eloriente.net

9 de marzo de 2015

Por: Juan José Consejo*

Ninguna renovación ecológica del mundo podrá tener

éxito hasta que consideremos a la Tierra como nuestro

propio cuerpo y al cuerpo como nuestro propio yo.

Raimon Panikkar

Sólo los excluidos del desarrollo, los náufragos de la gran sociedad,

podrían estar adecuadamente armados para llevar a cabo

una nueva alianza con la naturaleza que restableciera,

por encima de la violación del Occidente, la armonía cósmica.

Serge Latouche

 

Es bastante conocida la metáfora del planeta Tierra como nave espacial. Se puso en boga en los setenta del siglo pasado junto con el lanzamiento de la teoría de Gaia, que postula que el mundo es como un ser vivo y hay una relación orgánica en todos sus componentes: la atmósfera, las plantas y los animales, las personas. La metáfora enfatiza que la humanidad es tripulante del planeta en su solitario viaje por el espacio y más nos vale que lo cuidemos y lo llevemos en la dirección correcta pues es el único que tenemos.

Sin embargo, el mensaje es ambivalente: si bien la metáfora incluye la noción de integralidad y de responsabilidad común, al mismo tiempo alienta la visión mecanicista de que es posible gobernar a la naturaleza, y al definir los problemas ecológicos como ‘cuestiones globales’, le sigue que se requieran ‘soluciones globales’, centralizadas. ¿Y quién queda a cargo? El establishment político y el gran capital. La gente común y corriente, las comunidades, quedan fuera de las decisiones: para los de arriba, las mayorías ni «saben» ni controlan. La metáfora espacial elude el asunto de quiénes pilotean la nave y quiénes hacen el trabajo en el cuarto de máquinas.

Acaso una metáfora más apropiada para nuestros predicamentos ecológicos actuales sea el camión suburbano. La imagen nos es familiar: un destartalado autobús, el mofle humeante y ruidoso, repleto de pasajeros que viajan con canastas, bultos, gallinas…

La condición deplorable del camión puede representar el estado actual de la Tierra, pero más bien simboliza el estilo de desarrollo de la sociedad industrial dominante, en el que nos trepamos o nos treparon. Sus crisis recurrentes y las señales cada vez más visibles de colapso generalizado pueden ser ilustradas por un vehículo en mal estado que gasta mucho combustible, contamina y hace padecer el viaje a los pasajeros, con el riesgo constante de accidentes.

Conviene que nos detengamos a ver qué pasa dentro del camión de nuestra metáfora: va atestado (así como el planeta está sobrepoblado), pero los pasajeros viajan en condiciones muy distintas: hay algunos buenos asientos hasta adelante, cómodos y relativamente aislados, y en cambio la mayor parte va de pie o encimada. Algunos van hasta en el techo, los estribos o con medio cuerpo saliendo por una ventana. Esto es equivalente a la inequidad entre países, y también entre sociedades como la mexicana, una de las más desiguales del orbe: según cifras oficiales recientes, casi la mitad de los connacionales es pobre mientras unos pocos gozan de lujos inimaginables.

Para colmo hay pleitos constantes entre los pasajeros y varios tratan de ocupar el asiento del conductor, algunos por las buenas y otros a gritos y sombrerazos. Los viajantes de adelante están mucho más ocupados en mantener sus lugares de privilegio y prestan poca atención al camino; los más deben luchar por mantener su mínimo espacio y no ser aplastados ni caerse del camión y tampoco pueden ir muy atentos a la ruta.

Parece que el camino se va poniendo malo. Hay curvas cerradas y grandes baches que hacen brincar a todos, aunque en asientos desvencijados o el techo los brincos se sienten más. Para complicar las cosas la visibilidad empeora; en parte porque hay neblina y en parte porque ni faros ni parabrisas están en buenas condiciones. La crisis ecológica mundial tiene una condición equivalente, con la destrucción de ecosistemas, el cambio climático, el mal uso del agua, el dispendio energético, la basura. Las predicciones no son alentadoras y la incertidumbre es cada vez mayor: así, muchos científicos tienen la hipótesis de que en cierto punto los factores de calentamiento global se retroalimentarán irreversiblemente. Por ejemplo, se especula que la reducción del permafrost de la tundra ártica aportaría una enorme cantidad adicional de gases de efecto invernadero y aumentaría aún más con ello la temperatura planetaria. El desequlibrio ecológico que esto acarrearía nos pondría, entre otras cosas, en una fase de extinción de hábitats y especies de proporciones bíblicas.

