Film Trois Coeurs. Catherine Deneuve y Charlotte Gainsbourg. Licencia CC L. VB

#Metoo

(www.eloriente.net, México, a 14 de enero de 2018, por: Jarumy Méndez).- La semana pasada se dio una confrontación de ideas entre feministas francesas y estadounidenses que trascendió al mundo entero. El origen fue el nacimiento del movimiento llamado #Metoo en Estados Unidos, tras las acusaciones de decenas de mujeres que manifestaron haber sido víctimas de acoso y agresión sexual o violación por parte del productor de cine Harvey Weinstein y que tuvo como consecuencia el despido del productor de su compañía The Weinstein Company y su expulsión de la Academia de Arte y Ciencias Cinematográficas, además de despertar acusaciones similares a hombres poderosos en todo el mundo, un desfile de actrices vestidas de negro en la gala de los Globos de Oro como apoyo al movimiento, una tendencia en redes sociales de mujeres que compartieron sus experiencias de agresión sexual y el surgimiento de un movimiento similar en Francia denominado #DenunciaAtuCerdo.

Después de ello, una centena de actrices, escritoras y académicas francesas entre las que destacan la famosa Catherine Deneuve publicaron un manifiesto en el diario Le Monde acusando al movimiento #Metoo de “puritano” abogando por la libertad de los hombres de seducir mujeres y señalando que los hombres están siendo acusados injustamente de conductas sexuales inapropiadas. Algunos de los párrafos de esta carta que desataron más polémica entre la misma comunidad francesa fueron:

«Defendemos la libertad de importunar, indispensable a la libertad sexual. Hoy somos suficientemente conscientes como para admitir que la libertad sexual es por naturaleza ofensiva y salvaje. Pero también somos suficientemente inteligentes como para no confundir torpe seducción con agresión sexual (…) Esta fiebre de enviar a los ‘cerdos’ al matadero, lejos de ayudar a las mujeres a independizarse, sirve en realidad a los enemigos de la libertad sexual, los extremistas religiosos, los peores reaccionarios y aquellos que estiman que las mujeres son seres aparte, niños con cara de adulto, que reclaman ser protegidas (…) La violación es un crimen. Pero el coqueteo insistente o torpe no es un un crimen, ni la galantería es una agresión machista».


Creo que ambas posturas tienen razón en ciertas cosas, pero también ambos movimientos se equivocan, enumero a continuación algunos puntos de vista:

