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28 de abril de 2016

En la víspera del debate entre candidatos a gobernador de Oaxaca, las estrategias partidistas están rozando ya la mitad del camino. Quedan 37 días para la elección y el próximo lunes quedará apenas un mes para el cierre de las campañas, que es previo al 5 de junio.

Por ello, las estrategias –unas más nítidas que otras— estarán afinándose rumbo al día de las votaciones.

Sin embargo, hay un error de cálculo en casi todos los análisis: el voto duro del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que en lo general está siendo considerado de modo descuidado, tradicional, histórico y estadístico, sin contemplar factores cualitativos y de contexto mucho más determinantes para el caso de Oaxaca.

Ya lo adelantábamos en nuestra Editorial del pasado 3 de abril, en la que preveíamos algunos aspectos de la competencia que nos hacían registrar que el voto duro priísta no se comportaría de la forma que era previsible.

Ello, lo vinieron a confirmar las encuestas que diversos sectores hicieron circular hace algunos días, en las cuales el candidato Alejandro Murat encabezaría las mediciones, aunque apenas estaría contabilizando entre 21% y 22% de las preferencias.




El «apenas» es absolutamente premeditado pues si bien ese porcentaje lo pondría adelante en las encuestas, también es cierto que es una cifra muy baja para lo que se supone debería registrar el PRI en Oaxaca.

Basta recordar por ejemplo que en 2010 obtuvo 613,651 votos, lo que le significó en números cerrados el 42% de la votación total emitida. O bien, en 2004, en la cual su coalición obtuvo 522,767 votos, representando cerca del 47% de la votación.

Sobra decir que el 22% de hoy está muy lejos de aquellos «cuarentas».

Entonces, ya de primera intención, debe reconocerse una merma muy considerable de ese voto duro histórico y provoca en automático, la necesidad de abordar de otra manera su análisis para este 2016.

Y en este sentido, el candidato de la coalición CREO (PAN-PRD) es un factor innegable.

José Antonio Estefan Garfias, a pesar de haber renunciado al PRI desde 2015, es un personaje bien evaluado por los priístas tradicionales, que no necesariamente le han pasado ni le pasarán factura por haber abandonado sus filas.

Ello, entre otras cosas, porque sus motivos de renuncia fueron y aun son compartidos por una importante cantidad de militantes y simpatizantes tricolores.

En enero de 2015, en su renuncia, Estefan escribía: «en esta ocasión es mi obligación decir que no comparto las acciones que ha tomado esa institución en Oaxaca al haber cedido a intereses personales por sobre los principios democráticos y, con ello, lesionar la vida interna de la organización restando legalidad a los procesos internos de participación.

Por ello, congruente con los principios e ideales que siempre me han caracterizado y servido como fundamento en mi desarrollo político, profesional y personal, he tomado la decisión de presentar, de manera irrevocable, mi renuncia a partir de esta fecha como miembro del Partido Revolucionario Institucional».

Así, el factor Estefan es fundamental para entender la nueva composición del voto en Oaxaca, en la cual el duro del PRI puede ir hacia CREO con una garantía adicional: Si gana CREO, hay una amplia posibilidad que Estefan gobierne con el PRI, como lo ha hecho Gabino Cué en el presente sexenio.

Es decir, los priístas duros han aprendido varias cosas: que no necesariamente tiene que votar por el PRI para que gane el PRI.

En segundo lugar, que hay una manera muy eficaz para competir y ganar en aquellos estados donde el ánimo público les es adverso: disfrazarse del color de los rivales y hacerse pasar por su propia oposición.

Y la tercera enseñanza iría para los militantes y simpatizantes del PAN y del PRD: a pesar de que podrían ganar las votaciones, perderían en los hechos.

Por todo, la clave de la elección no estaría en el voto duro del PRI, sino en el voto del PAN y del PRD, que tendrían ya que tomar determinaciones claras para exigir garantías a su propio candidato o bien, ante el panorama descrito, elegir otras opciones.

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