Por: Alejandra Silva Soriano

Leyendo los comentarios de mi publicación anterior pude darme cuenta que existen muchas dudas respecto a cuál es el término correcto para referirse a una persona que tenga deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo, tema de gran importancia, porque a partir de ahí inicia el respeto que cada persona merece, en específico, las personas con discapacidad.

Suele suceder que comúnmente se emplean términos, voluntaria e involuntariamente, que resultan discriminatorios, por ejemplo, “minusválido”, “incapacitado”, “cieguito”, “retrasado”, entre muchas otras. Y existe un polo opuesto, que por tratar de colocar a las personas con discapacidad en un lugar “especial”, por querer ponerle un nombre bonito, algunas personas, incluso autoridades o medios de comunicación, caen en el error de nombrarlos “personas con capacidades diferentes”, “niños especiales” entre otros.

A lo largo de muchos años, ha estado en la mesa de debate, cuál es el término correcto para referirse a las personas con discapacidad, mismo que con el paso del tiempo ha ido evolucionando con la finalidad de lograr establecer aquel que represente la inclusión social de este sector de la población.

En el año 1983, la Organización Internacional del Trabajo, utilizó en su Convenio 159, el término “personas inválidas”, posteriormente el Programa de Acción Mundial de las Naciones Unidas los nombró “impedidos” y así hasta llegar al año 2008, cuando entró en vigor la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, que estableció el término “Personas con Discapacidad”,  mismo que ratificó la Comisión de Política Gubernamental en Materia de Derechos Humanos de México para su uso en todos los programas públicos, discursos y comunicados de nuestro país.

Ahora bien, ¿porqué “Personas con Discapacidad? Y no “personas con capacidades diferentes”, existen varias razones, entre ellas, que en sí, todas las personas tenemos capacidades diferentes, sin embargo no todas tenemos discapacidad, entonces pues, el término no define la discapacidad de la persona, por otro lado, el término no está contemplado ni en la Constitución, ni en los instrumentos legales internacionales sobre el tema.

Otro error común es nombrarlos “discapacitados”, aunque cualquiera pensaría que “persona con discapacidad” y “discapacitado” es exactamente lo mismo, no es así. Cuando usamos la palabra discapacitado, estamos definiendo a un ser humano por su problema, en cambio, al decir PERSONA CON DISCAPACIDAD, con el vocablo “persona” rescatamos y reconocemos su condición de ser humano pero sin desconocer las dificultades que tiene.

Pareciera un tema sencillo, sin embargo es fundamental lograr la uniformidad de términos en relación a las personas con discapacidad, ya que este es un proceso que evoluciona y se manifiesta claramente en la definición hacia las personas que viven con algún tipo de discapacidad, que en la actualidad se presenta desde el enfoque social, no medicalista, ni asistencialista como fue durante años atrás.

Finalmente los invito a referirnos a ellos de la forma correcta, si su discapacidad no los limita, no lo hagas tú. Que Dios bendiga grandemente sus vidas y la de las personas con discapacidad que día a día luchan por eliminar las barreras sociales que les han sido impuestas.