Por: Adrián Ortiz Romero

+ Maquinaciones en voto, nada nuevo en Oaxaca

Qué paradoja que hoy, los partidos que hace muy poco tiempo hicieron la última reforma electoral para evitar los “fraudes” del PRI, sean quienes más sufran con sus mismas reglas y con el débil árbitro electoral que procuraron para Oaxaca. En estos momentos, en que están ocurriendo los cómputos del voto a nivel municipal y distrital, resulta que partidos y personajes ligados al PAN y PRD están denunciando fraudes que al final serán imposibles de sostener con pruebas y argumentos sólidos.
En efecto, el primer rasgo que debemos distinguir es el relacionado a la curiosa forma en cómo los partidos que tuvieron mayoría en la LXI Legislatura sean los mismos que hoy repudien las reglas y al árbitro electoral, en razón de sus malos resultados en los comicios recientes. Y lo segundo que debemos distinguir, es lo desgastado de las prácticas que están tratando de poner en marcha, para justificar las denuncias de fraude que han lanzado para justificar las derrotas. Al final, lo que queda claro es que este resultado electoral reprobó a los hasta ahora partidos mayoritarios, y que a partir de esto deben hacer modificaciones sustanciales a su forma de actuación, si es que desean mantener el maltrecho liderazgo que les queda.

Veamos con detalle el primer rasgo. Para eso, debemos recordar que la más reciente reforma electoral, que fijó las reglas con las que se lleva a cabo el presente proceso comicial, fue realizada por la LXI Legislatura, en la que la unión de partidos conformada por Acción Nacional, el PRD, PT y Movimiento Ciudadano tuvo una mayoría casi absoluta. Y luego, ellos decidieron, solos, la conformación del Consejo General del Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca. Es decir, que reglas y árbitro fueron establecidos por ellos, gracias también a la torpe actuación del ahora diputado federal del PRI, Martín Vásquez Villanueva, que como coordinador de su bancada en el Congreso local, voluntariamente marginó a la fracción priista de esas decisiones.

¿Qué pasa hoy? Que el PRI ganó municipios y distritos clave en este proceso electoral, y los partidos integrantes de la coalición están exigiendo recuentos de votos, denunciando la comisión de infracciones y delitos, e incluso llevando a cabo maquinaciones relacionadas con el fraude electoral. Esto es algo paradójico no por el hecho de que no deban ejercer los derechos que les otorga la ley al recuento o a la certeza en el resultado, sino porque en realidad lo que los partidos gobernantes están haciendo es tratar de responsabilizar a las instituciones, y a la ciudadanía, por los errores que ellos mismos cometieron y que los llevaron a esos contradictorios resultados.

Y es que a pesar de todo, lo que pasó el domingo en la jornada electoral fue un fuerte llamado de rechazo a los rasgos de soberbia e insensibilización por el que atraviesan esos partidos ya estando en el poder. Si nos preguntamos por qué la alianza PAN-PRD-PT perdió municipios y distritos clave, como Oaxaca de Juárez, Tuxtepec, Huatulco, y otros, lo que veremos es que el voto no necesariamente fue a favor del PRI, sino más bien en contra de ciertos partidos o candidatos a los que, en muy poco tiempo, la ciudadanía llegó a conocer bien, y también decidió rechazar.

Por eso, hoy los mecanismos legales creados por esos partidos y plasmados en la ley según para atajar al PRI, les están dando la espalda. Así pasa, por ejemplo, en el distrito 01, Oaxaca Sur, en el que, en la derrota, los representantes de las fuerzas coaligadas que abanderaron al edil con licencia de Xoxocotlán, José Julio Antonio Aquino, han exigido un recuento minucioso de actas y votos, esperando con ello reducir el margen de votación a favor de la candidata del tricolor, Martha Alicia Escamilla León, y llegar al supuesto en el que sea posible la apertura de todas la paquetería electoral para contar, uno por uno, los votos emitidos.

La esperanza de ellos se encuentra fijada en remontar, en el “voto por voto”, los casi mil 300 votos que Escamilla les lleva de ventaja. Pero en los hechos, lo que está ocurriendo es que en la revisión de actas y votos, lo que ha pasado es que han salido, por errores humanos, más votos no contabilizados a favor de Martha Alicia Escamilla, que los cinco o seis votos que han podido recuperar para Antonio Aquino. Así, no sólo no podrán llegar al voto por voto, sino que al final tendrán una derrota más amplia, con números fijos, de la que tuvieron en el resultado inicial. Y eso, según parece, es lo mismo que ocurriría en el recuento de votos que exige el derrotado Francisco Reyes, en los comicios municipales donde resultó electo Javier Villacaña edil de la capital oaxaqueña.

FRAUDE, MAQUINADO

La coalición PAN-PRD-PT ha insistido en el fraude electoral. Y para eso han montado una serie de prácticas que son bien conocidas por todos. Una de ellas es la del presunto “hallazgo” de boletas electorales quemadas, o el relacionado con la compra de votos. A través de la percepción, están buscando sostener ciertos argumentos que finalmente serán desmontados cuando los resultados electorales lleguen a los tribunales, y ahí se diga la verdad definitiva.

¿Qué están haciendo? Están, por ejemplo, generando la misma práctica de cada proceso electoral, como el cuento de las boletas quemadas. Si revisamos procesos electorales anteriores (particularmente, todos en los que esos partidos han cargado con la derrota), podremos ver que en cada uno de ellos, partidos como el PRD han denunciado hechos exactamente iguales. El de las boletas quemadas es uno de ellos. Por eso no es errado señalar que esas supuestas denuncias que comprueban el fraude electoral en contra de esos partidos, en realidad están hechos según una práctica añeja y bien aprendida, con la que han jugado para justificar los resultados electorales cuando les son adversos.

PARTIDOS REPROBADOS

Lo que no alcanzan a aceptar, es que como quiera que sea los resultados reflejan cierto grado de aceptación o rechazo ciudadano. En el caso de la ciudad, y al margen de las denuncias hechas por Francisco Reyes en contra del PRI, ¿cómo justifica que él y sus partidos no hayan conseguido ni la mitad de la votación con la que ganaron hace apenas tres años? ¿Eso es parte del fraude, o es en realidad un reflejo de que la mitad de los que votaron los rechazan, y que otro tanto enorme ni siquiera se tomó la molestia de ir a refrendar o castigar al gobierno actual con su voto? Si bien dicen que lo que se ve, no se juzga.