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27 de julio de 2015

Editorial

La divulgación hoy de presuntos audios del líder de la Sección 22, Rubén Núñez, deja muy claro que en Oaxaca está en curso una ofensiva por todos los frentes con tal de ganar una estrategia mediática, económica y política.

El uso de estos adjetivos no es incidental. Nos hubiese gustado añadir: «educativa», por ser el corazón del tema que tratamos, pero es evidente que los acontecimientos han provocado que sea la educación, como proyecto y fin, la más ausente, la más echada en falta.

Porque la decisión del gobernador Cué es correcta y legal. Y esa decisión es imperante acompañarla de un proyecto.

Hoy, la estrategia es mediática, pues los presuntos audios divulgados y la larga lista de trascendidos y filtraciones recientes, entre sueldos, rastreo de plazas y mensajes velados, espacios en decenas en noticieros y redes, ha sido el instrumento para legitimar la determinación de la transformación del IEEPO ante la opinión pública.

Nadie puede decir que esta parte no haya sido exitosa, si en este panorama de descrédito hablamos.

Pero también es cierto, que este es el tipo de asuntos en los que nadie gana, pues a partir de los excesos cometidos, resulta maniqueo decir que todos los profesores son corruptos, adeptos a la bebida y revoltosos irredentos. Pero ustedes amigos lectores y nosotros, sabemos que eso no es verdad, que hay millares de maestros bien formados y que acuden por vocación a las aulas.

En ese sentido, es necesario saber que el linchamiento es un juego a perder o, máximo, a quedar en tablas, pues con facilidad se revierte con fuerza e incontenible y quien lanza la primera piedra es blanco automático de un boomerang.

Quien juega a la doble moral de la sociedad, acepta al mismo tiempo llegar a ser su víctima.

Es económica, y por eso la exigencia social deberá muy pronto exigir cuentas a quienes en los hechos decidían los presupuestos institucionales antes del 20 de julio. En este sentido, el hecho de personalizar los abusos en los líderes magisteriales lo que hace es centralizar el debate en donde no está el grueso del problema y en cambio deja sin atención pública a las áreas donde se decidían las asignaciones presupuestales.

Por eso, protagonistas urgentes del debate deberán ser en lo inmediato las instancias de auditoría, contraloría y supervisión en todos los órdenes para transparentar el panorama interior del IEEPO, no explicado en simples bullets sino en revisiones exhaustivas y oficiales.

Es política, pues nadie puede restar importancia al significado que la Sección tiene en un sector de la población así como en diversas comunidades de Oaxaca. Importancia que se convierte en capital innegable para las elecciones del 2016 y en factor a considerar por todos los partidos.

Si ese tránsito a capital electoral es bien calculado por sus dirigentes y adeptos podrían lograr un resultado favorable a sus causas en los comicios donde se renueva la gubernatura —para lo que quizá no les alcance— pero también el Congreso, donde aún se cocina nada más ni nada menos que la Ley de Educación.

Y no es Educativa, pues como ha sido desde 2013 con la reforma educativa federal, de lo que más se está hablando es del aspecto laboral del servicio educativo pero no de la visión, contenido y proyecto que la sustenten de fondo.

Un estado como Oaxaca, para el cual tanto se ha exigido evaluación diferenciada, también requiere un proyecto singular, acorde con su composición cultural y con sus circunstancias, cosa que está siendo postergada y cuya atención es urgente.

Es indispensable presentar el proyecto educativo de Oaxaca para las siguientes décadas.

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