Por: UNAM

Wu Hongying, jefa de asesores del presidente del Instituto de Relaciones Internacionales Contemporáneas de China compartió las experiencias para superar la COVID-19
Detección, reporte, aislamiento y tratamiento de pacientes, claves en las acciones implementadas por el gobierno chino, dijo
Participó en El Aleph, Festival de Ciencias y Arte de la UNAM

En la actualidad, la pandemia que la humanidad enfrenta es el enemigo común, y es necesario que los países trabajen juntos. “Enfrentando esta situación como uno solo podremos erradicar a la COVID-19 y marcar el inicio de un nuevo capítulo en el desarrollo humano”, afirmó Wu Hongying.

Wu Hongying, jefa de asesores del presidente del Instituto de Relaciones Internacionales Contemporáneas de China

La jefa de asesores del presidente del Instituto de Relaciones Internacionales Contemporáneas de China (CICIR, por sus siglas en inglés), uno de los más importantes centros de investigación, dependiente del Consejo de Estado de China, explicó que en su país hicieron falta 83 días y el pago de tremendos costes para controlar la propagación y efectos de la enfermedad del coronavirus, y así lograr la primera victoria.



Al participar en “El Aleph. Festival de Arte y Ciencia. Las Posibilidades de la Vida: COVID-19 Saludy sus Efectos”, aseguró que China fue la primera víctima de la COVID-19 y el primer país en lograr controlarla.

Acciones en China

La exdirectora del Instituto de Estudios Latinoamericanos del CICIR, quien fue presentada por el director de la sede UNAM-China, Guillermo Pulido, resaltó el pronto trabajo epidémico de la nación asiática y que los esfuerzos del país asiático contribuyen a la salud pública global.

Entre otras acciones, mencionó la decisión del gobierno de concentrar los recursos nacionales para apoyar la prevención epidémica en la ciudad de Wuhan, y movilizar a otras provincias y regiones para ayudar a Hubei a resistir la epidemia.

La doctora por la Escuela de Graduados de la Academia China de Ciencias Sociales destacó la realización de los cuatro “enfoques rápidos”: detección, reporte, aislamiento y tratamiento de pacientes, así como acelerar la construcción de hospitales modernos y de cabina, junto con otras facilidades médicas.

Una acción más fue alentar a la medicina tradicional a participar en el proceso para hallar un tratamiento. “Con éxito, China ha promulgado siete nuevos ensayos clínicos para el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad”, agregó la también vicepresidenta de la Asociación China de Estudios de América Latina y el Caribe, y vicepresidenta de la Asociación China para la Historia de Latinoamérica.



De igual manera, se orientó a la opinión pública; el gobierno central dio a conocer información en tiempo real sobre la epidemia de manera oportuna. También se motivó a compañías informáticas a participar en la lucha contra la epidemia; así, grandes empresas chinas de Internet, como Alibaba o Baidu, hacen uso de su enorme procesamiento de datos y su aplicación, inteligencia artificial, tecnología de comunicación 5G y otras ventajas, para el monitoreo remoto y diagnóstico, a fin de proporcionar información médica y otros servicios.

Wu Hongying refirió que el gobierno chino se esfuerza en estabilizar la economía y asegurar la tranquilidad de su pueblo, pues la COVID-19 ha causado un enorme impacto en ese rubro. De acuerdo con el último reporte gubernamental, en el primer cuarto de este año la economía cayó 6.8 por ciento y el crecimiento pasará de 8.1 en 2019, a 1.2 en 2020; es decir, el más bajo desde la fundación de la República Popular China, en 1949.

Asimismo, ha promovido la cooperación internacional en la lucha contra esta pandemia y ha dado la imagen de “un gran país responsable y con buenas relaciones”.

Desde el descubrimiento del virus, el gigante asiático ganó tiempo muy valioso para el resto de las naciones del mundo. Desde que informó oficialmente a la OMS y a otros países de la situación epidémica, en enero pasado, hasta el brote en Estados Unidos y Europa en marzo, aseguró un lapso de dos meses a la comunidad internacional. A la vez, comunicó la información epidémica a tiempo y rápidamente compartió la secuencia genómica de la nueva cepa del coronavirus.

Exitosamente desarrolló un kit de detección temprana, además aportó la acción de prevención, control y tratamiento sin reservas con la OMS y la comunidad internacional. De igual modo, llevó a cabo de forma activa una cooperación internacional en materia antiepidémica y trabajó para hacer frente a amenazas comunes y desafíos.



Ese país ha donado 15 millones de dólares a la OMS para apoyar la cooperación internacional en el combate a la COVID-19, y hasta el 10 de abril el gobierno chino había otorgado asistencia material incluyendo mascarillas médicas, trajes protectores y equipos de detección a 127 países y cuatro organizaciones internacionales, mientras que gobiernos locales, empresas y organizaciones civiles han donado suministros médicos a más de 100 naciones, regiones y organizaciones internacionales.

Por último, Wu Hongying expresó que su país ha compartido documentación técnica con más de 100 naciones y más de 100 organizaciones internacionales y regionales, como estrategia de prevención epidémica y control, diagnóstico y planes de tratamiento. “Nuestro pueblo está agradecido con la comunidad internacional por su comprensión y apoyo”, concluyó.