Anular es votar

eloriente.net

25 de enero de 2015

Por: Alejandro S. Cruz Pimentel*

Anular es también participar. Si los candidatos a puestos de elección popular no ofrecen propuestas concretas para la solución de los problemas que aquejan a la mayoría de los y las oaxaqueñas; no tendremos otra opción que anular nuestro voto de una manera legítima e informada. La agenda para Oaxaca 2015 desde El Oriente, propone 10 temas que apuran la atención de nuestros futuros representantes en el Congreso Federal. Hoy nuestros representantes federales se pelean por el cemento, por las láminas, por las canchas, por las bardas y por las calles. Hoy su trabajo es solamente “bajar” recursos de los programas federales conocidos como “los de los moches”. Hoy tienen secuestrados a los presidentes municipales al “proponerles” a los contratistas a cambio del favor recibido de dotarlos de infraestructura. Hoy ese es su trabajo legislativo, con mucha pena lo digo.

Oaxaca enfrenta serios problemas, como seguridad, corrupción y educación. Ninguno de los actuales legisladores ha dado la cara a la ciudadanía, ninguno ha rendido cuentas del sentido de su voto en las reformas constitucionales, pero eso sí las usan de bandera política a favor o en contra. Hoy para ellos, rendir cuentas es presentar un informe de su labor legislativa de manera unidireccional y como un acto multitudinario. Hoy nos engañan diciendo que legislaron pero no nos dicen cómo. Hoy no les importa que Oaxaca, un día sí y al otro también, se encuentre bloqueada por el tema educativo y el de Ayotzinapa. Hoy no salen a proponer qué harán para que este último caso no se vuelva a repetir; no han salido como interlocutores del problema educativo que votaron en el congreso federal. Por estas y otras circunstancias, estamos en una crisis de representación en nuestra democracia, estamos en un show del “hueso”, estamos en época de los “chapulines”, estamos en una democracia secuestrada por la partidocracia.

Hoy tenemos representantes que no quieren mover un dedo para no perder privilegios, no quieren mover un dedo para seguir en la opacidad, no quieren mover un dedo para transparentar su labor legislativa. Lo único de lo que hablan es gestionar recursos para secundar la corrupción en la obra pública. Hoy solo los vemos en las redes sociales cortando listones, inaugurando obras, colocando primeras piedras.

En la misma tesitura, hoy vemos espectaculares, que aclaro, no son para qué los vean los ciudadanos de a pie, son únicamente para los militantes de los partidos políticos (así dice la leyenda). En ellos solo encontramos palabras sin sentido: gestión, desarrollo, progreso, capacidad, infraestructura, etc.

En estos días venideros, tendremos avalanchas de propaganda y publicidad engañosa, por lo que no nos queda otra que escudriñar a los candidatos. El instituto local electoral ha autorizado 125 millones de pesos para los partidos políticos que participarán en esta contienda. Millones de pesos de los y las oaxaqueñas, vale la pena saber en qué y cómo se los gastaran. Para eso, hay que preguntar a nuestros futuros representantes entre otras cosas:

1.- ¿Conoce a fondo los problemas de su Distrito y del Estado? O seguirá entregando paliativos.

2.- ¿Qué propone legislar para que los y las niñas de nuestro Estado ya no pierdan clases? O quiere que sigan igual.

3.- ¿Cuál será su agenda legislativa en el primer año? O va a legislar lo que le ordene su coordinador de bancada.

4.- ¿Dónde podrá un ciudadano presentarle sus problemas o inquietudes en su demarcación? O habrá que ir al D.F.

5.- ¿Nos dará a conocer a su equipo de profesionales que lo acompañará en su labor? O seguirá llevándose al esposo, hijos u otros familiares para que vivan del presupuesto.

6.- ¿Cómo votaría, a favor o en contra, de transparentar los recursos que se les asignen a las distintas comisiones? O prefiere que estén en la opacidad.

7.- ¿Votaría a favor de que los grupos parlamentarios transparenten sus partidas presupuestales? O prefiere que se asignen con toda discrecionalidad.

8.- ¿Qué medidas propondrá como contrapeso del Ejecutivo para que los procedimientos de contratación de obra pública sean transparentes? O seguirá utilizando casos como la casa blanca de bandera política.

9.- ¿Hará pública su declaración patrimonial? O se seguirá escudando diciendo que la ley lo protege para no darla a conocer.

10.- ¿En la autorización del Presupuesto de Egresos de la Federación, gestionará obras que cuenten con factibilidad social? O seguirá gestionando programas que no cuentan con reglas claras para su ejercicio.

Si no encontráramos respuestas concretas a estas preguntas, entonces tendríamos la posibilidad de anular nuestro voto con sustento y de manera informada. Anular el voto, representa el hartazgo hacia los partidos políticos, el hartazgo de promesas no cumplidas, el hartazgo de esta insípida democracia. En contraste, representa el reclamo de una participación ciudadana real y el paso a las candidaturas ciudadanas. El voto es un derecho fundamental, es lo que nos da voz, es lo que supuestamente premia o castiga a nuestros representantes. Pero algo más importante, nos obliga a pensar mejor nuestra decisión. Hay que ejercer nuestro derecho, pero si este no está bien representado lo podremos anular. Si anulamos el voto, estaremos obligando a repensar el modelo de representación por uno de participación.

* Consejero Ciudadano de la COTAIPO

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