Ante tales riesgos resultan descorazonadores los magros resultados obtenidos en las reuniones internacionales sobre el tema del calentamiento global. Una y otra vez, los grandes beneficiarios de este modo irracional de consumir y gastar energía, con su enorme capacidad de cabildeo, logran echar por tierra hasta modestos acuerdos de reducción de emisiones contaminantes. Ya lo decían Reagan y Bush, padre e hijo, memorables `conductores: “Los ecoterroristas quieren destruir nuestro modo de vida” “El calentamiento global es un mito”. Es como si en nuestro camión los conductores y quienes los apoyan se empeñaran en acelerar a pesar de que andan fallando los frenos y el camino tiene pendientes cada vez más pronunciadas. “Vamos bien” escuchamos por el altavoz del camión. “Conocemos el camino” se nos asegura. “Acomódense más atrás, todavía hay lugar” grita el chofer. “Aguántense tantito y pronto todos podrán viajar como reyes”. Algunos creen. Otros mientan madres nomás.

No puede menos que sorprendernos, por ejemplo, que la reciente iniciativa de la reforma energética mexicana prácticamente no se aborda el tema de la sustentabilidad y en cambio una de las premisas sea que tenemos que apresurarnos a sacar más petróleo que se seguirá quemando, sólo que ahora con ayuda privada. Y no es que, en el camión de marras, los mexicanos tengamos un asiento muy cómodo o que gocemos de gran influencia entre otros pasajeros. Al contrario. Pero justo por eso se supondría una posición más digna y pertinente. Abusando de la metáfora, parece que el gobierno se contenta con vender golosinas a los pasajeros de adelante y recibir alguna propina.

Los tiempos actuales son decisivos. Podemos como humanidad seguir nuestra veloz carrera de depredación de la naturaleza, hiperconsumo y dispendio energético, confiando insensatamente en que más adelante la carretera mejorará y ya podremos revisar llantas o el motor. Tal es la visión de los desarrollistas duros. Cada vez son menos, pero son poderosos y agresivos. Los halcones de Washington y sus socios son la ilustración exacta. Hoy tocan de nuevo tambores de guerra en Siria.

Otros en cambio llaman a la mesura. Aconsejan bajar la velocidad del camión, revisar el aceite, limpiar el parabrisas. Propugnan el desarrollo sustentable: energías más limpias, combustibles más eficientes, menor generación de basura. Políticamente correctos, llaman a la tolerancia, sugieren consultar a los pasajeros y hasta reasignar ciertos lugares. “Nadie debiera viajar en el estribo” podrían decir. Todo eso es razonable y deseable, en particular si se compara con los duros.

Pero hay, y cada vez somos más, quienes pensamos que no basta con ser más limpios y eficientes si seguimos haciendo más o menos lo mismo. Que es preciso y urgente detener el camión y examinarlo a fondo. Que tenemos que revisar mapas y explorar el camino, incluyendo otros caminos. Que podemos organizarnos pacíficamente de modo no sólo tolerante, sino auténticamente incluyente. Que habrá que despedir a los conductores. Tal vez descubramos que ya el camión ya ni nos sirve y que queremos usar nuestros propios cuerpos, caminar con nuestros propios pies, nuestros propios caminos.

*Instituto de la Naturaleza y la Sociedad de Oaxaca, A.C. (INSO)

 

jjconsejo@hotmail.com

 

PLAYA DE HOLLYWOOD EN BOCA GRANDE Calentamiento global cc Manuel Castro

 

Imagen:Manuel Castro Referencia de Imagen: «La playa hollywood en Bocagrande ya no existe. Si necesitaban pruebas de que el calentamiento global es una realidad esta es la mas impresionante de todas, hace 15 a 20 años yo jugaba volley ball de playa todas las vacaciones en donde se ve el mar en esta foto»

 

OTRAS ENTRADAS:

Energía: Notas para el Debate

Energía: Notas para el Debateeloriente.net/INSO 2 de febrero de 2015 Por: Juan José Consejo* La energía es delicia eterna. William Blake Vientos del pueblo me llevan, vientos del pueblo me arrastran, me esparcen el corazón y me aventan la garganta. Miguel Hernández De gran actualidad es sin duda el tema energético. A nivel nacional se discute la llamada reforma […]

 

La ciencia de la ecología

La ciencia de la ecologíaLa ciencia es una estrategia, una manera de atar la verdad… Luis Eduardo Aute (www.eloriente.net, México, 28 de diciembre 2014; por Juan José Consejo*).- Actualmente, el término ecología se usa con al menos tres significados: uno lo hace sinónimo de naturaleza (cuando se nos recomienda “cuidar la ecología”, por ejemplo); otro alude a un conjunto […]

Crean robot subacuático para inspeccionar los arrecifes de México

Crean robot subacuático para inspeccionar los arrecifes de Méxicoeloriente.net 29/agosto/2014 Alumnos de la Ingeniería en Mecatrónica (IMT) del Tecnológico de Monterrey diseñaron un robot subacuático de inspección que permite investigar y determinar la situación actual de los arrecifes en México. José Rafael Aguilar, Víctor Lobato Ríos, Iván Ascención Martínez y Jorge Leandro crearon este robot para resolver los problemas ambientales que presentan los […]

 

 

*Instituto de la Naturaleza y la Sociedad de Oaxaca, A.C. (INSO)

 

jjconsejo@hotmail.com