La Pirata del Oriente
Por: Eva Bodenstedt
Los secuestros montados, la corrupción al rojo vivo
Emmanuelle Steels, autora del libro el “Teatro del engaño”, periodista francesa que sigue el montaje judicial que acusa a Israel Vallarta de cuatro secuestros (¿lo recuerdan?, 9 diciembre 2005, ¿Florance Cassez?), fue entrevistada la semana pasada a su vez por diversas periodistas -como Carmen Aristegui-, ante las cuales hizo declaraciones que son realmente abominables en nuestro país. Mismas que, dice, ha estado repitiendo por años como si tuviera demencia senil.
Fue larga y precisa la intervención de esta valerosa periodista, que al igual que Aristegui, se juegan el pellejo para sacar a la superficie verdades que incomodan a las autoridades de toda índole que se codean con otro tipo de periodistas, como Carlos Loret de Mola, para jugar a la verdad. Exacto, jugar, mostrarle al pueblo en una especie de circo obras de “teatro” en un escenario montado para que la población, ésta manipulada, les aplauda por sus logros (falsos e inexistentes) ante el crimen organizado, como en este asunto, mientras ellos atrás de estas nubes de distracción, cuecen otros guisados que ya conocemos…
¿Qué hay detrás de este caso que ha mantenido a Israel 14 años en una cárcel preventiva y no ha sido juzgado?
Emmanuel lo desglosa y no estaría de más echarse un clavado al caso porque parece ser que en los entramados del poder existe hasta el día de hoy una especie de cáncer con este lamentable caso que se llevó entre las patas a toda una familia y aún no termina.
Me lleva a compararlo con la serie en Netflix “La casa de papel”, en donde los malos, los ladrones, desnudan la falta de justicia y la tortura brutal en manos de la autoridad específica para el caso de la justicia. Sepultar las evidencias de la corrupción en las altas esferas del Poder cuyas sillas ya están muy lejos de ser ocupadas para realmente servir al pueblo, parece ser un acto aceptable en nuestra sociedad. El servir dignamente y apegado a la ley es ya una cosa del pasado, y un pasado más indígena, en cuya cultura estar al servicio de su pueblo era un honor y se llevaba a cabo con eso, con HONOR.
Es asombroso tanta evidencia de maldad.
Valga la pena recordarlo, o darlo a conocer: el hecho de que los Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación aceptaron hace más de 15 años, al invitar al gran muralista Rafael Cauduro para que les creara obras para enaltecer la historia de la Justicia, una contrapropuesta, ésta basada en siete murales basados en los Siete Crímenes de Estado, entre los cuales están Los Procesos Viciados (Israel Vallarta), la Tortura (Israel Vallartas), la Violación, el Secuestro, La Cárcel, la Represión…, terminados de montar en julio 2009 en las escalinatas principales de la Corte.
Todos tienen un pedazo dentro de la mala suerte de este mexicano que por dar la cara a quien le vendió unos equipos y ser su amigo, destruyó su vida. No sabía con quién se metía.
Todo lo referente al caso es un montaje judicial que tiene su origen en un pleito de dinero entre dos socios: el hermano de Florance Cassez, Sebastián, y el empresario oscuro que parece vivir en el anonimato, Eduardo Margolis, involucrado con las autoridades que fabrican este caso desde el mando de la Agencia Federal de Investigación en manos de Javier Garzas Palacios, Genaro García Luna y Luis Cárdenas Palomino, un torturador per sé. Googlea y ve quiénes son y dónde están hoy, acusados de ser parte del crimen organizado desde ese entonces.
Es terrible, de verdad, deleznable, y se puede comparar a un guión para una serie de TV en el cual el empresario dice que el francés le robó dinero, y el francés acusa al otro de lo mismo.
Israel, quien tiempo antes conoce a Sebastián Cassez al éste vender equipo para servicios de SPA (Israel tiene uno), apoya a su amigo y habla por él con el empresario Eduardo Margolis, quien lo amenaza y fabrica de la mano de sus colaboradores, lo que todo México se creyó. No el mundo, no Francia.
Es impresionante cómo Carlos Loret de Mola entrevista al falsamente acusado mientras a éste lo están torturando para que diga, evidentemente, lo que dijo. ¿En dónde estamos? Cómo nos podemos permitir ser espectadores de dicho circo y que ese periodista sea hoy hasta aclamado por el público. Es el colmo.
Hace un año y medio la entonces secretaria Olga Cordero consideró que NO existía ningún motivo para que Israel Vallarta Cortés siguiera en la cárcel; después su caso fue presentado como un caso emblemático de tortura, montaje, abuso de autoridad en la mañanera por parte del presidente López Obrador, habiendo desde entonces un decreto que los presos que han pasado más de diez años sin sentencia y o por tortura, deben ser liberados y, cumpliendo con ambos, Vallarta no es liberado.
Tanto él como su familia fueron privados de la libertad por 6 años sin evidencia de secuestro alguno, y fueron literalmente torturados, con marcas físicas para siempre, y mentales, no se diga. Deplorable, dijo Olga Sánchez ante esta invención.
Hay una resistencia que nadie se explica. También aparece el nombre de Arturo Zaldívar por ahí y las fichas que se mueven en los tableros de este ajedrez siguen moviéndose mientras la población somos los peone, y en tantos casos, los rehenes.
No voy a describir aquí todo el caso que se puede ver en las redes (Milenio TV), pero el asunto que me llama la atención es la facilidad con la que en contubernio con las autoridades se puede destruir la vida de gente decente.
No sólo el caso de Israel Vallarta en esta semana, también se abordó el oscuro e injusto caso de la hija de la viuda del hermano de Alejandro Gerz Manero, Fiscal General de la República, Alejandra Guadalupe Cuevas Morán, también tía de la esposa del Gobernador del Estado de México, Alfredo Del Mazo, quien fue detenida en octubre de 2020 e internada en el penal femenil de Santa Martha Acatitla acusada de haber causado por negligencia, la muerte de Federico Gertz Manero, quien era el presta nombre del Fiscal General de la República… El hijo de la detenida habló también largo en Aristegui Noticias desglosando paso a paso un entramado de mentiras para que otros culminen su proyecto ambicioso de tener más, poder, dinero, abundancia fútil, y eso, lo que alimenta el insaciable ego de algunos seres inhumanos.
Buen fin de semana, con sabor a asco de injusticia en esta desvertebrada nación.