eloriente.net/Enfoque DH

29 de mayo de 2015

Por: Ana Luisa Nerio Monroy @analuisanerio

18 de mayo de 2015

El 17 de mayo de 1990 (hace 25 años), la Organización Mundial de la Salud (OMS) eliminó la homosexualidad del catálogo de enfermedades mentales. Por esa razón en esta fecha se conmemora el Día Internacional contra la Homofobia y Transfobia. Se denomina “contra la homofobia” aunque incluye toda clase de discriminación contra la población Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Transgénero, Travesti e Intersex (LGBTTTI). En México, apenas el año pasado, mediante decreto presidencial, se estableció el 17 de mayo como el Día Nacional de la Lucha contra la Homofobia, reconociendo así que el problema existe y que deben realizarse acciones de política pública para prevenir, eliminar y sancionar las conductas homofóbicas.

México es Estado parte de diversos tratados internacionales que prohíben la discriminación por orientación, preferencia o identidad de género. Asimismo, nuestra constitución reconoce el derecho a la igualdad y la no discriminación por preferencia sexual. La Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, establece en su artículo 1ro que la homofobia también es discriminación.

La homofobia es el temor, rechazo o aversión hacia las personas debido a su orientación, preferencia sexual, identidad y expresión de género. Esto se basa en estereotipos, prejuicios y estigmas que se han desarrollado a través de los años y que forman parte de la cultura de un pueblo.

La Encuesta Nacional sobre Discriminación en México (Enadis) 2010, elaborada por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), revela que 7 de cada 10 personas homosexuales consideran que no se respetan sus derechos y que el principal problema que enfrenta la población LGBTTTI es la discriminación, seguido de la falta de aceptación, las críticas y burlas. Por su parte la Encuesta sobre Discriminación en la Ciudad de México (EDIS – CDMX) coloca a la población LGBTTTI como la segunda más discriminada (la primera es la indígena); y a la preferencia sexual como la tercera causa de discriminación más común.

La homofobia se expresa en actitudes y conductas discriminatorias que atentan contra la dignidad y derechos de las personas. La homofobia encuentra su expresión más grave  y violenta en los crímenes de odio.

La Comisión Ciudadana contra los Crímenes de Odio por Homofobia (CCCOH), de la organización civil Letra S, Sida, Cultura y Vida Cotidiana, A.C., ha registrado 887 homicidios por homofobia en México entre los años 1995 y 2013 (cifras hasta 2014). De ese total 700 fueron hombres, 181 fueron personas travestis, transexuales o transgénero y seis mujeres. En el caso de las mujeres sospechan de un subregistro ya que algunos casos pasan como feminicidio cuando el asunto central de la orientación sexual debiera ser motivo para catalogarlo también como crimen de odio. El mayor número de personas asesinadas son jóvenes  entre los 18 y 39 años, con 379 casos, y le sigue el grupo de edad de 40 a 49 años (con 129 casos). Las cinco entidades con el mayor número de asesinatos por odio homofóbico son: Distrito Federal con 168, Estado de México (98), Nuevo León (67), Michoacán (58) y Jalisco (56).[1]

Los crímenes de odio son aquellos que “son motivados por el odio que el perpetrador siente hacia una o más características de una víctima, que la identifican como perteneciente a un grupo social específico… Entre los grupos a los que podrían pertenecer las víctimas se incluyen las minorías étnicas o nacionales, las mujeres y las minorías sexuales, entre otros. Además del daño que causan a las víctimas, estos crímenes comunican un mensaje amenazante al resto de los integrantes de esos grupos, comunidades o minorías.”[2]

Los crímenes de odio se caracterizan por la gran violencia con la que se efectúan. No es sólo el asesinar a una persona sino la forma en que se realiza el crimen. Generalmente son crímenes cometidos con saña y violencia. Se tortura a la persona, se marca el cuerpo, se le denigra y expone como “lección para otros”.

