Oaxaca y el combate a la desigualdad ambiental, por Jarumy Méndez

(www.eloriente.net, México, a 12 de noviembre de 2017.- Alejandro Murat es el Gobernador más joven que ha tenido Oaxaca, un estado complejamente bello. Entre todos los problemas heredados, los oaxaqueños mantenemos un sentimiento de esperanza en que su gobierno reduzca las desigualdades en sus diversos rubros.

Reducir la desigualdad ha sido el reto del sureste mexicano. Salir del mapa de la desigualdad mexicana es el reto que arrastramos desde hace décadas. La dicotomía que reflejan estados como Chiapas, Guerrero y Oaxaca entre la majestuosidad de sus recursos naturales y las alarmantes cifras de pobreza nos hace recordar la lapidaria frase del sureño Porfirio Díaz, artífice del mayor crecimiento económico que ha tenido México: ”sobre una tierra inmensamente rica vegeta un pueblo incomparablemente pobre”.

Sabemos que los gobiernos han apostado al crecimiento económico como la solución para reducir la brecha de desigualdad, pero no ha sido la estrategia acertada; crecimiento económico y reducción de desigualdad no tienen necesariamente una relación directa.

Sabemos que esa búsqueda de los gobiernos en todo el mundo por crecer económicamente a cualquier precio, tuvo una alarmante repercusión sobre el medio ambiente al romper el equilibrio ecológico, agotando nuestros recursos naturales. Ahora, ante una crisis mundial medioambiental no sólo tenemos desigualdad sino que esta se agudiza ante la vulnerabilidad de quienes estando en pobreza tienen que enfrentar las consecuencias del cambio climático como la precariedad del agua, de los alimentos y la exposición a la contaminación que perjudican las condiciones de salud.



La desigualdad ambiental implica la exposición desigual a los riesgos y peligros medioambientales y que en la mayoría de los casos conlleva una exclusión sistemática de personas en los procesos de toma de decisiones ambientales, se sintetiza en una problemática clara: hay mucha gente para tan pocos recursos y una distribución injusta de los recursos, hay mucho en manos de muy pocos.

Tan solo el 90% de los hogares en pobreza en el sur-sureste dependen directamente de la extracción de recursos naturales.En el caso de Oaxaca, su riqueza natural le hace el estado con mayor diversidad del país al albergar casi el 50% de la riqueza natural de la Nación.

Existen además en Oaxaca pueblos indígenas que entrecruzan lo montañoso del paisaje: amuzgos, cuicatecos, chatinos, chinantecos, chocholtecos, chontales, ikoots, ixcatecos, zapotecos y zoques. De ahí que diversos académicos e investigadores comenzaron a hacer referencia de Oaxaca como un “Estado biocultural”, al encontrar que la biodiversidad, la riqueza natural y la cultura no pueden disociarse.

Además debemos considerar un tercer elemento que pone en evidencia la relación que guardan los recursos naturales con el desarrollo y el combate a la desigualdad; de acuerdo con datos del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible (CCMSS), Oaxaca cuenta con 1,310 núcleos agrarios y el 65 % de la entidad esta cubierta por bosques. De esta gran riqueza forestal que posee el estado dependen más de 700 mil personas, que obtienen sus ingresos y alimentos mediante actividades de manejo del bosque.

La falta de articulación entre igualdad y medio ambiente ha hecho que las políticas públicas estén de igual forma desarticuladas condenando a Oaxaca a vivir en un circulo de pobreza y desigualdad.

La fórmula que ha planteado Alejandro Murat es mirar el Desarrollo Sustentable como la oportunidad de hacer este vínculo entre el desarrollo económico del estado, la protección al ambiente y los beneficios sociales directos a las comunidades.

Para ello como primera acción creó la Secretaría de Medio Ambiente, Energías y Desarrollo Sustentable, desde donde se ha impulsado la inversión en el desarrollo de energía eólica en la región del Istmo, llevando de la mano el desarrollo social al prever beneficios para sus habitantes, por ejemplo, en la comunidad de Juchitán se paga el 50% por servicio de luz de uso domestico.

La semana pasada presentó ante el Congreso Local la iniciativa para crear la Procuraduría de Protección al Ambiente como órgano de vigilancia, inspección e imposición de sanciones por el incumplimiento a la normatividad ambiental.

De aprobarse su creación, Oaxaca sería la entidad número diecinueve en crear una institución de este tipo. La iniciativa surge como respuesta a la necesidad de garantizar un ambiente sano y reducir los peligros y riesgos ambientales por incumplir la ley. Es una respuesta contundente ante los recientes acontecimientos de toma y bloqueo del “basurero intermunicipal” (relleno sanitario), que derivó en una contingencia al brotar basureros clandestinos que ponen en riesgo la salud de las personas. La Procuraduría contará con la facultad de sanción para los casos en que se presenten basureros a cielo abierto o la regulación a las ladrilleras que generan contaminación atmosférica al utilizar quema de plástico y llantas para el proceso de cocción, entre otros casos.

Con ello se pretende atender e incentivar la denuncia ambiental, la vigilancia y difusión de los derechos ambientales.

Ya existió un oaxaqueño que impulso el crecimiento económico, hace falta uno que impulse el vínculo entre crecimiento e igualdad. Alejandro Murat está dando pasos acertados hacia ese objetivo.

Subsecretaria de Normatividad Ecológica y Gestión Ambiental

@jarumymendez