(www.eloriente.net, México, 1 de diciembre/ 2014; por Jaime Palau Ranz).- Uno de los entretenimientos más importantes de los aficionados al béisbol de las Grandes Ligas es la colección de tarjetas con la información y rostro de los peloteros profesionales, existen desde hace más de cincuenta años así que es un negocio muy grande paralelo al deporte en sí.

Las empresas más importantes fabricantes de las tarjetas son tres, la más antigua se llama Fleer Corporation, fundada en 1885 y su principal producto era el chicle para hacer bombas, a partir de 1923 al vender dulces y goma de mascar las acompañaba de tarjetas con información y fotografías de deportistas y artistas, a partir de 1959 empezó a publicar una serie de 80 tarjetas de Ted Williams con estadísticas de su carrera y logros dentro de la pelota caliente, desafortunadamente se tardaron mucho en firmar convenio con otros peloteros y le ganó la delantera la empresa de nombre Topps Chewing Gum Inc. que es otra empresa dedicada en la actualidad a producir estas tarjetas, Topps fue fundada en 1938 por una empresa dedicada al tabaco desde 1890 propiedad de Morris Shorin, su producto principal a comercializar era también la goma de mascar con el nombre de bazuca, a partir de 1950 empezó a vender su chicle acompañado de un sobre con el cromo de un artista famoso y la información de sus películas y vida.

A partir de 1952 diseñaron tarjetas de deportistas con la siguiente información, al frente el nombre del jugador, su foto, firma y nombre y logotipo del equipo en el que jugaba, en la parte posterior se daba cuenta de la altura, su peso, de qué lado batea y fildea, lugar y fecha de nacimiento, estadísticas del jugador y una breve biografía.

La visión de la empresa les hizo firmar en exclusividad a la mayoría de los peloteros en activo para ser publicadas, creciendo exponencialmente su éxito, cuando Fleer firma a Ted Williams pudo hacerle competencia por unos tres o cuatro años, solo que se retiró el pelotero y los convenios de exclusividad que tenía Topps con los demás beisbolistas le cercó hasta retirarse temporalmente del mercado, iniciaron una demanda para combatir ese monopolio y la resolución vino hasta 1965 ganándola, pero el comisionado no la aceptó lo que les obligó a venderle a Topps los pocos contratos que aún tenían, en los setentas iniciaron una nueva querella volviendo a ganarla, y en 1984 regresan al mercado de la tarjetas.

La tercera empresa dedicada a la venta de tarjetas dedicadas a deportistas fue fundada en 1988 en Reino Unido y se llama Upper Deck, a partir del siguiente año emite cartitas del béisbol profesional, diez años después tiene convenios para producir tarjetas en Estados Unidos de los cuatro principales deportes, hockey, basquetbol, futbol americano y béisbol por supuesto, con su llegada al mercado rompe con el pleito enorme de Topps y Fleer y entra en competencia, esto deriva en la mejora en la presentación y calidad de todos para beneficio de los fanáticos.

Gracias a estas tarjetas coleccionables podemos conocer a los jugadores, saber cuál es su rostro, su altura, peso, edad, su posición en el terreno de juego, en que equipos ha participado, saber sus estadísticas, su información personal y demás datos.

Con el paso del tiempo pasó de ser un simple pasatiempo a una actividad financiera, mucha gente ve la adquisición de las tarjetas como una inversión redituable, no es sencillo ni barato adquirir todas las que salen al mercado cada año, analicemos números, si hay 30 equipos y cada uno tiene un roster de 40 jugadores, mas unos diez o quince que suben y bajan de sucursales de las menores al equipo principal, y considerar también a los integrantes del cuerpo técnico como son entrenador y couches, entonces la suma de tarjetas diferentes es de casi dos mil por temporada, además, normalmente no puedes escoger de manera individual las de tus jugadores favoritos ya que se venden en sobres de aluminio delgado con diez cromos diferentes totalmente al azar dentro, si tienes la fortuna de que te salga alguna de las más cotizadas por ser de un jugador destacado o de tus favoritos, puedes guardarla esperando que aumente de valor o promoverla de inmediato en internet a un costo que depende de la oferta y la demanda, este mercado es muy volátil y dependiendo de muchos factores puedes revaluarse o depreciarse abruptamente.

Las personas que llegarán a tener utilidades no dependen de la buena suerte, son quienes se mantienen informados, tienen conocimiento del juego, saben evaluar la calidad de cada uno de los peloteros y especulan cuál va a ser su crecimiento en el tiempo, confiando en la buena suerte, en que no haya lesiones, que se irá destacando de los demás y que su comportamiento dentro y fuera del terreno de juego sea el adecuado, los coleccionistas se pueden contar en millones sorprendentemente con lo que va más allá de ser un simple entretenimiento y es toda una economía paralela.

Los coleccionistas pasaron de ser los niños que eran a quienes iban dirigidas en los sesentas y setentas a expertos que vuelven un arte el escoger cuáles serán las tarjetas que irán buscando con toda paciencia y detenimiento, leen todas las revistas especializadas, saben encontrar el valor fluctuante de cada tarjeta en las bolsas de valores o los mercados de los coleccionistas, ya que el desempeño de los jugadores y sus estadísticas pueden variar con el paso del tiempo, hay inclusive ferias por todo el país para el comercio de estas tarjetas, es un termómetro claro de las tendencias y valores de cada una.

Hay fanáticos que buscan los cromos de los jugadores de su equipo favorito, otros los de los jugadores destacados, no faltan los que buscan a los de su posición favorita dentro del terreno de juego, como ejemplo los receptores o los lanzadores, o por jugadores que tengan records vigentes, por la inicial del nombre de los jugadores, por su nacionalidad, en fin, es infinita la variedad de lo que buscan los coleccionistas.

Hay tarjetas que salieron con algún error de impresión y adquieren un gran valor sin depender de la calidad del pelotero, si alguien tiene la confianza en una guardada y va a esperar a que con el tiempo se revalúe, será importante cuidarla, que las cuatro puntas no estén dañadas, que no tengan rayones ni manchas en la superficie, que la impresión sea equidistante en los bordes, la foto centrada, puede tomar un gran valor con el tiempo y por no cuidarla se pueden desvanecer muchísimos dólares.

Si hubiera la posibilidad de coleccionar y comercializar en México sería un entretenimiento muy interesante.

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Seguiré comentando la próxima semana.

Tarjeta Coleccionable Beisbol

Foto: dennis crowley – Algunos derechos reservados

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