“La India en Guanajuato; Portugal en Guadalajara; los pueblos de Oaxaca en la Guelaguetza. ¿Para qué esperar al siguiente mundial?
3 sucesos para cerrar 2018
(www.eloriente.net, México, a 9 de julio de 2018, por: Juan Pablo Vasconcelos @JPVmx).- Nunca olvidaré la forma en que nos recibió El Tajo aquella tarde.
Sobre todo, porque a pesar de la globalidad y sus imágenes objetivas, uno somete la imaginación a sus propios recuerdos y lecturas, a los dichos de amigos y aún a las sugerencias de poemas y narraciones, donde este río y cualquier otro se tamizan con las luminosidades, corrientes y temperaturas compartidas a través de las letras.
Uno imagina que un paisaje escrito será así para siempre, eternamente, pero ya luego al presenciarlo, comprobamos que aún ese paisaje y todo lo demás, transcurre, cambia, y aquella primera impresión, aquella imagen, se ha ido para siempre hacia ningún lugar.
No digo que El Tajo que nos recibió sea mejor o peor al que habitaba mi imaginación. Solamente digo que nunca olvidaré la forma en que nos recibió aquella tarde.
Yo traía los versos multicitados de Fernando Pessoa, inmortalizados con la firma de Alberto Caeiro: “El Tajo tiene grandes barcos/ Y navega en él todavía, / Para aquellos que ven en todo lo que allá no está/ la memoria de las naves… Por el Tajo se va al Mundo”. Y ese día el Tajo no traía nada eso.
Más bien, era un conjunto de navajas asomando su filo entre las aguas, en una tarde lluviosa que impregnó el cielo gris de aves suspendidas en el aire, a lo alto de la Plaza del Comercio, como si de pronto la tormenta, los vientos encontrados, las contadas personas paralizadas a un costado de los pilares en los portales, significaran un asunto a la vez aterrador pero inevitable: que el tiempo se hubiese detenido en el peor momento de la historia.
¿Hacia qué nos enfrentábamos? ¿Cuál era la razón de haber pasado de la expectativa luminosa hacia este instante apocalíptico? En pleno Lisboa, a la orilla del Tajo, pero a la vez a la orilla de un abismo: ¿qué pasará cuando el tiempo otra vez se mueva, se destrabe?
Ese recuerdo ahora está adentro de mis ojos.
Y cuando ustedes vayan a Lisboa, después de haber leído estas líneas y cuenten su experiencia, es posible que inicien su relato con unas palabras como: “nunca olvidaré la forma en que nos recibió El Tajo aquella tarde”.
Portugal en Guadalajara.
La Feria Internacional del Libro de Guadalajara (24-noviembre al 2 de diciembre), fundada ya hace 32 años, recibe este 2018 a Portugal como país invitado.
Una nación que proviene de un siglo XX excepcional desde un punto de vista literario. Como bien lo recuerda Manuela Júdice, aquel se convirtió en el “Siglo de Oro de la Poesía Portuguesa”.
Lo cual confirma un asunto absolutamente relevante para ese pueblo: en su identidad, la poesía y la cultura se encuentran adheridos de una forma inseparable a la forma de vivir de la gente, situación a veces olvidada en otras latitudes, cuya banalización y aún su degradación se debe precisamente al abandono de esta sensibilidad creativa en el devenir cotidiano.
Se prevé en la FIL la presencia de 40 escritores portugueses, nueve noches de música, tres exposiciones y otros conciertos, con artistas como Ana Bacalhau y Luís Represas. Entre los escritores no podía faltar António Lobo Antunes, Mia Couto, Inês Fonseca Santos, Joao Luís Barrero Guimaraes.
Destaco la presencia de Rui Vieira Nery. Un estudioso de la música que el 26 de noviembre abordará “Los poetas portugueses y el fado”. Cabe recordar a Vieira como el líder del Comité Científico para la nominación de el fado en la Lista de Patrimonio Intangible de la Humanidad de la UNESCO. Además, fue el comisionado nacional para la celebración del centenario de la República Portuguesa.
¡Ya puedes consultar el programa de Portugal como país Invitado de Honor de la FIL Guadalajara 2018! 🇵🇹
Da clic en el enlace y prepara tu visita
➡ https://t.co/0WCY5Wewky#SomosLectores pic.twitter.com/e5IY2cHvKJ— FIL Guadalajara (@FILGuadalajara) 18 de junio de 2018
India en Guanajuato
Mañana martes, presenta su programación para este 2018 el Festival Internacional Cervantino (10 octubre al 28 de octubre), para la cual existe gran expectativa, pues se adelantó la presencia de la India como país y de Aguascalientes como estado invitados.
El tono de los adelantos difundidos hasta ahora, nos hace pensar en un programa de profundidad, cuyo sentido sería indagar sobre simbolismos y maneras de la cultura hindú, distantes de los nuestros en esta parte del planeta, aunque entrecruzados en puntos esenciales.
El Cervantino, por fortuna rayando en su edición XLVI, sigue siendo un festival de altas expectativas, que esperamos no sea menor por tratarse del último de la actual administración federal.
El sitar es uno de los instrumentos más importantes de #India. ¡Mira el vídeo y enamórate de su sonido! #ElFuturoEsHoy pic.twitter.com/CLQRAYA6vs
— Festival Cervantino (@cervantino) 9 de julio de 2018
Los pueblos y comunidades en la Guelaguetza de Oaxaca
Siendo de Oaxaca, la Guelaguetza será siempre un plato principal.
Ya iniciaron los convites y en los siguientes días el programa tradicional ha de desplegarse: los desfiles de delegaciones, el certamen de la Diosa Centéotl y las presentaciones de los Lunes del Cerro (23 y 30 de julio) copan las fechas imperdibles.
Esta vez, ofrecerán conciertos Fernando de la Mora (Plaza de la Danza, 20-julio), Armando Manzanero (Teatro Alcalá, 28-julio) y Lila Downs (Auditorio Guelaguetza, 27-julio), entre otros grupos. Además, se abre el Festival de los Moles (Jardín Etnobotánico, 20-julio).
Estos días, se despierta una vez más el orgullo de la oaxaqueñeidad de los oriundos de estas tierras, cuya variedad de expresiones apabulla, cuyas posibilidades abruma.
Sin embargo, siempre es importante y prudente, preguntarnos a estas alturas del siglo: ¿hacia dónde queremos llevar esta fiesta tradicional? ¿Qué tan inclusiva e incluyente está siendo, en un tiempo donde se impone velar por la igualdad, la apertura democrática, la participación de todos en los asuntos de todos?
Deseo una Guelaguetza donde todas y todos pongamos algo de nuestra parte. Donde podamos decir otra vez: la fiesta es nuestra.