Oaxaca: Justicia por propia mano

(www.eloriente.net, México, 4 de marzo de 2015).- Es común en el ambiente de los programadores y editores de contenido a la hora de idear y armar nuevos productos y aplicaciones, el que se ponga sobre la mesa la necesidad de algún mecanismo de alerta de bloqueos, marchas y plantones.

Y es común, porque en cualquier mesa, lluvia de ideas o networking la necesidad predominante hoy es la movilidad. «Levanta una piedra y encontrarás un manifestante», diría el clásico.

Solamente hoy 4 de marzo pudimos monitorear marchas y bloqueos en: Calle Flores Magón (a un costado de Palacio de Gobierno por miembros del Frente Popular Revolucionario FPR); Sams, Home Depot, WalMart, Palaza del Valle y Gasolinería de Avenida Universidad (por miembros de la Sección 22 CNTE); accesos de Tlalixtac de Cabrera y Ciudad Administrativa (por pobladores del lugar exigiendo obras); puentes de acceso a Ciudad Judicial, así como en oficinas de SEDATU y avenida independencia (FPR). La Organización también marchó espués por Avenida Universidad hacia el Zócalo; oficinas de tránsito (por trabajadores); marcha del Frente Amplio de Lucha Popular (FALP) por carretera 190 y luego en calles del centro histórico.

Lo anterior solo en la ciudad de Oaxaca (y quizá hagan falta algunas), pues en puntos como Pinotepa Nacional y Puerto Escondido también se reportaron movilizaciones.

Pero todo lo anterior se ha vuelto ya lugar común en el estado. La vida cotidiana de los habitantes de Oaxaca tiene tanta dosis de marchas como de cualquier otra cosa normal en la existencia de una comunidad.

Sin embargo, como su nombre lo indica, se trata solo de MANIFESTACIONES, es decir, de reuniones públicas donde se reclama ALGO.

Pero el ALGO ha pasado a segundo término.

Lo que la ciudadanía quiere saber NO es qué es ese ALGO, si es justo o no, si tienen los participantes derecho a obtener ese ALGO o no, si hay ALGO que puedan hacer para que los manifestantes obtengan su ALGO reclamado.

Hoy por hoy a nadie le interesa esa razón. La actividad (o industria) de la manifestación se ha encargado de desgastar tanto su procedimiento, que inclusive sus causas pasan a segundo término y, lo que es incluso peor, se les degrada en modo tal, que quizá haya consenso en afirmar que NINGUNA MANIFESTACIÓN se considera hoy legítima a los ojos de la ciudadanía.

La mayoría de las personas estamos tan desencantados con las manifestaciones y bloqueos, que le atribuímos intereses oscuros a todas y todos los líderes participantes (intereses económicos específicamente) o el cariz de métodos de presión partidistas o políticos para obtener posiciones o prebendas.

¿Cuál es la consecuencia? Precisamente lo que desde hace algunas semanas ha venido ocurriendo en lugares como Huatulco, en que cierto sector de ciudadanos se ha venido organizando para desmantelar manifestaciones y desbloquear accesos, ante la inacción de las autoridades y el hartazgo social.

Sobre el tema, en ELORIENTE.NET hicimos preguntas a nuestros amigos en Redes Sociales y, aunque no nos atreveríamos a decir que los resultados son infalibles o plenamente representantivos, nos parece que esbozan una discusión que es necesario afrontar en Oaxaca:

ciertos límites institucionales y normativos se han rebasado, de tal forma que la propia organización social está buscando opciones para asegurar sus derechos, incluso fuera del propio orden institucional y normativo.

Se aplica de alguna manera una especie de Justicia por propia mano, que si bien es un término aquí extrapolado, también lo es que de alguna forma los ciudadanos pueden «tomar» por sí mismos funciones que le corresponden al Estado para evitar que sean violentados sus derechos, lo cual puede derivar en linchamientos y una crispación aún mayor.

Si bien algunos estudios indican que el apoyo a la justicia por propia mano se da sobre todo en comunidades con altos niveles de cohesión social, cosa que en nuestro entorno es baja para asuntos de esta naturaleza, también lo es que la impunidad y los bajos niveles de confianza en autoridades puede llevar a peligrosos escenarios de confrontación.

Por eso, la respuesta en todos los niveles debe ser urgente. Los síntomas y agrupamientos entorno a este tema deben llevar a la acción inmediata. Necesitamos al Estado en todos sus términos. Funcionando. Previniendo. Respondiendo. Inclusive desactivando y haciendo inteligencia.

Aún estamos a tiempo de evitar un choque entre civiles.

@El_Oriente

Números levantados del miércoles pasado a este día 4 de marzo de 2015:

DA CLICK AQUÍ PARA RESPONDER LA ENCUESTA DE ESTA SEMANA!!

OTRAS ENTRADAS: