Por: RFI/Silvina Sterin Pensel
Presionado por las altas cifras de desempleo y alentado por la baja en contagios y hospitalizaciones por Covid19, el Jefe de Gobierno Bill De Blasio anunció que Nueva York entrará en la fase 2 de reapertura. Con casi 30.000 restaurantes, bares y cafés, la industria gastronómica es una de las piezas centrales de esta segunda fase de reactivación.
Los restaurants comenzarán a salir del letargo impuesto por el Coronavirus, operando únicamente al aire libre. En esta fase, los clientes no podrán ingresar a los establecimientos, si no que comerán en mesas en la vereda, en calles convertidas en espacios peatonales y en estacionamientos y plazoletas.
“Para nosotros es una bocanada de aire fresco que la gente sienta que puede venir y relajarse de nuevo. Estamos poniendo las mesas a dos metros de distancia. Nos aseguramos que nuestros empleados tengan toda la protección necesaria, mascarillas, que se laven las manos constantemente, guantes”, explica a RFI Sean Pearson, gerente de La Esquina, un restaurante mexicano en el Upper East Side.
“Creo que todo el mundo tiene energía acumulada y están listos para liberarla. Es solo una cuestión de hacer sentir cómoda a la gente y demostrar que podemos lidiar con grupos más grandes y mantenerlos seguros”, añade.
Pero no todos comparten su optimismo y mucha gente aún está temerosa.
“No voy a ir a comer a un restaurante por algún tiempo. Me preocupa. Sigo pidiendo comida, eso sí. Pero no me parece todavía ir a un restaurant a comer”, explica una mujer.
“Creo que es demasiado prematuro para la reapertura. Creo que deberían esperar más tiempo para ver cómo evoluciona el Covid. Porque no se terminó; no hay una cura. Esta todavía ahí afuera”, advierte otro vecino de Nueva York.
Cristian Montero administra el restaurant Italiano Il DIVO y le preocupa la situación de sus trabajadores.
“Realmente del 100% de empleados yo creo que podríamos llamar a un 70%. Me encantaría darles trabajo a todos, pero con este problema de la capacidad que no puedes meter muchas mesas, Si teníamos 5 meseros ahora solo vamos a tener dos o tres. Bueno, esperemos que todo salga bien”, dice.
“Somos optimistas con esto pero también queremos ser cuidadosos. Entonces vamos a ver qué tal; vamos a ir a restaurants donde no haya tanta gente, no tan llenos; pero sí vamos a salir”, explica un joven, que pese al entusiasmo de volver a comer afuera se muestra cauteloso.
Prudente, la Gran Manzana, la más golpeada por el virus va recuperando de a poco su ritmo y energía.