La Comisión Ciudadana contra los Crímenes de Odio por Homofobia (CCCOH), en el informe arriba citado, señala que más del 80 por ciento de los registros muestran que las víctimas recibieron varios tipos de agresión antes de ser asesinadas, por ejemplo lesiones realizadas con arma blanca (que son las más frecuentes), golpes, asfixia o ahogamiento, lesión con arma de fuego y ataque con objetos contundentes. Los lugares donde se encontró el cuerpo de las víctimas con mayor frecuencia fueron el domicilio y la vía pública.

De acuerdo a especialistas los crímenes de odio se inscriben en el contexto cultural de rechazo y discriminación hacia la población LGBTTTI; las instituciones de justicia y de seguridad pública que los permiten y fomentan al negar el acceso a la justicia a las víctimas, dejando en la impunidad estos crímenes; la falta o debilidad de las redes sociales y comunitarias débiles que no ofrecen protección y cuidado a esta población; los contextos sociales que en sí mismos generan ambientes de vulnerabilidad psicosocial (comunidades con culturas altamente machistas o en donde la religión castiga la homosexualidad), y las actividades laborales que añaden algún tipo de riesgo (la prostitución por ejemplo).[3]

Respecto al punto del acceso a la justicia vale la pena mencionar que con frecuencia los crímenes de odio por homofobia no son investigados como tales. Esto debido a que se les encuadra como “crimen pasional”, es decir un conflicto de pareja que deriva en un asesinato. Con ese argumento se desvía la investigación e impide que se realice el análisis del caso conforme a las características de los crímenes de odio, por lo que las cifras reales sobre estos asesinatos suele ser un aproximado.

Debemos, cada quien desde lo que le corresponde,  educar y generar un cambio cultural para la no discriminación y respeto de las distintas identidades sexo-genéricas. Además es indispensable garantizar el acceso a la  justicia, el derecho a la seguridad personal y la correcta investigación de los crímenes de odio por homofobia. Es necesario capacitar y sensibilizar a las autoridades encargadas de la las tareas de seguridad, investigación y aplicación de la justicia (policías, Ministerios Públicos y Jueces), y, generar políticas públicas que garanticen, respeten y protejan los derechos de la población LGBTTTI.

@aluisanerio

[1] Letra S, La Jornada, En busca de la libertad, http://www.jornada.unam.mx/2014/06/05/ls-cara.html

[2] Rodrigo Parrini Roses y Alejandro Brito Lemus, Crímenes de odio por homofobia, un concepto en construcción, Indesol-CDHDF-Letra S, p. 1. Disponible en http://www.clam.org.br/uploads/arquivo/Informe%20Crimenes%20de%20odio%20M%C3%A9xico.pdf

[3] Rodrigo Parrini Roses y Alejandro Brito Lemus, op.cit. p. 16.

Esparata Palma. Alas

Imagen: Bajo licencia CC Esparta Palma. Alas

OTRAS ENTRADAS:

Día de las Madres: ¿Maternidad libre, gozosa y con derechos?, por Ana Luisa Nerio

Día de las Madres: ¿Maternidad libre, gozosa y con derechos?, por Ana Luisa Nerio    eloriente.net/Enfoque DH 10 de mayo de 2015 Por: Ana Luisa Nerio Monroy @analuisanerio 9 de mayo de 2015 En el 2013 Lucía de 26 años acudió a un hospital público de la Ciudad de México con dolores de parto. Ante su llanto y quejas por el dolor, su médico (una mujer) la regañó […]

Censura y autocensura: derecho a la libertad de expresión en México, por Ana Luisa Nerio

Censura y autocensura: derecho a la libertad de expresión en México, por Ana Luisa Nerio      www.eloriente.net/Enfoque DH 30 de marzo de 2015 Por: Ana Luisa Nerio Monroy* Los derechos a la libertad de expresión y a recibir información están reconocidos en diversos instrumentos internacionales de derechos humanos: Declaración Universal de Derechos Humanos (Art. 19), el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (Art. 19), Convención Americana de […]