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16 de diciembre de 2015

El presidente del Tribunal Superior de Justicia y del Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado, magistrado Alfredo Rodrigo Lagunas Rivera, rindió su informe anual de actividades correspondiente al año 2015.

El acto se celebró en el auditorio del Tribuanl Superior de Justicia del Estado, y al mismo acudieron como invitados el gobernador de estado Gabino Cué Monteagudo, la presidenta de la Junta de Coordinación Política de la LXII Legislatura del Congreso del Estado, Natividad Díaz Jiménez; el presidente municipal de San Bartolo Coyotepec, Rutilo Pedro Aguilar; así como diputados y diputadas del Congreso del Estado de Oaxaca.

A continuación presentamos de manera íntegra el discurso pronunciado por el presidente del tribunal:

Lic. Gabino Cué Monteagudo, Gobernador Constitucional del Estado de Oaxaca

Diputada Natividad Díaz Jiménez, Presidenta de la Junta de Coordinación Política de la LXII Legislatura del Congreso del Estado

Diputadas y Diputados del Congreso del Estado de Oaxaca

Señor Rutilo Pedro Aguilar, Presidente Municipal de San Bartolo Coyotepec

Magistradas y Magistrados integrantes del pleno del Tribunal Superior de Justicia 

Consejera y Consejeros de la Judicatura

Magistrados presidentes e integrantes de los Tribunales Especializados del Poder Judicial del Estado

Juezas, Jueces, Funcionarias y Funcionarios Judiciales del Estado

Señoras y Señores

La cuenta que hemos dado se inscribe en la apertura de un gobierno que ha democratizado la función judicial, que conlleva un profundo compromiso de responsabilidad social por mejorar las condiciones de acceso, tratamiento, resolución, acompañamiento y cambio, en hacer y repensar la administración de justicia para las y los oaxaqueños.

Lo que hemos puesto a la vista y alcance de todos ustedes, es la expresión más dinámica de la labor del gobierno y hacer judicial, donde las mejores prácticas y los cambios de paradigmas en la administración de la acción pública judicial, sin duda, marcan la pauta para empezar a garantizar que los derechos de las y los oaxaqueños, sean tutelados desde el prisma de la dignidad, los derechos humanos, los contextos plurales de identidad y la proa de un mejor bienestar en acceso a los tribunales de nuestra comunidad.

Nunca en la historia de la institucionalidad de Oaxaca, la relación entre juzgadores y sociedad, había sido tan estrecha, tan penetrante, tan exigente; ello obedece a los procesos políticos de cambio en México y nuestra entidad, que han apostado a que el Poder Judicial sea el garante social por excelencia en la protección y salvaguarda de un estado democrático de derecho, con enfoque de humanismo pluricultural.

Este, es el tiempo de los jueces, la democracia constitucional que todos hemos construido apuesta a ello; y estamos más que comprometidos a no desmayar en esta responsabilidad.

El trabajo de las y los juzgadores del Poder Judicial se ha desarrollado en esta línea, a quienes expreso mi agradecimiento y reconocimiento por ello; a magistradas, magistrados, juezas, jueces, consejera, consejeros de la Judicatura y funcionarios judiciales que a lo largo de este período, no sólo han logrado tejer una red de coordinación de esfuerzos, sino constituido una familia judicial, proactiva, dispuesta y transparente, con la sensatez y humildad de una sociedad oaxaqueña que exige elevar sus estándares de mejores condiciones de vida.

Mi familia judicial, nuestra familia judicial; ha abrigado las mejores causas para reducir brechas de desigualdad, colaborado para alcanzar las metas de sanidad de la justicia, pero sobre todo, con su acompañamiento nuestra mayor recompensa ha sido contribuir a una sociedad con mayor solidez en la cultura de la legalidad y el respeto por los derechos humanos.

Por ello quiero expresarles mi reconocimiento y gestos de una reciproca amistad, rodeado de la colaboración e incentivos emocionales para seguir adelante fortaleciendo nuestra organización y eficacia, donde los lazos de empatía, comunicación y cortesía son más sólidos cada día. Lo que agradezco con la humildad de correspondencia, plenitud, y fraternidad.

Las transformaciones de la última década que han impulsado sociedad, instituciones públicas, organismos internacionales y poderes judiciales, están marcadas por varios procesos cualitativos de reforma constitucional en México; “pluralismo y multiculturalismo, transparencia y rendición de cuentas, seguridad y justicia penal; y derechos humanos”.

En su fondo, yace el sufrimiento de víctimas en virtud de desigualdades sociales, del lacerante comportamiento cultural de discriminación, y las escasas oportunidades de desarrollo; procesos estructurales de cambio que tienen un mensaje muy claro e inmediato, “recobrar la posición de la dignidad de las personas y sus formas de organización colectiva, en donde los tribunales están llamados a hacer su más fiel guardián y protector, no solo por reacción sino por proacción”.

Esta histórica sinergia de reformas, es la que asumimos para traducirla en políticas públicas y acciones de gobierno, que planteamos al inicio de nuestro período constitucional en un “Plan Estratégico para el Mejoramiento de la Administración de Justicia” de corto y mediano plazo; con lo cual buscamos rehacer el papel del Poder Judicial, para sacarlo de su inmovilidad política, de su anclaje solo de reacción, para transformarlo en innovación y acción proactiva para contribuir a generar bases para una sociedad más justa y equitativa.