  1. El movimiento ME TOO es legítimo puesto que visibiliza un secreto a voces, ya que la humanidad sabe que la violencia sexual pasa no solo en el mundo del cine, sino en los diversos ámbitos laborales en donde se desarrollan las mujeres, ya que son presionadas por sus jefes para mantener su puesto o ascender a cambio de ¨favores sexuales¨. Conductas que no deben permitirse y deben denunciarse. Ningún hombre o mujer puede abusar de su poder con fines sexuales.
  2. Las francesas abren un interesante debate sobre las relaciones con connotación sexual que no se había dado tan fuertemente como en el ámbito político y laboral, pero que al cuestionar la libertad de seducción llevan el debate a lo intimo alejado de lo público, y en un ámbito tan íntimo se pueden presentar una inmensa variedad de circunstancias que difícilmente se pueden judicializar y que por tanto competen a un ámbito cultural.
  3. Esa delgada línea entre entender lo que es sexualmente apropiado para unos o para otros que puede llevar a los hombres a ser culpados por una mirada o un gesto mal entendido, me recuerda lo difícil que es probar el acoso y/o hostigamiento sexual como tipo penal. Sólo 16 estados de la república tipifican el acoso sexual como delito, el resto sólo aparece la figura del hostigamiento sexual, la pena más alta es de 8 años.
  4. Hay que diferenciar los niveles de agresión, puesto que existen conductas sutiles (violentas) que son normalizadas y que no son exclusivas de hombres. El consentimiento debe ser el eje central de cualquier relación. Debemos enseñar desde la infancia que para mostrar afecto o interés no es necesario jalar el cabello de una niña y a las niñas a expresar lo que piensan y sienten.
  5. Decir que el hombre siempre es el victimario contribuye a fomentar el odio hacia el mismo, alentando un sentimiento de rechazo por parte de los hombres y de algunas mujeres hacia el feminismo en sus diversas acepciones.
  6. El linchamiento mediático generado en las redes sociales, dirigido a los hombres así como a diversas mujeres en otras circunstancias, refleja una sociedad intolerante, que no ha interiorizado sensatamente las causas, enfocándose en hacer juicios ligeros. incapaz de concebir el dialogo y el consenso mediante una forma respetuosa.
  7. Es importante construir una nueva masculinidad, donde la galantería no sea sinónimo de ejercer dominio sobre otro sexo y en donde ser caballero o dama no caiga en el puritanismo que nos aleje de reconocer que como seres humanos tenemos diferentes deseos y aspiramos a tener diferentes libertades sexuales de acuerdos a los gustos y a la identidad de cada quién.
  8. ¿Libertad de importunar? Asumir esto es validar, legitimar que las formas actuales de seducir, de conquistar de un hombre hacia una mujer o viceversa son las correctas las adecuadas. Creo que podríamos mejor abogar por una libertad sexual del hombre reeducada en donde el hombre no solo se sienta hombre por asumir su sexualidad. Quitaríamos un gran peso a los hombres al buscar ser los “galanes” de la película.
  9. Por otra parte, no se trata de asumir que las mujeres “deben ser protegidas porque son débiles” se trata de reconocer que seres humanos debemos protegernos unos a otros de un sistema que nos ha enseñado a pisotear la dignidad del otro para ser el o los mejores. Así, reconocer que hemos sido víctimas no nos hace más vulnerables y eso aplica tanto para hombres como para mujeres, hombres que no se han atrevido a denunciar las innumerables veces que han sido víctimas no solo de mujeres, sino de los propios hombres. Por eso todas las campañas para denunciar deben ser bien recibidas y alentadas.
  10. La industria del cine en Hollywood tiene que replantear la forma en la que han llevado la sexualidad, el estereotipo del hombre y la mujer y sobre todo la idea del amor romántico.Porque ha sido el cine precisamente quién ha contribuido a normalizar la violencia sexual, a través de reforzar los estereotipos de género en películas que reflejan el interés de vender mediante el entretenimiento y la normalización de conductas violentas. El cine como entretenimiento debe cambiar.
  11. El debate no puede seguir sosteniéndose solamente entre mujeres feministas, no podemos seguir señalando el comportamiento de los hombres sin que ellos formen parte del mismo.Es necesario que cada vez más hombres se asuman como feministas. Me preocupa que las mujeres hablemos un lenguaje que solo entendamos las mujeres y que los hombres no alcancen a entender lo que estamos pidiendo y por lo que estamos luchando, que no es una lucha contra ellos sino contra un sistema que normaliza la violencia en donde mujeres y hombres somos responsables y que trabajando en conjunto podremos solucionar.
  12. No podeos caer en los extremos de considerar machistas a hombres que ceden el paso o abren la puerta a las mujeres, pero los hombres tampoco deben asumir que todas las mujeres quieres ser tratadas de la misma manera. ¿Por qué no preguntar?.

En todo caso y para terminar, estamos ante la posibilidad de generar una nueva cultura de relaciones humanas basadas en el respeto y el consentimiento, donde no ‘cosifiquemos’ a las personas para satisfacer deseos sino reconozcamos su individualidad.

Sobre #Metoo

Me quedo con dos frases del debate que se dio en México sobre el tema entre Marta Lamas y Catalina Ruiz Navarro: «Ni todas las mujeres son víctimas ni todos los hombres son victimarios» y “No hay nada más sexy que el consentimiento”.