eloriente.net
16 de enero de 2014
Hace unos días, leí la historia de una niña que es un gran ejemplo para las personas con discapacidad en el mundo. Su nombre es Melissa Shang, tiene 10 años y padece una enfermedad degenerativa incurable que afecta los nervios y la médula espinal, provocándole dificultades con el equilibrio e inmovilidad en las piernas.
A ella, como cualquier otra niña de su edad, le gusta jugar con muñecas y es ahí donde empieza esta historia.
Existe una línea de muñecas que se llama “American Girl”, esta marca tiene la peculiaridad de que cada una de ellas representa a un grupo étnico, incluso, cada muñeca es acompañada de un libro donde explican su origen, historia y características específicas. Para Melissa, estas muñecas significan mucho, tanto, que por medio de ellas, desea compartirles a otras niñas en muchas partes del mundo qué significa tener una discapacidad.
A través de una página de internet llamada Change.org, Melissa Shang envió un mensaje al presidente de American Girl (que por cierto, también es vicepresidente de Mattel), en donde le expresa su deseo de que su empresa fabrique una muñeca con discapacidad. Dentro de la petición de esta niña de tan solo 10 años, hay una frase que refleja el espíritu de la búsqueda de igualdad y derechos humanos hacia las personas con discapacidad y dice:
«Las niñas con discapacidad son chicas americanas también. Tienen los mismos pensamientos y sentimientos, y merecen que sus historias sean contadas».
Cada año, esta importante compañía lanza al mercado una muñeca con historia propia, la cual asume los retos de la vida y busca ser inspiración para muchas niñas. La petición que hace Melissa no sólo es totalmente válida, sino que representa una importante oportunidad para hacer visibles a millones de personas que viven alguna discapacidad y de esta manera, fomentar su inclusión social.
Yo estoy convencida que es en la infancia donde se debe sembrar una semilla en la formación de las niñas y niños para inculcar el respeto hacia las personas con discapacidad, transmitirles el mensaje de que este mundo es diverso, donde existe gente alta, pequeña, morenos, chicos, grandes, con discapacidad y sin discapacidad, y que todos, absolutamente todos merecemos el mismo respeto.
En fin, esperemos que esta compañía tome en cuenta la petición de Melissa, que simboliza no solo su deseo, sino el de muchísimas personas que trabajamos día a día por lograr que las personas con discapacidad reciban un trato digno.
Aquí les dejo la página donde pueden firmar la petición. Yo, al igual que otras 131,020 personas, ya firmé, los invito a colaborar. Les mando muchísimos abrazos, Dios nos bendiga mucho, que tengan bonito fin de semana.
Foto: El País
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