste queda atrapado en el pasado demostrando que el personaje principal no deliraba.

El realismo mágico también se ha fusionado con otros géneros como el surrealismo, con el que si bien puede llegar a compartir similitudes, sus marcadas diferencias los hacen ir en diferentes direcciones. Prueba de ellos es el filme del director francés Michael Gondry,-Eterno Resplandor De Una Mente Sin Recuerdos– en donde se introducen elementos fantásticos dentro de un escenario real en el que también entra en juego el plano mental, que tiene un protagonismo importante en la historia.

Eterno Resplandor De Una Mente Sin Recuerdos sitúa su trama en la época contemporánea y si bien en un principio pareciera que narra una historia romántica común y corriente, poco a poco los elementos mágicos son presentados de una manera sutil y ordinaria; que si bien descolocan al espectador, el público termina aceptando la veracidad de éstos dentro de la realidad de dicha obra. En este filme se cuenta la historia de Joel y Clementine; una pareja que después de romper, decide someterse a un innovador tratamiento en la que se puede borrar a algún sujeto/sujeta de la mente, lo que conlleva a eliminar cada uno de los recuerdos relacionados con el susodicho/susodicha. De igual modo, a pesar de la sorpresa que provoca la existencia de este tratamiento, en ningún momento se da explicación alguna acerca de la existencia de éste y es aceptado sin prejuicio alguno por parte de los personajes.

Otro elemento evidente del realismo mágico, es el desorden cronológico en el que se narra la historia; puesto que en las primeras escenas que se observa a Joel y Clementine interactuando, el público asume que es la primera vez que se ven. Conforme avanza el relato, la audiencia se da cuenta que en realidad estos personajes tienen un pasado y la decadencia de su romance es narrada innovadoramente a la inversa, desde su ocaso y ruptura hasta sus primeras salidas como pareja. Sin embargo, entran en juego elementos de cine surrealista que rematan la incredulidad buscada por el guionista, ya que varias escenas ocurren en el plano mental del personaje de Joel, dando lugar a un par de situaciones excéntricas que ciertamente se alejan de la realidad palpable que se suele percibir en el realismo mágico. Dicho largometraje fue merecedor del Óscar al Mejor Guion Original, recibido por el guionista Charlie Kauffman.

Curiosamente, no es la primera vez que Kauffman incursiona en este tipo de experimentos cinematográficos. Otra de sus obras más memorables-¿Quién Quiere Ser John Malckovich?-también posee pinceladas del género que estamos tratando. En dicho largometraje, Kauffman narra la historia de un titiritero desempleado llamado Craig que encuentra trabajo en un edificio que, de entrada, posee una planta de oficinas en el piso «siete y medio», un lugar en el que la gente debe caminar agachada debido a su reducido tamaño.

Aunado a esa excéntrica situación, en dicha oficina el protagonista encontrará una puerta que transporta al que acceda por ella a la mente del actor John Malckovich, donde podrá permanecer durante 15 minutos antes de ser expulsado a un encharcamiento en las calles de Nueva York. El avistamiento de este portal es tratado como un descubrimiento más por los protagonistas, provocando que sucedan situaciones extravagantes que son percibidas con extrañeza, pero no ajenas a la realidad.

En este filme se enfatizan y enmarcan situaciones absurdas al igual que exageradas, otra virtud del género, como el hecho de que el simio de Lotte (la esposa del titiritero) tenga que ir al psicoanalista o que Maxine (compañera de trabajo del titiritero) se sienta atraída por Lotte exclusivamente cuando ella se encuentra en la mente de Jon Malckovich. Escenas como en la que el titiritero pueda adivinar el nombre de Maxine de la nada o cuando hacen del pasadizo a la mente de Malckovich un negocio rentable, ayudan a rematar el absurdo constante de la trama.

La diferencia que recaería entre el surrealismo y el realismo mágico es que en filmes como Eterno Resplandor de una Mente Sin Recuerdos, si bien algunos pasajes ocurren en el plano mental de los personajes, varios de los elementos fantásticos tienen lugar en el plano real que envuelve a los protagonistas, provocando que estos convivan con dichos elementos de modo que dentro de lo real se produzca lo mágico. Filmes como Mulholland Drive o-por ejemplo-entrarían únicamente dentro del género surrealista, puesto que la distorsión de la realidad, lo exagerado y lo grotesco ocurren dentro del plano mental de los protagonistas o en una realidad mientras que lo real se mantiene intacto.

En Mullholland Drive la protagonista vive en una realidad inalterada, mientras que lo extraordinario se produce en los momentos que ella sueña o está alucinando. Caso parecido el que padece el protagonista de En Trance (otro filme surrealista); película en la que el personaje es sometido a hipnosis, dando lugar a secuencias impresionistas que ocurren en su mente mientras que los acontecimientos de la realidad, se desarrollan con normalidad.

Sin embargo, también han existido filmes que se han refugiado en un género alterno derivada del realismo mágico: lo real maravilloso (incluso persiste el debate que la novela Como Agua Para Chocolate en realidad pertenece a esta corriente). En lo real maravilloso la realidad es distorsionada y la estética es más adornada que en el discutido realismo mágico.

Es decir que si bien las historias pueden transcurrir en una realidad cercana, el ambiente creado posee elementos fantásticos o mágicos consiguiendo que los escenarios parezcan pertenecientes a universos reales, pero sumamente adornados de aura fantásticos manteniendo fuertes matices de realidad para no entrar en los terrenos de lo meramente fantasioso. La precisión histórica o ubicación geográfica no es tan vital en lo real maravilloso como sí lo es en el realismo mágico.

Fuente: Midnight in Paris
Fuente: Midnight in Paris

 

OTRAS ENTRADAS

(www.eloriente.net, México, a 23 de noviembre de 2015, por Diego González Algara).- El presente artículo versa sobre la publicación o más bien debería de ser la auto publicación…

(www.eloriente.net, México, a 23 de noviembre de 2015, por Jaime Palau).-  Existe un nuevo organismo internacional llamado Confederación Mundial de Béisbol y Softbol, por sus siglas en inglés…

(www.eloriente.net, México, a 23 de noviembre de 2015, por Mónica Zárate).- El matrimonio entre personas del mismo sexo se denomina matrimonio igualitario o sociedad de convivencia. Éste fue regulado…