(www.eloriente.net, México, a 18 de septiembre de 2017, por Jaime Palau Ranz).- Como se lo había pronosticado los Toros de Tijuana coronaron una extraordinaria temporada, fueron el mejor equipo a lo largo del año. Durante la primera mitad de temporada los Sultanes de Monterrey tomaron la delantera, sin embargo los fronterizos nunca aflojaron el paso, los alcanzaron y rebasaron con suficiencia. Esta temporada los equipos del Norte le dieron un repaso a los de la Zona Sur, varios equipos norteños con récord positivo ni siquiera calificaron a la postemporada, los que sí lo hicieron tenían trabucos.
Pericos era el campeón defensor, en la final del 2016 habían derrotado a los Toros de Tijuana, quienes se prepararon con mayor ahínco para regresar y conquistar el campeonato. Aprovecharon todas las ventajas que les ofreció el reglamento de la liga, contrataron muy buenos peloteros extranjeros y México-Americanos y lograron la revancha en la gran final consiguiendo la hermosa Copa Zaashila, cuyo diseño está inspirado en la población zapoteca de Zaachila ubicada muy cerca de la capital del estado de Oaxaca. Región donde nació el reconocido y tradicional bailable denominado danza de la pluma, infaltable en una Guelaguetza.
Toros aprovechó la localía y venció en los dos primeros juegos, ya la ventaja tomada era mucha y era cuestión de tiempo para confirmar la diferencia entre ambos equipos, la serie se trasladó a Puebla, estuvo a punto de retrasarse debido al terremoto de 8.2 grados Richter que tuvo su epicentro en las costas del Estado de Chiapas y que fue sentido en todo el Sureste de México y Centroamérica, ocurrido la noche anterior el tercer encuentro.
Puebla de los Ángeles no fue la excepción y todas las construcciones de la ciudad capital se cimbraron, para evitar una posible desgracia se solicitó a Protección Civil de Puebla que hiciera una exhaustiva revisión al estadio Hermanos Serdán antes de abrir sus puertas al extenso público que lo abarrotó en apoyo a sus Pericos aun campeones.
El tercer juego puso las cosas más que arregladas, tres para Toros y nada para Pericos, la remontada se veía imposible sin embargo debían vender cara la derrota, la afición llenaba cada día el inmueble rogando por el milagro, el cuarto encuentro fue para los de casa y renacía la esperanza aunque en forma débil. Este es un deporte de estadísticas y éstas indican por abrumadora mayoría que quien gana el tercer encuentro termina conquistando el campeonato. Adicionalmente, regresar en una final de un tres a cero, únicamente lo ha conseguido los Charros de Jalisco ante los Saraperos de Saltillo en 1971, las condiciones eran diferentes a las de ahora, incluso hubo un doble encuentro el mismo día.
Para los conocedores, el arroz ya estaba casi cocido, el quinto juego fue la confirmación de las sospechas, Tijuana se alzaba con la victoria para conseguir su primer gallardete en la Liga Mexicana de Béisbol que se practica en verano, esta ciudad fronteriza ya sabe lo que significa ganar un campeonato ya que lo ha conseguido en la Liga Mexicana del Pacífico que se juega en invierno con los Potros de Tijuana en el año de 1991 y representaron a nuestro país en la Serie del Caribe.
Después de noventa y dos temporadas de vida de la Liga Mexicana de Béisbol, esta fue la última tal como estamos acostumbrados, para el siguiente año habrá algunos cambios, empezará antes y terminará mucho después, seguramente se harán dos torneos en lugar de uno, con toda seguridad se va a empalmar con el torneo de la Liga Mexicana del Pacífico y eso traerá muchos ajustes y algo de conflicto entre ambas ligas ya que muchos de los peloteros participan en ambas.
Por lo pronto, Tijuana celebra con todo el derecho del mundo su más que merecido triunfo, en contraste, el sur de México sufre, en medio de las fiestas patrias para conmemorar la independencia de México, mi tierra llora, el terremoto que se sintió hace poco más de una semana fue brutal, el más fuerte que se ha sentido en territorio mexicano en más de cien años, muchos municipios de la zona del Istmo y parte de la Sierra Norte del estado de Oaxaca fueron devastadas, un centenar de fallecidos y casi un millón de damnificados dan una idea de lo que está sucediendo, no queda más que ponerse de pie, no tenemos mucho de que celebrar, debemos mostrar unión y solidaridad, el tiempo sanará las heridas y nos hará más fuertes.
A quienes han enviado ayuda muchas gracias, a quienes no lo han hecho y pueden hacerlo, no lo piensen, en verdad se requiere, el pueblo oaxaqueño somos mucho más que los rijosos insensatos que nos han dado una mala imagen y que solo ven por sus intereses bajo una bandera social que no existe, hazlo por la gente que se quedó sin nada, lo que permita tu voluntad y tus posibilidades, la reconstrucción será larga y penosa.
Hoy el béisbol pasó a un segundo término, me disculpo con mis lectores.
Seguiré comentando la próxima semana.
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