(www.eloriente.net, México, a 27 de octubre de 2017. Por: Jessica Lamadrid).- Un estudio de la Universidad Estatal de San Francisco demuestra que la felicidad crece con las experiencias, las cuales aumentan con viajes al conocer lugares distintos. Thomas Gilovich, responsable de la investigación y profesor de psicología, afirma en este estudio que “somos la suma total de nuestras experiencias”, y que “nuestras mayores inversiones deberían dedicarse a crear recuerdos en base a experiencias y vivencias personales”, como los que se generan viajando.

Esta investigación permite corroborar beneficios que anteriormente se conocía que tienen los viajes para las personas, en cuestión de conocimientos, vivencias y salud mental. Beneficios que son corroborados por el psicoterapeuta César de la Hoz, experto en resolución y afrontamiento de conflictos, inteligencia emocional y terapia.

César de la Hoz da razones objetivas por las que viajar y conocer lugares turísticos aporta los elementos necesarios para conseguir la felicidad mediante nuevas experiencias y convivencia social, las cuales te compartimos a continuación:

1. Nuevas emociones

Cuando afrontamos una situación como viajar, nos encontramos envueltos en un ambiente que nos genera diferentes emociones, casi todas positivas, que parten de la curiosidad y el descubrimiento. Esas emociones están ligadas a experiencias y vivencias del viaje, por lo que relacionamos la emoción con el recuerdo, cuando se viaja en familia los lazos también se ven beneficiados bajo este mismo principio.

2. Romper con la rutina

Viajando las preocupaciones y las tensiones se desvanecen por un tiempo, la rutina diaria queda lejos, te olvidas del aburrimiento, las compras cotidianas y te relajas, oxigenas tu mente, te diviertes y disfrutas del momento.

Viajar implica hacer un ‘break’ en tu vida, regalarte tiempo, hace que dejes de lado lo cotidiano (y el estrés) para darle a tu cerebro un respiro, bajar tu nivel de tensión, generar pensamientos que conducen a sentimientos agradables (o viceversa), descubrir cosas nuevas que te hagan sentir motivado y sentirte realizado por lo que has hecho.

3. Compartir

En este sentido, un viaje es algo que se comparte desde lo vivido, no desde lo material. Es una experiencia donde son compartidas las relaciones e intereses sociales. Al finalizar un viaje es común enseñar las fotografías, contar anécdotas e historias divertidas que nos han pasado durante el trayecto, explicar aventuras y compartir con los demás los momentos vividos.

Volvemos con las pilas cargadas, nos sentimos bien y lo transmitimos.

4. Beneficios inmediatos

Planificar un viaje también produce beneficios inmediatos, pero de forma distinta, mientras dedicamos tiempo a planear nuestra aventura, nos relajamos y dejamos volar la imaginación pensando en lo que va a pasar por lo que este proceso de visualización ya es de por sí beneficioso, y la sensación de bienestar que se crea durante el viaje también lo es.

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