Por rfi
Tras negociar durante meses normas laborales, Estados Unidos, México y Canadá firmaron este martes una modificación a su tratado de libre comercio T-MEC, lo que allana el camino para su ratificación final.
Con los cambios acordados este martes en el tratado de libre comercio T-MEC, entre Estados Unidos, México y Canadá, surgieron unas inquietudes acerca de las condiciones de los trabajadores de los tres países, y sobre todo de ambos lados de la frontera méxico-estadounidense.
En Estados Unidos, los legisladores demócratas (mayoría en la Cámara de Representantes) bloqueaban las ratificaciones del acuerdo para evitar la competencia desleal y asegurar condiciones igualitarias.
“Una de las propuestas de los gremios laborales en EE.UU. era la diferencia de salarios entre los trabajadores estadounidenses y los mexicanos. Hay una gran asimetría entre la economía de EE.UU. y la economía de México. La economía de EE.UU. es una economía industrializada mientras que la de México está en proceso. Entonces estas grandes diferencias, sobre todo en la productividad laboral, se reflejan en los salarios”, explica Adolfo Chiri, presidente del instituto de investigación Cambridge Insight en Boston. “Lo importante es que el tratado beneficie a ambos países dado su actual nivel de desarrollo relativo”, añade.
Este tratado y los últimos ajustes comprueban entonces que los tres países han logrado un consenso para poner fin a las inquietudes de los gremios.
“Alrededor de 10.000 millones de dólares” para México
Pero concretamente, ¿cómo impactará el T-MEC la economía del lado mexicano? Para el economista José Ignacio Martínez Cortés, del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios (LACEN) de la UNAM, “el T-MEC estará impactando en la economía mexicana en un punto porcentual al año de haber entrado en vigor, además de otorgar confianza y certidumbre a los inversionistas, por lo que se espera que México reciba también en este primer año de entrada en vigor alrededor de nuevos 10.000 millones de dólares, resultado de la inversión en el sector automotriz, aeroespacial y electrónico”.
Más allá de las victorias políticas de los tres mandatarios y sobre todo de Donald Trump que impulsó ese tratado, lo que reúne los tres países es el objetivo de “recuperar” el control en la guerra comercial con Asia.
Según Adolfo Chiri, el tratado “forma parte de un cambio de estrategia comercial internacional de Estados Unidos que de alguna manera trata de retener la base productiva que estaba trasladándose hacia Asia”.
El nuevo tratado heredero del TLCAN se selló en noviembre del año pasado y fue ratificado por el Senado mexicano. Canadá prometió aprobarlo justo después de Estados Unidos.
El Senado de Estados Unidos no abordará el acuerdo hasta que termine el proceso del juicio político al presidente Donald Trump, por lo que probablemente demorará hasta el año próximo su aprobación en el Congreso, dijo el líder de la mayoría republicana de la Cámara Alta Mitch McConnell.