Tras dos meses de cuarentena, los franceses inician este lunes un progresivo retorno a la normalidad. En un contexto de recesión histórica, para muchos este 11 de mayo marca el regreso al trabajo en un transporte público que busca adaptarse a la pandemia. Reabren comercios no esenciales y los maestros ya preparan la vuelta de alumnos a las aulas, a partir del martes.

Los franceses empezaron este lunes 11 de mayo a intentar recuperar algo de la normalidad tras 55 días de cuarentena por la epidemia de Covid-19.



Uno de los principales focos de atención de esta reactivación se encuentra en el transporte público de la región parisina, corazón económico del país. Aunque el salvoconducto para circular dejó de ser necesario para moverse en un radio de 100 kilómetros del domicilio, los pasajeros deben obligatoriamente llevar una mascarilla, lo que en general era respetado este lunes.

Las empresas que gestionan el servicio de metro parisino, RATP, y la compañía nacional de ferrocarriles, SNCF, aseguraban a media mañana que en líneas generales la reanudación se llevaba a cabo correctamente.

«Esta mañana no se han observado incidentes importantes en la red», declaró la RATP en un comunicado de prensa, y añadió que «la información obtenida sobre el terreno muestra el cumplimiento general de las instrucciones en la red».

«Se identificaron incidentes operativos localizados cuando se abrió la red en la línea 13 (del metro de París) tras una infiltración de agua al inicio del servicio», pero «el incidente se resolvió rápidamente tras la intervención del personal de mantenimiento», señaló la empresa.

En la línea 13, históricamente saturada, un incidente impidió mantener las distancias de seguridad.

Mientras muchas formaciones circulaban semivacías, en algunas líneas había una afluencia importante, debido a incidentes puntuales o que conectan zonas populares donde los habitantes no tienen la posibilidad de trabajar a distancia por el tipo de empleo.

«Los primeros trenes de la mañana estaban un poco más cargados en el RER B, pero la situación se mantuvo bajo control», sostuvo un portavoz de la SNCF.

Imágenes del tren suburbano RER B en la mañana del lunes en la estación parisina Garde du Nord

De manera más general, la autoridad regional de Ile-de-France Mobilités confirmó que había observado «algunos problemas específicos muy temprano en la mañana, en la primera media hora», que probablemente se resolverán en los próximos días mediante la adaptación del servicio, según un portavoz.

Los operadores temían una afluencia de pasajeros con el fin del confinamiento, sobre todo porque el servicio sigue estando garantizado sólo en un 75% en la RATP y en un 60% en los trenes de cercanías de la SNCF, ya que el cumplimiento de las normas de alejamiento reduce la capacidad en un 80% aproximadamente.



Reapertura de tiendas

Mientras tanto, empezaron a reabrir lo comercios de una economía sumida en su peor recesión desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

Peluquerías, tiendas de ropa, florerías y librerías vuelven a abrir sus puertas, con una batería de precauciones para empleados y clientes. Pero los restaurantes, bares, teatros y cines permanecerán cerrados al menos hasta junio.

Regreso a la escuela

Tras más de dos meses dictando clases a través de una computadora, los maestros regresan este lunes a las escuelas para preparar el retorno de los niños a las aulas a partir del martes.

«Cerca del 86% de las 50.500 escuelas de Francia van a abrir, para recibir a más de 1,5 millones de niños», dijo al semanario Journal du Dimanche el ministro de Educación Jean-Michel Blanquer.

El regreso a clases se hará de forma voluntaria y siguiendo un estricto protocolo sanitario, que incluye que los niños deberán mantener una distancia de al menos un metro a todo momento y los profesores portar mascarillas.

Sin embargo, varios alcaldes amenazaron con no abrir los establecimientos de sus ciudades porque consideran que los riesgos sanitarios siguen siendo importantes.

Con 70 decesos en 24 horas, el menor balance desde que se inició la cuarentena el 17 de marzo, Francia ha logrado desacelerar la propagación del nuevo coronavirus y disminuir la presión sobre sus hospitales, que rozaron el colapso.

Pero el virus sigue circulando en el país y las autoridades registraron tres nuevos focos de infección en regiones consideradas hasta ahora de bajo riesgo, lo que despierta miedo a un nuevo repunte de contagios.

El coronavirus, que ha matado a más de 26.000 personas en Francia, ha tenido también un impacto devastador en la economía francesa, cuya actividad disminuyó en un tercio, con la desaparición de cerca de medio millón de puestos de trabajo en el sector privado.