(www.eloriente.net, México, a 20 de marzo de 2018, por Jaime Palau Ranz).- La semana pasada se hizo un análisis de los cambios que habrá en las dos temporadas que se van a jugar por año y cuáles son los calendarios aprobados, tanto de campañas regulares, los play offs y el Juego de Estrellas; así como cuántos extranjeros y México-Americanos puede dar de alta cada equipo en su roster: siete importados y un número ilimitado de pochos. La justificación es que al tener pasaporte mexicano entonces es como cualquier otro connacional y por lo tanto no se les puede negar la oportunidad de trabajar, siempre y cuando sea un ingreso legal y pague sus correspondientes impuestos, vale la pena hacer un análisis de la situación.

Un equipo de Liga Mexicana se compone de veintiocho peloteros activos, la mitad son lanzadores, significa que juegan en una posición donde solo uno de ellos participa a la vez. Sólo hay un lanzador en el terreno de juego y si este sale entra otro con similares características, ellos sólo lanzan la pelota y difícilmente toman un turno al bate, los otros catorce son jugadores de campo, es decir, acuden al pentágono a batear, por lo tanto se busca que tengan fuerza para chocar la pelota, rapidez para sacar el bate y oportunos para producir carreras, en un encuentro, aunque haya cambios y unos salgan y otros entren a sustituirlos, solo participan nueve jugadores al mismo tiempo, significa que aparte del lanzador solo hay otras ocho posiciones disponibles durante un encuentro.

Si un equipo está autorizado para contratar siete extranjeros y siguiendo los promedios acostumbrados, es decir mitad lanzadores y mitad peloteros de campo, entonces habrá tres o cuatro lanzadores y cuatro o tres bateadores de poder, estos normalmente ocupan la primera base, los jardines, alguno es receptor o quizás tercera base, vamos a poner un ejemplo, si un club contrata cuatro pitchers importados, dos abridores, un preparador y un cerrador, entonces en la mitad de los juegos la loma de los lanzamientos estará ocupada por un extranjero, en el terreno de juego sin dudar van a participar los tres y la mayor parte del tiempo, para eso se trajeron, se supone que su calidad es muy superior a la de cualquier mexicano en esa misma posición, entonces quedan cinco espacios disponibles.

Ahora bien, en cuanto a los México-Americanos, no se puede negar que la disciplina y las bases técnicas que tienen los peloteros formados en colegios y universidades norteamericanas así como que hayan pasado por Ligas Menores, ya sea liga Rockie, A, Doble A, Triple A o incluso en Grandes Ligas, son muy superiores a las de los muchachos mexicanos que juegan en ligas locales muy mal organizadas, sin horarios definidos, sin coaches especializados, sin indumentaria adecuada, sin alimentación eficiente, es por eso que se encuentran notorias diferencias cuando llegan al profesionalismo, si un equipo tiene suficientes patrocinios y desea competir por ganar el campeonato, termina por abrir la chequera y traer jugadores con pasaporte mexicano y amplia experiencia.



Algunos clubes mexicanos invertían mucho dinero al montar un sistema de escauteo y mandar gente capacitada y ojo clínico, a explorar las ligas infantiles locales en los estados eminentemente generadores de jugadores, en busca de talento mexicano, los mejores se firmaban, se les mandaba a alguna de las academias especializadas en potenciar esa capacidad para jugar béisbol y se les preparaba para destacar en un futuro, en el caso de Guerreros de Oaxaca y los Diablos Rojos del México, tienen en conjunto una extraordinaria Academia en Oaxaca para preparar a muchachos de edades entre catorce y dieciséis años, donde les pulían sus habilidades naturales o heredadas de los genes de sus padres.

En la academia Alfredo Harp Helu de San Bartolo Coyotepc, Oaxaca, los jóvenes reciben educación escolar con principios y valores, alimentación balanceada adecuada pues tienen cocineros expertos, sus entrenadores fueron destacados peloteros profesionales con toda la experiencia del mundo, aquellos que sobresalen sobre los demás, son mostrados a los scouts de los equipos de Grandes Ligas quienes comienzan a darles seguimiento y si les convencen, firmarlos para sus equipos, si estos muchachos tienen entre diecisiete y diecinueve años, son llevados a la Academia del Carmen en Nuevo León, donde casi todos los equipos profesionales de México tienen un representativo, ahí terminarán de pulir sus habilidades y estarán listos para debutar en Liga Mexicana o migrar a las menores de Estados Unidos.

Ahora los equipos cubren los espacios de un roster con extranjeros y pochos dejando muy pocas plazas para mexicanos de origen y formación nacional, entonces empieza a no tener sentido el financiar una academia para preparar peloteros jóvenes que no tienen donde debutar, donde mostrar sus habilidades, donde destacar para que sean observados y poder firmar en un equipo de las Grandes Ligas, y eso no es lo peor, Roberto Mansur, el máximo conocedor de la pelota mexicana y con gran peso a nivel internacional, se retiró el año pasado cansado de esta situación, él era el único que podría contra restar el avance de poder dominante de los gringos y sus equipos que terminarán comiéndose a los clubes mexicanos y si no, al tiempo.

Hasta el año pasado, si un club de las mayores se interesaba por un joven y le extendía un contrato, el club que lo había preparado tenía derecho de cobrar el 75% de la firma del contrato y el jugador obtenía el restante 25%, a primera vista parecería injusto pero definitivamente no lo era, la inversión que hacía el club es enorme, se firman muchos más muchachos de los que puede recibir la academia, se espera que uno de cada 50 tenga las facultades y habilidad suficientes para destacar en el mejor béisbol del mundo, el costo de sueldos y mantenimiento de academias es muy alto, sueldos y viáticos de los scouts y mucho más, es un tema de ganar-ganar, el muchacho recibe múltiples apoyos, una educación, una preparación técnica y una oportunidad de mostrarse.

De lograr un contrato, dependiendo de sus habilidades podrá seguir destacando y conseguir mejores sueldos cada vez hasta llegar a obtener millones de dólares, eso dinero es todo para el pelotero, (menos una comisión para su representante, claro), como sea eran acreedores de una enorme oportunidad que ahora se diluye, sin Mansur, las Mayores ofrecen solo un 25% a los clubes dueños de la carta de un joven y pretenden venir a escautear directamente y firmar peloteros otorgándoles el 100% para ellos, suena atractivo, solo que ahora va a ser más difícil que sean localizados, no tendrán un club mexicano para debutar y no tendrán las habilidades pulidas como ahora sucede, en resumen, la liga ahora es fuerte, sube de calidad pero sus peloteros jóvenes no tienen futuro.

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Seguiré comentando la próxima semana.