eloriente.net

12/junio/2014

Por: Alejandra Silva Soriano*

Ayer se cumplieron 11 años de la entrada en vigor de la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación en México, y revisando la página del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED), encontré que en la sección de “grupos en situación de discriminación” se encuentran las y los jóvenes.

Coincido con la justificación del texto donde señala que las estructuras sociales en nuestro país tienden a ser menos flexibles con el sector joven y suponen obstáculos a la forma de pensamiento de los mismos, lo que se traduce en una situación de marginación y rechazo.

Por otro lado, afirman que las oportunidades para incorporarse a la vida “adulta” son limitadas, agravándose esto cuando se les asocia con prejuicios que hacen más difícil su inclusión. Hoy en día, las y los jóvenes –según las mismas palabras de CONAPRED- cargamos con el estigma de irresponsables, sin ambiciones ni compromiso con su país o entorno, e incluso, criminales.

Finalizan señalando, que los espacios para la juventud en México son limitados y no permiten que las y los jóvenes desarrollen plenamente su potencial, lo que se traduce en la negación o limitación arbitraria de sus derechos humanos.

En lo particular, concuerdo y es innegable la difícil situación que vive el sector joven en México, pero a mi juicio, nos corresponde a nosotros mismos, la tarea de iniciar por quitarnos esa etiqueta de “discriminados” y “grupo vulnerable” para empezar a actuar y vivir como lo que somos, un grupo con potencial y con espíritu transformador –propio de la juventud-.

Estoy de acuerdo en que debemos seguir insistiendo y trabajando para que las condiciones en todos los ámbitos sean más accesibles y favorables para los jóvenes, exigir una educación de calidad que abra las puertas a la superación y al éxito, pero es importante también, empezar a visualizarnos como lo que somos, sujetos de derechos y obligaciones, piezas fundamentales en el desarrollo del país, constructores de nuestra vida y el motor de un cambio positivo en nuestro entorno.

Los jóvenes no somos un grupo vulnerable, somos un sector fuerte y edificador del presente y futuro de México. Que tengan bonito fin de semana, Dios nos bendiga mucho.

 

Foto: Vértice

 

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