(www.eloriente.net, México, a 7 de agosto de 2017, por Jaime Palau Ranz).- Cuando se informó que la presente temporada sería jugada por los Guerreros de Oaxaca y los Diablos Rojos del México con solo peloteros mexicanos, parecía la crónica de una pesadilla anunciada, sin embargo, de arranque el optimismo ahí estaba y los ejemplos de equipos exitosos jugando con solo nacionales también, el caso más sonado y exitoso es el de los Tigres ya que de los doce campeonatos que han conseguido en la Liga Mexicana de Béisbol, dos fueron logrados con solo peloteros mexicanos.

Tigres capitalinos nacen en 1955 y ese mismo año consiguieron su primer anillo de campeones, grandes desde la cuna, su tercer título lo logran a diez años de su fundación, en 1965, jugando con peloteros mexicanos exclusivamente, muy jóvenes la mayoría, en el año 2005, ya teniendo a Puebla como sede y con el nombre de batalla Tigres de la Angelópolis, vuelven a jugar con peloteros mexicanos para celebrar el 50 aniversario de su nacimiento y el 40 de ese memorable campeonato, la proeza que consiguieron les dio el campeonato número 9 para sus vitrinas, fueron el equipo con mejor record de toda la temporada y su short stop, Javier Robles conseguía el campeonato de bateo, temporada redonda aunque sin lugar a dudas si recibieron ayuda de la liga en algunas decisiones.

Recuerdo por ejemplo una jugada polémica en la serie de postemporada contra los Guerreros de Oaxaca, donde un ampáyer, a batazo de un jugador de Tigres, marcó out en los jardines lo que cerraba la posibilidad de regresar en el encuentro poniéndolos al borde de la eliminación, de repente se juntaron los umpires y decretan que uno de ellos, (posicionado más lejano a la jugada que el que había sentenciado) vio que la bola había tocado piso, al bateador lo ubican en segunda, a uno de los corredores le cuentan la carrera anotada y a otro lo ponen en tercera, pero cómo es posible si en esos años no existía la posibilidad de cambiar una decisión arbitral ni había revisión de jugadas mediante la repetición de la transmisión por televisión, se tenía que confiar en las decisiones arbitrales cuando estas ya eran tomadas y en esta ocasión hicieron lo contrario, llegó una señal desde la tribuna donde se ubicaba la directiva de la liga y se consumó el atraco más descarado de la historia del Estadio Licenciado Eduardo Vasconcelos, como sea, todo eso ya es parte del pasado y lo que queda es que ese año un equipo sin extranjeros consiguió el campeonato de manera histórica.

Al abrirse la posibilidad de contratar muchos extranjeros y México-Americanos para esta temporada, los buenos jugadores nacionales se revalorizaron, los equipos los cuidaron o sus contratos se encarecieron, aun teniendo dinero para invertir en peloteros de probada calidad, ya no estaban disponibles, a diferencia de otras temporadas donde había mejores oportunidades de tirar un lazo y atraer un caballo a tus filas, esto se tornó realmente difícil.

Este año por ejemplo, Diablos Rojos tuvo que deshacerse de algunos jugadores claves para obtener otros con la esperanza de que fueran los refuerzos que requerían, por desgracia la mala fortuna los acompañó desde el principio, Jorge “el chato” Vázquez, tremendo bateador propiedad de los Tigres, llegó a cambio del receptor Gutiérrez dejando mermada esa posición, el chato se resintió de diversas lesiones y terminó por retirarse del béisbol activo a media temporada, Luis Alfonso García, tremendo pelotero que brilló muchos años con los Sultanes de Monterrey y propiedad de los Leones de Yucatán, llegó a Diablos para jugar la primera base a cambio de Leo Heras, tremendo jardinero, posición en la que en recientes temporadas ha batallado el México, pues en el primer juego de esta temporada, en la mismísima entrada inicial, Carlos Figueroa saca un batazo de faul directo a las manos de Luis Alfonso García fracturándolo, no se pudo recuperar en todo el torneo, Refugio Cervantes tampoco fue la solución para cargar con el equipo gracias a su bate zurdo, Luis Ignacio “el Chicote” Ayala, ex Big leaguer, no se pudo asentar en el equipo, menos Karim García quien sin duda ya había visto pasar sus mejores años.

El caso de Guerreros de Oaxaca es mucho más dramático, su base de jugadores experimentados no era abundante ni con gran sustento, por lo tanto no fueron la solución para soportar una temporada completa, Jaime Brena dio la cara por el equipo a pesar de las lesiones que lo siguieron, su bateo siempre consistente no ha tenido el punch de otros años, el cuarto bate Mario Valenzuela no pudo con el paquete y en muy contados juegos cargó con el peso de la ofensiva, tuvieron que traer al veterano pelotero Adán Muñoz, vieja gloria de la receptoría que ahora juega la inicial, es un bateador zurdo que empezó algo frio y terminó por calentarse hasta ocupar el cuarto turno e impulsar al equipo cuando ya se encontraba herido de muerto, totalmente alicaído, gran contratación como sea.

Lo mejor de Guerreros como siempre son sus outfilders, Alan Sánchez, Alejandro González y Yancarlo Angulo tienen un gran alcance en los jardines, extraordinarios brazos y buen promedio de bateo, ya quisiera cualquier otro equipo tener esa base de nacionales, Erick Rodríguez en la receptoría sigue siendo una garantía a la defensiva y bateador oportuno.

¿Lo peor?, pues su directiva, otros años han salido adelante gracias al apoyo de los Diablos quienes les reforzaban con peloteros para las posiciones que hicieran falta, este año ya no hubo mucho de donde echar mano y casi se quedaron a su suerte, demostrando que el paquete es grande y gracias a Alfredo Harp es que el equipo siempre había sido ayudado, no hay un líder que tenga la capacidad de sentarse con los peloteros y los motive a segur dando hasta el último día el mejor de sus esfuerzos, en las tribunas del estadio, los aficionados comentan acerca de la falta de espíritu que está mostrando el conjunto al cierre de temporada, los fanáticos está conscientes que la ventaja otorgada a los equipos que se reforzaron con pochos y extranjeros fue demasiada, el reclamo en las tribunas por tener un equipo ganador y que califique a postemporada se transformó en tolerancia ante los adversos resultados y la temprana eliminación, me externan sin embargo que lo que no perdonan es el conformismo, el ánimo por los suelos.

Definitivamente este año es un parteaguas en la historia de los dos equipos y se deberán tomas decisiones, hay gente que se quedó en el pasado y no muestran inventiva para hacer diferente las cosas, si no se atreven los dueños a cambiar a los que estorban, al menos traigan nuevos asesores con autoridad.

Seguiré comentando la próxima semana.

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DIABLOS ROJOS

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