Mazunte, por Eva Bodenstedt

La Pirata del Oriente, por Eva Bodenstedt

Como todos los lunes en la comunidad de El Mazunte, en la costa sur de Oaxaca, los habitantes dejan en las esquinas unas junto y o sobre otras, las bolsas –en su mayoría— negras de la basura acumulada en una semana.

Hace varios años atrás, un problema que se da generalmente en donde son depositados los múltiples desechos de lugares diversos, obligó a Mazunte a resolver cómo le iban a hacer con sus desechos sólidos y orgánicos. En la Casa de Salud —que en aquellos tiempos aceptaba acoger en sus aposentos viejos la primera biblioteca del pueblo—, se llevaron a cabo innumerables talleres para que la comunidad asistiera y aprendiera a reciclar todo aquello que de no hacerlo, se convierte en un foco de infección pestilente de desechos inmundos e inservibles mientras no lo decida de forma contraria, el usuario primero de la “basura”.

Fue por razones de educación, flojera, inconsciencia acumulada, valemadrismo, desinterés, etc., que un porcentaje muy bajo de habitantes aprendiera a hacer compostas, así como muros con pet, malla de gallinero, cemento, y techos con tetrapack, por ejemplo. Recuerdo que Joao, un ser humano loable que nunca se cansó de sembrar semillas de conocimientos en el pueblo, y que hoy es uno de los salvadores del último pedazo de manglar que existe en la comunidad que lleva el nombre del antiguo Cangrejo Azul (lo escribo con mayúsculas como si se refiriese al nombre de un ser humano distinguido), construyó con éstos materiales antes citados, una casa junto a la cancha de fútbol, que como el impulso primero de enseñarle a la gente a tomar conocimiento de las consecuencias de, por ejemplo, la quema del plástico, se fue deshaciendo, abandonada, para regresar poco a poco a ser no sólo basura, sino un aparente intento inútil e inservible de concientización cuando “la otredad” no aprende.

Años duró éste realidad de convivir con tus desechos hasta que Santa María Tonameca encontró un nuevo espacio para que ahí se tirara lo llamado basura, de miles de pobladores. Y éste lunes pasado, por la noche, las bolsas negras fueron de nuevo un festín para las moscas, para los perros callejeros, las ratas y ratones en la noche, los gatos que quizá encontraban en esas “cajas de pandora”, un inmundo festín.

El camión no pasó. En el pueblo que recibe los desechos de todos, la empresa contratada por la Presidencia Municipal, hizo mal su trabajo, y las aguas de las lluvias pasadas, el agua del rocío de cada tarde y mañana, y los vientos húmedos que vienen del mar como nunca antes envolviendo todo de una especie de bruma semejante a la que se entreteje con las pisadas de cualquiera en la sierra de San José del Pacífico, hendieron en la tierra hasta los mantos acuíferos, los agrios sabores de la descomposición. Y la gente se negó furiosa a recibir un camión más.




No era un relleno sanitario, era un tiradero, y he aquí la verdad:

  • Si los afectados no cierran el lugar , el problema no “existe”, aunque sí existe.
  • ¿Porqué la PM tiene que esperar a que suceda esto, para saber si la empresa contratada hace bien o no su trabajo? ¿No hay acaso suficientes trabajadores en la misma para verificar sus funciones, en algo tan delicado como la basura?
  • A estas alturas del conocimiento mundial sobre la problemática del cambio climático debido a nuestra forma de vivir, de comer, de consumir, etc., ¿vamos a seguir actuando como si no existiese la amenaza cada vez más evidente, de que somos nosotros los culpables de ello, y que no cambiando desde nuestra cotidianidad —como la sencilla de llevar tu propio morral al mercado o super o tienda—, somos cómplices de la desgracia y estamos en mancuerna con las grandes empresas trasnacionales que no están dispuestas a dejar de envolver los productos que consumimos —alimenticios y demás— en plásticos que no se reciclan por varios motivos y están destruyendo los hábitats de los otros seres vivientes de esta misma casa llamada Planeta Tierra.
  • Por ello, si “yo fuera Presientx, Gobernadorx, Agente de Policía, etc., en principio AUTORIDAD, encontraría la forma de OBLIGAR a todos los consumidores, a, primero, (si no deciden cambiar sus costumbres y no obligan, con la negación de consumir productos empacados con materiales no reciclables, a los empresarios a darle al público un producto no empacado de forma contaminante), lavar TODXS los envases antes de depositarlos en recipientes a su vez separados, es decir, papel con papel, plástico con plástico, cartón con cartón, vidrio con vidrio, tetrapack con tetrapack. ¿No es sencillo y está dentro del margen de un sentido común simple, hacer esto?

De no tomar cartas en el asunto de la educación, Maestrxs, ahora que están en línea, o mandando tareas a las casas a donde no hay internet, ¿no creen conveniente enseñar a que la gente guardadita en casa —el “quédate en casa va pa´ largo—, a aprender a hacerse cargo de sus desechos y tomar consciencia de las consecuencias de no hacerlo?

¿Acaso necesitamos que dentro de nuestro mismo espacio cerrado, se acumulen nuestros desechos para darnos cuenta de que son altamente contaminantes y van a crear en un futuro bacterias y virus que quizá ni un laboratorio logrará superar?

No sabremos hasta quizá cien años, si el Covid-19 no fue un virus de “oficina-laboratorio-imperio” para que el resultado sea lo que es: empresas gigantes, serán más grandes, empresas no tan gigantes y pequeñas quebrarán como lo están haciendo, y los gigantes las comprarán, bravo, Imperios nuevos sobre Imperios viejos mientras la población busca refugio como Dios le dé a entender.

Y sea o no sea proveniente de “lab”, existe, y nuestra cotidianidad de antes, ya no existe como tal, y dentro de la nueva, las actividades como comprar y desechar, bien podrían ser abordadas con un sentido común más agudo, para que nadie fuera capaz de mandar al basurero, una basura, sino de ser consciente de que todo, de no ser reciclable, va en contra nuestra, y ese dardo llegará de regreso cobrándonos la vida, sino de uno, de otros, seres (in)-humanos, y seres vivos.

Buenas tardes y que tengan un lindo fin de semana, dentro de lo posible.