Lo que hoy es resultado de todo este engranaje de un ciclo de gestión y gerencia pública de alto nivel, requirió una transformación en los paradigmas organizacionales de la labor judicial; tuvimos que cambiar de “estrategia”, “enfoque”, “visión”, “estructura y flujo”, “organización”, “gestión”, “dinámica de trabajo”, “comunicación” y “redes de vinculación” de acuerdo con la innovación de las tendencias globales en materia de derechos humanos y mecanismos de acceso a la justicia que nos llevó a construir en este proceso de tiempo seis ejes rectores.

  • Una administración de justicia desde la lógica de un servicio público de calidad.
  • Una justicia profesional y altamente calificada.
  • Una justicia con sistemas de gestión de vanguardia.
  • Un servicio público con enfoque de derechos humanos.
  • Una política pública sobre la base de la coordinación de esfuerzos.
  • Una justicia transparente y con rendición de cuentas.

Lo anterior ha sido posible, gracias a la familia judicial que constituimos, a la disposición, responsabilidad y esfuerzo de toda nuestra comunidad, y por supuesto de los lazos de cooperación institucional entre los poderes Ejecutivo, Legislativo, los órganos constitucionales autónomos del estado, sociedad civil y organismos nacionales e internacionales de justicia.

Sin duda un actor institucional para este engranaje judicial, ha sido el Gobernador Constitucional del Estado.

Licenciado Gabino Cué Monteagudo, nuestro agradecimiento y reconocimiento público por su convicción de que la justicia es un valor central para el bienestar de las y los oaxaqueños, de donde su invaluable apoyo en cada uno de nuestros ejercicios, fue impulsar las iniciativas, proyectos y requerimientos del Poder Judicial.

Sin duda, su legado también vive en el corazón de la función judicial para beneficio de las y los justiciables de Oaxaca.

Diputada Natividad Díaz Jiménez, Presidenta de la Junta de Coordinación Política de la Sexagésima Segunda Legislatura del Congreso del Estado, sea usted el amable conducto para hacer llegar nuestro reconocimiento a las y los legisladores, con quienes estrechamos un dialogo institucional y republicano en la confección de reformas en materia de justicia.

Su visión en el diseño y contenido de las diferentes leyes aprobadas, nos han dotado de un marco jurídico de altos estándares.

Permítanme agradecer con profundo amor a mi familia, de manera muy especial a mis madres y a mis padres por acompañarme en los desafíos, aventuras, altibajos y proyectos al frente de esta responsabilidad; su respaldo ha sido un motor inagotable, ante los retos y el impulso renovador de fuerza para el futuro.

Respetables ciudadanas y ciudadanos de Oaxaca.

Este ciclo de gobierno judicial, entrega bases sociales sustentables; contamos con una institución sólida en el respeto de los derechos humanos, una infraestructura nunca antes vista en la administración de justicia que llega cada vez más y con mejores condiciones a todas las regiones del estado.

Una Judicatura con altos estándares de profesionalización y modelos de gestión de vanguardia, una comunidad de juezas y jueces abiertos a las transformaciones sociales y dispuestos a hacer respetar el Estado constitucional y democrático de Derecho, y sin duda una familia judicial plural, transparente, innovadora y propositiva, con la que hemos instalado capacidades múltiples que se perfilan para consolidar nuestra institución en un referente de gestión de cambio, para transformar el rostro de las personas en su acceso a la justicia, por un respiro más profundo de tranquilidad, seguridad y protección de sus derechos.

Somos por tanto, un Poder Judicial “para y de la democracia” que tiene como base los principios de los derechos humanos, la participación ciudadana en su agenda de trabajo, la formación judicial con elevados estándares educativos y emocionales; y la prospectiva de retos para actuar en el futuro con el ingenió de la innovación.

La justicia es una tarea inacabada, siempre habrá mayores retos por alcanzar, de ahí que nuestra convocatoria apunte a no desfallecer ante las dificultades y a seguir por la cooperación social para consolidar un diálogo por la justicia, construida desde el diagnóstico de problemas de acceso y respeto de los derechos de las personas en función de sus contextos y asimetrías sociales, transitando de la verticalidad y ortodoxia judicial, hacia la justicia dialógica y ciudadanizada.

Así lo hemos hecho, aprendido, reformulado, emprendido y dirigido hacia una tendencia irreversible que apunta a su consolidación donde la confianza y participación de todos ustedes será la clave de metas sensatas y con peso real en nuestro Oaxaca.

Por ello tenemos toda la convicción de que la justicia en Oaxaca y su administración tienen un impostergable: “contribuir a la correcta distribución y equilibrio de benefactores”, “proscribir el sufrimiento humano” y “fomentar una cultura de legalidad y derechos” que sean el ordenador de una vida equilibrada y emocionalmente saludable.

Tengan la certeza que esta seguirá siendo nuestra misión y visión en todo momento y circunstancia.

Mi agradecimiento profundo por la confianza de permitirme transitar por este sendero.

Muchas gracias.

Informe Titular TSJO

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