(www.eloriente.net, México, a 8 de enero de 2018, por Jaime Palau Ranz).-  Tal como hemos ido revisando las últimas dos semanas en esta columna, el tema de los peloteros México-Americanos ha escalado los más altos niveles en el béisbol de la Liga Mexicana, en el 2015 se autorizó que uno solo de los “pochos” se integrara a los rosters de los equipos sin oportunidad de ser reemplazado en caso de ser despedido, en 2016 se abrió la puerta a una mayor cantidad sin restricciones para dar de baja a quien tuviera bajo rendimiento y suplirlo por un nuevo jugador con ambas nacionalidades.

En los preámbulos de la temporada 2017, las diferencias entre los dueños de los equipos se fueron agudizando y polarizando, era evidente que no se ponían de acuerdo, ocho votos por la continuidad de la política de puertas abiertas a los México-Americanos y siete en contra, faltaba el voto de uno de los equipos ya que aún no se autorizaba uno de los varios cambios de sede para esa temporada.

Al no haber una clara definición del camino a seguir, se pidió la opinión del Presidente de las Ligas Menores de Béisbol (Minor League of Baseball), el señor Pat O´Connor, que es quien ha dirigido los destinos de ese organismo desde el año 2007 y que aglutina a todos los equipos filiales de los clubes de las Grandes Ligas, desde Clase Triple A, Doble A, Clase A Avanzada, Clase A, Clase A Temporada Corta y Liga Rockie, hay que recordar que la Liga Mexicana de Béisbol está afiliada a la MiLB o Ligas Menores y se considera Clase Triple A por el nivel tanto deportivo como de sueldos que se pagan a los jugadores.

Pat O´Connor dijo que la Liga Mexicana no debía restringir la oportunidad de trabajar de ningún pelotero que tuviera pasaporte mexicano, sin importar que ostentara las dos nacionalidades, de otra forma sería negarle el trabajo y por lo tanto incumplir lo que manda la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Aclarado el tema, todos los clubes debían acatar y dejar a un lado sus rencillas y opiniones, nada más alejado de la realidad, ya no había declaraciones sino más bien se pasaron a las acciones.



Diablos Rojos del México y Guerreros de Oaxaca, clubes que son propiedad de Alfredo Harp Helu, anunciaron que para la temporada 2017 jugarían únicamente con peloteros mexicanos, nada de extranjeros ni México-Americanos recién contratados, si ya había alguno jugando en nuestro país durante los últimos años, continuaría participando en los equipos, si conseguían calificar a la postemporada y pelear por el campeonato, podrían defender su teoría de que traer tanto extranjero o mexicano formado en el vecino país del norte, traería la consecuencia de perder varias generaciones de jugadores mexicanos jóvenes, ese daño puede ser irreversible.

Antes de empezar la temporada, el propietario de los Tigres de Quintana Roo, el Ingeniero Carlos Peralta Quintero, decide vender la franquicia de su equipo sin derecho a poder usar el nombre y la historia, es decir, solo vendía el espacio para poder jugar en Liga Mexicana pero quien lo comprara no podría llamar al equipo Tigres ni mencionarse como campeón de las doce ocasiones en que el Club lo había conseguido, era como tirar por la borda el trabajo y el legado de su padre, el Ingeniero Alejo Peralta y Díaz Ceballos, fundador del equipo y gran impulsor del béisbol mexicano.

Los problemas se le agolpaban a Plinio Escalante Bolio, Presidente desde 2007 de la Liga Mexicana de Béisbol, tras un intento sin éxito de persuadir a Peralta de no continuar con su retiro, tuvo que zurcir fino hasta convencerlo que aunque vendiera al equipo, permitiera que continuara el nombre y la tradición a través de los nuevos dueños, así sucedió finalmente y fue vendido a un grupo de inversionistas capitaneados por el histórico Fernando Valenzuela, antes de irse la administración saliente vendió a varios de sus principales peloteros dejando un conjunto desmantelado para enfrentar la temporada.

Los cambios en algunos equipos continuaron sin razones aparentes, el 2 de mayo del 2017, Roberto Magdaleno, Gerente General de los Sultanes de Monterrey y el brazo derecho de José Maiz, propietario del equipo, decidió retirarse del béisbol después de treinta y un temporadas, todos saben que el béisbol y los Sultanes eran su vida y su pasión, incluso fue nombrado Ejecutivo del Año de la LMB en la convención de Nashville, Tennessee en el año 2007, no hubo muchas explicaciones, simplemente anunció su retiro activo del club.

Mucho se dice que el nivel técnico en la Liga Mexicana se ha elevado, los equipos que se reforzaron y eligiendo mejor a sus extranjeros y a sus binacionales, dominaron la liga de principio a fin, los peloteros mexicanos cuyo desarrollo se realizó en los equipos nacionales, perdieron muchos espacios de trabajo, ya ni qué decir de los jóvenes novatos, realmente las puertas se les cerraron, Guerreros y Diablos Rojos no consiguieron una base de Mexicanos de altísima calidad para poder competirle a varios equipos reforzados hasta los dientes, por lo que quedaron nuevamente eliminados, ¿será positivo subir el nivel de competencia pagando el precio de cerrar fuentes de trabajo y las ilusiones de los novatos mexicanos? ¿Quién nos va a representar en competencias internacionales? Esas respuestas las encontraremos en los próximos años.

Por lo pronto, parece que Diablos y Guerreros doblan las manos y tendrán que entrarle a la contratación de importados y “pochos” con tal de presentar un nivel competitivo, eso también tuvo un costo, al término de la temporada pasada salieron de la organización al menos dos de sus piezas principales, los encargados de preparar de manera ordenada cada una de las temporadas, Roberto Mansur Galan y Roberto Castellón Yuen.

Veremos que va a pasar y a donde va a llegar la Liga, habremos de comentarlo.

Para mi querido hijo Miguel Francisco, feliz cumpleaños.

Seguiré comentando la próxima semana.

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