Crónicas Beisboleras: La historia de Adam Greenberg

eloriente.net

20 de enero de 2014

Por: Jaime Palau Ranz

14.00

Adam Daniel Greenberg nació en New Haven Connecticut el 21 de febrero de 1981, descendiente de judíos, sus facultades para jugar al béisbol fueron siempre extraordinarias, lo que le permitió ir a la Universidad de Carolina del Norte, su equipo se llamaba los TAR HEELS y participaba en la ACC, Conferencia de la Costa del Atlántico.

Los equipos de Grandes Ligas se surten de los peloteros que salen de las universidades de su país, Greenberg fue escogido en el Draft del 2002 en la novena ronda por los Cachorros de Chicago, quienes le extendieron un contrato profesional.

Durante la temporada de 2002, los Cachorros lo enviaron a su equipo de doble A, los Lansing Lugnuts, ahí participó en 21 juegos, suficiente para llamar la atención y ser enviado a los Daytona Cubs donde jugó en los últimos 17 juegos de la campaña regular y se ganó la confianza y la continuidad.

Todos los encuentros del año 2003 y 91 juegos del 2004 siguió siendo titular de los Daytona Cubs, para los últimos 33 partidos de la temporada 2004 fue enviado a los West Tenn Diamon Jaxx, sus número fueron positivos y de manera constante, así que la directiva del equipo de Grandes Ligas veía con beneplácito su futuro e hicieron planes para la siguiente temporada, fue autorizado a viajar a participar en la liga de invierno de Venezuela, que se juega de manera paralela en Puerto Rico, República Dominicana y la Liga Mexicana del Pacífico, los campeones de estas cuatro ligas acuden a la denominada Serie del Caribe de gran tradición y rivalidad.

El gran día para su debut en Grandes Ligas con los Cachorros de Chicago fue el 9 de julio del 2005, el equipo estaba de gira y visitaban a los Marlines de la Florida, fue llamado a batear como emergente en el noveno inning, el lanzador encargado de darle la bienvenida fue el dominicano Valerio Lorenzo de los Santos, zurdo de gran velocidad que vino a jugar a México con los Sultanes de Monterrey en 2007, el primer disparo al home fue una recta de 92 millas directa a la cabeza de Adam, en el intento de quitarse la bola de encima dio un pequeño giro, así que el golpe seco dio en la parte de atrás del cráneo, se escuchó en todo el estadio, de inmediato fue atendido y retirado del terreno de juego para una revisión profunda.

De acuerdo a las reglas de Grandes Ligas, el debut de Greenberg solo podía considerarse como una aparición al plato mas no como un turno legal, fue regresado a las Ligas Menores donde empezó su batallar, permanentemente tenía mareos y síntomas post-traumáticos, finalmente fue dado de baja por los Cachorros.

En 2006 le extendieron un contrato los Royals de Kansas City y enviado nuevamente a las menores, fue traspasado ese mismo año a los Dodgers de Los Ángeles donde igualmente pasó sin pena ni gloria, Angelinos de California le dio una nueva oportunidad en el 2008 con igual resultado, tuvo que emigrar a una Liga Independiente del Atlántico donde jugó del 2008 al 2011.

A veces los milagros ocurren, un fanático de los Cachorros de Chicago de nombre Matt Liston, quien había seguido su carrera desde las menores y mantenía la esperanza de verlo en Grandes Ligas, al ver que esta se desvanecía por el paso del tiempo, inició una campaña que se llamó ONE AT BAT GREENBERG, hizo cartelones y los pegó por todo Chicago, empezó a recolectar firmas en apoyo a una oportunidad de batear aunque fuera por única ocasión, solicitó por internet donantes para camisetas impresas, las obtuvo y repartió, acudió a todas las estaciones de radio con la petición y empezó a crecer el anhelo como bola de nieve en descenso, acudió a todos los estadios de Grandes Ligas y se adhirieron fanáticos de todo el país, firmaron más de 27,000 personas.

El siguiente paso fue entrevistarse con directivos y entrenadores de todos los equipos de las Ligas Mayores solicitando esa chance, después de mucho batallar y gracias al multitudinario apoyo de los fanáticos, el dueño de los Marlines de la Florida le da la oportunidad, por supuesto que influyó que un lanzador de su equipo fuera quien terminó con la carrera antes de que prácticamente empezara, le ofrecieron un contrato por un solo partido por 2623 dólares, mismos que fueron donados por el jugador a una organización que investiga traumatismos en el cerebro de los atletas.

La fecha elegida fue el último día de la temporada regular del 2012, el juego se celebró el 2 de octubre en su estadio, a pesar de tener una temporada perdedora, se vendieron 29,709 boletos para ver el momento histórico, el entrenador Ozzie Guillén originalmente lo anotó en el line-up en el jardín izquierdo y primeo en el orden al bate, de última hora decidió que esperara a mitad del juego contra los Mets de Nueva York pues sería más espectacular y todo el mundo ocuparía sus asientos.

En la tribuna se encontraba como invitado especial Fred Vandusen, otro pelotero que fue golpeado en la cabeza en su primera aparición en Grandes Ligas en 1955 jugando para los Phillies de Philadelphia y quien por desgracia no tuvo una segunda oportunidad.

En el cierre de la sexta, con el marcador a favor 0-2, Adam Greenberg, quien ya tenía 31 años en ese momento, fue llamado a batear para abrir esa tanda como bateador emergente en el lugar de Bryan Petersen, en el sonido ambiente se escuchó a todo volumen la canción Dream on de Aerosmith, era su favorita, el público se puso de pie otorgando una gran ovación, el lanzador por los Mets era el estrella R. A. Dickey, lanzaba con increíble control la llamada bola de nudillos, fue electo pocos días después como ganador del premio Cy Young de la Liga Nacional del 2012.

Adam se paró del lado de los zurdos, el primer lanzamiento lo dejó pasar y fue cantado como strike, al segundo disparo le hizo swng fallando, le ganó la velocidad, se salió un momento de la caja de bateo, se acomodó nuevamente las muñequeras y regresó para abanicar un slider hacia afuera para el tercer strike ponchándose, el turno completo duró treinta y tres segundos aunque a Adam se le hizo eterno, nuevamente el juego se detuvo en medio de otra enorme ovación mientras regresaba a la caseta, todos los jugadores lo recibieron abrazándolo, su entrenador lo felicitó e invitó a salir al campo a agradecer esos gritos de apoyo de la afición en pleno, como bien dijo Ozzie al terminar el partido, cuando no tienes una temporada ganadora, es maravilloso escuchar al estadio rugir a tu favor.

Es extraordinario ver como algunos sueños pueden volverse realidad gracias al tesón y a la constancia de quien a veces ni te imaginas, fue un acto de justicia y una historia increíble de Grandes Ligas.

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Seguiré comentando la próxima semana.

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